La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, al transitar por su segundo año de gobierno en 2025, ha consolidado la «Doctrina Sheinbaum», un modelo de gobernanza caracterizado por un dualismo discursivo y operativo respecto a la soberanía nacional. Este enfoque, denominado Soberanía Selectiva, actúa como un escudo impenetrable ante la DEA y el Pentágono, pero se vuelve flexible ante la dependencia estructural de las gasolinas de Texas y el maíz amarillo de Iowa.
La arquitectura política de la doctrina Sheinbaum
El ascenso de Claudia Sheinbaum a la presidencia en 2024 marcó el inicio de lo que su gobierno denomina el «Segundo Piso de la Cuarta Transformación». Este concepto es una categoría programática que busca institucionalizar las reformas iniciadas por su predecesor, Andrés Manuel López Obrador.
La presidenta Sheinbaum ha refinado la soberanía inyectando un componente tecnocrático y científico a la defensa nacional, aunque la base ideológica se mantiene: la recuperación de la rectoría del Estado sobre los recursos estratégicos. El análisis de los primeros 18 meses de gobierno revela la postura de Soberanía Selectiva.
Esta doctrina administra los costos políticos: defender la soberanía en seguridad genera cohesión interna y protege a las Fuerzas Armadas. En contraste, admitir la falta de soberanía real en energía y alimentos, donde la dependencia del mercado norteamericano es profunda, implicaría un costo político devastador. Por ello, el discurso oficial omite las estadísticas de dependencia comercial mientras amplifica la resistencia ante la injerencia policial extranjera.
La máxima de «coordinación sin subordinación»
El eje rector de la política exterior y de seguridad se cristaliza en la frase «coordinación sin subordinación». Esta máxima sirve como la barrera retórica contra los impulsos intervencionistas provenientes de Washington, D.C. La distinción es crucial:
- Subordinación: Asociada a los periodos neoliberales y la Iniciativa Mérida, donde las agencias estadounidenses supuestamente dictaban prioridades de seguridad.
- Coordinación: Implica un diálogo entre pares donde México se reserva el derecho de veto sobre operaciones en su territorio.
Este marco conceptual permite al gobierno mantener la cooperación necesaria para evitar sanciones económicas sin ceder el control político de la seguridad nacional.
La fortaleza de la seguridad: El santuario de la soberanía
La seguridad pública es el ámbito donde la soberanía se ejerce con mayor visibilidad, levantando una muralla diplomática para proteger la autonomía del Estado mexicano ante la crisis del fentanilo y la violencia de los cárteles.
El rechazo a la injerencia de la DEA y el «Proyecto Portero»
Uno de los puntos de fricción más agudos en 2025 ha sido el rol de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA). Tras declaraciones del director de la DEA, Terry Cole, sobre una supuesta «colaboración sin precedentes» y el anuncio del «Proyecto Portero» para desmantelar redes de fentanilo, la presidenta Sheinbaum respondió con una negativa categórica.
Sheinbaum afirmó: «No hay colaboración sin precedentes con la DEA… Nosotros, hay lo que hay, no hay más». Al desmentir públicamente el acuerdo operativo, la mandataria garantizó que ninguna operación extranjera puede ejecutarse en suelo mexicano sin autorización y supervisión del gobierno federal.
La administración implementó un estricto protocolo burocrático para «nacionalizar» la cooperación de inteligencia:
- Los agentes de la DEA deben solicitar permisos específicos a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
- La información se canaliza exclusivamente a través del Sistema Nacional de Inteligencia e Investigación, bajo los preceptos de la Ley de Seguridad Nacional.
Este mecanismo busca asegurar que cualquier acción se enmarque en la legislación nacional y evitar que agentes extranjeros operen con autonomía.
La defensa frente a la designación terrorista
Frente a la presión en Estados Unidos, radicalizada por figuras del Partido Republicano como Donald Trump y Marco Rubio, para designar a los cárteles mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTOs), la presidenta ha desplegado una defensa retórica absoluta.
La postura de Sheinbaum es inamovible: «No es que no se quiera un apoyo, pero no con tropas extranjeras», sentenció, invocando la memoria histórica de las intervenciones pasadas. La seguridad en territorio mexicano es responsabilidad exclusiva de las fuerzas del Estado mexicano (Sedena, Semar y Guardia Nacional).
Además, la narrativa oficial rechaza la culpabilidad unilateral de México en la crisis de opioides. Sheinbaum argumenta que:
- El consumo de drogas es un problema de salud pública de Estados Unidos.
- La violencia en México es alimentada por el tráfico ilegal de armas proveniente del norte.
Protección de las fuerzas armadas
La defensa de la soberanía en seguridad cumple una función interna vital: proteger a las Fuerzas Armadas, que son pilares del proyecto de la Cuarta Transformación en seguridad e infraestructura. Permitir una injerencia profunda de agencias estadounidenses expondría a la cúpula militar a un escrutinio externo que podría desestabilizar la alianza cívico-militar que sostiene al gobierno.
El «Entendimiento Bicentenario» se reinterpreta bajo la administración Sheinbaum como un marco de respeto mutuo, donde el enfoque debe incluir el tráfico de armas (interés de México) tanto como el tráfico de drogas (interés de Estados Unidos).
El espejismo de la soberanía energética: Datos vs. discurso
Si en seguridad la soberanía es un muro, en energía se revela como un laberinto de espejos. A pesar de la promesa de «rescate» de Pemex y CFE, los datos de 2025 exhiben una brecha persistente entre la narrativa de autarquía y la realidad de la dependencia comercial.
La realidad de la importación de combustibles
México continúa siendo estructuralmente dependiente de la importación de gasolinas. Hacia mediados de 2025, los reportes indican que México importa un promedio de 605,000 barriles diarios de combustibles. Aunque el gobierno celebra una reducción del 18.7% en las importaciones respecto a años anteriores, el volumen absoluto sigue siendo masivo.
La dependencia es crítica en rubros estratégicos:
- Gas LP: México importa casi el 60% del Gas Licuado de Petróleo que consume.
- Gas Natural: La dependencia del gas natural importado de Texas supera el 70%, un insumo primario para la generación de electricidad de la CFE y la industria.
La omisión estratégica: En el discurso oficial, la presidenta Sheinbaum enfatiza la «soberanía energética» mediante el fortalecimiento financiero de Pemex. Sin embargo, se omite la vulnerabilidad crítica del gas natural, ya que admitir que el sistema eléctrico nacional colapsaría si Texas cerrara el flujo, socavaría la imagen de fortaleza soberana.
El enigma de la refinería Olmeca (Dos Bocas)
La refinería de Dos Bocas es el tótem simbólico de la soberanía energética. Existe una «guerra de cifras» en 2025 sobre su operación:
- Versión Oficial: El gobierno afirma que la refinería «está llegando a los 300,000 barriles diarios» de procesamiento.
- Análisis Independiente: Reportes de la industria sitúan la producción real entre 192,000 y 270,000 barriles, señalando intermitencias.
La refinería aún no alcanza su capacidad de diseño de 340,000 barriles diarios de manera sostenida. El discurso presidencial ha girado hacia el «avance» y el «proceso», presentando la soberanía como una «obra en construcción» perpetua.
Redefinición de soberanía y la transición acelerada
Consciente de las limitaciones de la autarquía fósil, la presidenta Sheinbaum ha introducido el concepto de la Transición Soberana. La meta anunciada es alcanzar una participación del 45% de energías renovables para 2030.
- Mecanismo político: Este objetivo permite modernizar el concepto de soberanía, controlando recursos como el litio, el sol y el viento, desviando la atención del incumplimiento en la autosuficiencia de gasolina.
- Costo oculto: La infraestructura para renovables es mayoritariamente importada, lo que cambia una dependencia de molécula (gasolina) por una dependencia tecnológica (hardware), un detalle omitido en la narrativa.
El estatismo como soberanía
La estrategia también implica un control férreo sobre el mercado. La Secretaría de Energía, dirigida por Luz Elena González, ha procedido a la revisión y liquidación de permisos a empresas privadas. Hacia finales de 2025, de 90 empresas con permisos de comercialización o importación, solo quedan cerca de 40 en operación regular.
El gobierno ha asumido la deuda de Pemex casi como deuda soberana para garantizar su viabilidad. Para Sheinbaum, la soberanía energética es sinónimo de estatismo: se prefiere importar gasolina a través de Pemex (manteniendo el control del mercado) que permitir que privados importen y distribuyan libremente, incluso si fuera más eficiente.
Además, la lucha contra el «huachicol» y la exhibición pública de gasolineras privadas (como Chevron) por precios altos, refuerza la narrativa de que el Estado protege al pueblo, aunque estas son medidas de gestión interna que no resuelven el déficit estructural de producción.
La paradoja del maíz: Entre la identidad y el mercado
El sector agroalimentario presenta la contradicción más aguda. El lema «Sin Maíz No Hay País» ha sido adoptado como política de Estado, pero la realidad comercial lo desafía.
La dualidad del maíz: Blanco versus amarillo
Para entender la omisión presidencial, es imperativo distinguir las dos realidades:
| Indicador de Soberanía | Maíz Blanco (Soberanía Cultural) | Maíz Amarillo (Dependencia Estructural) | | :— | :— | :— | | Uso | Consumo humano directo (tortillas, masa) | Forraje animal y uso industrial (fructosa) | | Producción | México es autosuficiente | México es deficitario crónico |
El récord de importaciones: En 2025, México ha roto récords en la importación de maíz, superando los 19-20 millones de toneladas anuales, la gran mayoría transgénica y proveniente de Estados Unidos. Cuando la presidenta habla de soberanía alimentaria, se refiere casi exclusivamente al maíz blanco, omitiendo que la producción nacional de carne, huevo y leche depende del maíz amarillo importado.
La derrota en el panel del T-MEC y la maniobra constitucional
Un evento definitorio fue la resolución del panel de controversias del T-MEC sobre el maíz genéticamente modificado (GM). El panel falló en contra de México, determinando que la prohibición a las importaciones de maíz GM para uso industrial y forrajero carecía de sustento científico.
Este fallo obligó al gobierno a una corrección pragmática pero silenciosa:
- Acatamiento de Facto: México eliminó el decreto que prohibía la importación de maíz GM para evitar represalias arancelarias, garantizando el flujo de grano para la industria.
- Contraofensiva Simbólica: Para satisfacer a su base, Sheinbaum impulsó una Reforma Constitucional a los artículos 4 y 27. Esta reforma prohíbe la siembra y cultivo de maíz transgénico en suelo mexicano y declara al maíz nativo como patrimonio alimentario.
Esta es una jugada maestra de «Soberanía Selectiva»: se protege el suelo (prohibiendo el cultivo) y se abre la frontera (permitiendo la importación), vendiéndolo discursivamente como una victoria de protección del maíz nativo.
El programa «Cosechando Soberanía»
El programa «Cosechando Soberanía» busca cerrar la brecha productiva a largo plazo, apoyando a pequeños y medianos productores con créditos (vía FIRA), seguros y asistencia técnica agroecológica. Expertos señalan que el programa es insuficiente para sustituir las importaciones industriales, dado que la brecha de productividad con el granjero industrial en Iowa es abismal. Sin la adopción de biotecnología, el aumento de rendimiento es lento, funcionando más como un programa de bienestar que como una estrategia macroeconómica.
Un componente adicional es el plan para el sector lácteo, donde Liconsa tiene la meta de distribuir 800 millones de litros de leche líquida y alcanzar una cobertura del 100% en municipios vulnerables, proyectando nuevas plantas en Campeche y Michoacán. Sin embargo, la producción de leche depende indirectamente del forraje, que requiere maíz importado.
El horizonte geopolítico 2026: El choque de realidades
La «Doctrina de Soberanía Selectiva» tiene una fecha crítica de revisión: el año 2026, con la revisión programada del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Legisladores estadounidenses han intensificado la presión, acusando a la política energética de México de ser discriminatoria. La «Ley de Cumplimiento del Comercio Energético Mexicano» en el Congreso de Estados Unidos busca utilizar la revisión de 2026 como una palanca para forzar la apertura del mercado energético.
La presidenta Sheinbaum insiste en que la política energética «no viola el T-MEC» y que «la soberanía no se negocia». No obstante, los fallos adversos en paneles (como el del maíz) sugieren que la interpretación mexicana no siempre prevalece.
Ante la inminencia de 2026, se vislumbran los siguientes escenarios para la administración Sheinbaum:
| Escenario Futuro | Descripción | | :— | :— | | Pragmatismo Silencioso (Base) | El gobierno mantiene la retórica incendiaria en seguridad y la defensa constitucional de Pemex, pero en la práctica otorga concesiones regulatorias discretas a empresas estadounidenses para evitar aranceles. | | Confrontación Ideológica | Si la presión de Estados Unidos (por ejemplo, bajo una administración Trump restaurada o una línea dura demócrata) toca fibras sensibles como la designación de terroristas, Sheinbaum podría verse obligada a radicalizar su postura, poniendo en riesgo la estabilidad del tratado. | | Transición Acelerada | Escenario optimista donde las inversiones en renovables y programas como «Cosechando Soberanía» reducen marginalmente la dependencia, otorgando al gobierno argumentos reales de soberanía. |
Conclusión: La soberanía como recurso de gestión política
La discrepancia entre el discurso y la realidad económica no es un error de comunicación, sino la esencia de la estrategia de gobernanza de Claudia Sheinbaum. La «omisión» de la dependencia energética y alimentaria es una decisión calculada, ya que reconocer abiertamente que México depende de Estados Unidos para alimentar a su ganado y mover a su población sería políticamente costoso y debilitaría la posición negociadora.
La presidenta Sheinbaum ha construido una doctrina donde la soberanía es absoluta en lo territorial (seguridad y rechazo a la DEA), aspiracional en lo energético (renovables y Pemex) y selectiva en lo alimentario (maíz blanco sí, amarillo no se menciona). Esta arquitectura permite al gobierno navegar la relación bilateral con Estados Unidos, cediendo en lo comercial (maíz, gas) para resistir en lo político (DEA, tropas).
En última instancia, la Soberanía Selectiva es el mecanismo de supervivencia de un proyecto nacionalista en una economía profundamente integrada a la globalización norteamericana. Es la tensión constante entre el México que desea ser autosuficiente y el México que necesita importar para funcionar, una tensión que la presidenta administra con disciplina científica y astucia política, omitiendo lo que no puede cambiar y defendiendo lo que no puede ceder.










