El estratégico despliegue de cazas F-35 en Puerto Rico intensifica la tensión regional

Estados Unidos despliega cazas F-35 en Puerto Rico en una operación antidrogas que coincide con la tensión militar con Venezuela. Analizamos la estrategia y sus implicaciones regionales.
El estratégico despliegue de cazas F-35 en Puerto Rico intensifica la tensión regional

Washington mueve sus fichas en el tablero caribeño. Con la llegada de cazas F-35 a Puerto Rico, Estados Unidos eleva la presión en una región ya volátil, justificada por la lucha contra el narcotráfico, pero en un contexto de escalada geopolítica. La decisión llega tras incidentes aéreos con Venezuela.

La presencia militar de Estados Unidos en el Caribe se refuerza

Estados Unidos ha ordenado el despliegue de 10 aviones de combate F-35 en un aeródromo de Puerto Rico. La operación, según fuentes oficiales, tiene como objetivo principal la lucha contra los cárteles de la droga. Sin embargo, este movimiento se produce poco después de que el Pentágono denunciara un acercamiento «peligroso» de dos aviones militares venezolanos a un buque estadounidense.

Estos avanzados aviones de combate se sumarán a la ya numerosa presencia militar estadounidense en el Caribe Sur. La Casa Blanca insiste en que el objetivo es reprimir a los grupos responsables de introducir drogas en el país.

Una escalada militar con antecedentes recientes

El despliegue de los cazas F-35 se produce tres días después de un incidente crítico. Fuerzas estadounidenses atacaron un barco que, según el entonces presidente Trump, transportaba «cantidades masivas de drogas» desde Venezuela. Este ataque, ocurrido en aguas internacionales, resultó en la muerte de 11 personas. Tal evento sentó las bases para lo que parece ser una campaña militar sostenida en Latinoamérica.

Dos fuentes, que solicitaron mantener el anonimato, confirmaron que los aviones F-35 tienen prevista su llegada a la zona a finales de la próxima semana.

El creciente músculo militar estadounidense en la región

La llegada de los F-35 es solo una parte de una operación más amplia. Siete buques de guerra y un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear de Estados Unidos se encuentran en la región o se espera que arriben pronto. Con ellos, más de cuatro mil 500 marineros reforzarán la presencia.

Infantes de marina también han estado realizando entrenamiento anfibio y operaciones de vuelo en el sur de Puerto Rico, consolidando una vasta infraestructura y capacidad operativa en el Caribe.

Presión sobre Maduro: «El cabecilla de un narcoestado»

El aumento de tropas y la intensificación de las operaciones militares han ejercido una presión considerable sobre el presidente venezolano, Nicolás Maduro. El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, no dudó en calificar a Maduro como «el cabecilla de un narcoestado», endureciendo el discurso contra el mandatario.

Por su parte, Maduro, en una conferencia de prensa ofrecida en Caracas, afirmó que Estados Unidos busca un cambio de régimen en Venezuela mediante la amenaza militar. La retórica de ambas naciones augura un panorama de creciente tensión en la región.

El despliegue de los F-35 en Puerto Rico, justificado oficialmente como una acción antidrogas, parece ser una pieza clave en una estrategia geopolítica más amplia. ¿Estamos presenciando una escalada militar calculada que busca redefinir el equilibrio de poder en el Caribe y Latinoamérica, o es realmente una respuesta contundente a la amenaza del narcotráfico? La verdad, como siempre en política, reside en las implicaciones que se desvelarán con el tiempo.

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