Racing Bulls se posiciona de forma singular esta temporada. Concebido como filial de Red Bull para nutrir jóvenes talentos, su propósito histórico ha sido foguear a pilotos emergentes, tarea que en 2025 recae en Isack Hadjar y Liam Lawson. Si bien el equipo ha logrado un salto técnico notable, una filosofía estratégica cautelosa parece contener el reflejo completo de este potencial en los resultados. Este análisis aborda esa dicotomía, con el Gran Premio de Austria como escenario crucial donde la audacia táctica podría ser la clave.
El salto técnico del VCARB 02
La evolución del VCARB 02 en 2025 ha sorprendido. Un análisis interanual lo señala como el monoplaza que más ha mejorado su ritmo de carrera, ganando cerca de dos segundos por vuelta en promedio, la mayor ganancia de la parrilla. Este progreso lo sitúa como uno de los coches más efectivos del segmento medio.
En las primeras diez rondas de 2025, la escudería sumó 25 puntos en Grandes Premios y 3 en sprints, superando a varios rivales directos.
Más allá de las cifras de ritmo, el coche demuestra un comportamiento predecible. Miembros de Red Bull lo describen como dócil. Max Verstappen comparó su manejabilidad con el RB21, afirmando que “el coche de Racing Bulls es sin duda más fácil de conducir que el nuestro”. Christian Horner corroboró que es “un coche más asentado… probablemente con un poco más de subviraje, lo que lo hace más fácil de llevar al límite”. Incluso Helmut Marko reconoció que Racing Bulls “ha hecho un coche competitivo y obviamente más fácil de conducir”.
Esta naturaleza amigable del chasis, estable en frenada y con balance neutro, ha permitido a Hadjar y Lawson adaptarse rápido y ser consistentes, algo inusual en equipos jóvenes. El VCARB 02 otorga confianza al piloto y un desempeño equilibrado, cimentando una base para resultados sólidos.
Estrategias conservadoras bajo crítica
La narrativa tensa surge del ámbito estratégico. Voces en el paddock critican a Racing Bulls por su conservadurismo táctico, especialmente en neumáticos y reacción en carrera. Esta falta de audacia les ha costado puntos valiosos.
En el GP de China, tras clasificar a sus dos coches en Q3 (7º Hadjar, 9º Tsunoda), el equipo optó por una táctica convencional de dos paradas que, combinada con tráfico, arruinó sus opciones: ninguno puntuó, acabando 14º y 19º.
Helmut Marko fue contundente, señalando que debieron arriesgar con una estrategia de una sola parada en al menos un coche. “Una vez que están en el tráfico es muy, muy difícil adelantar. Eso les arruinó la carrera”, lamentó, enfatizando que su “gente de estrategia tiene que profundizar” para tomar mejores decisiones. Desde la órbita de Red Bull, se les insta a salir de la zona de confort.
Liam Lawson también ha pedido “más coraje” en las decisiones tácticas, citando la gestión de los nuevos compuestos Pirelli. Con la introducción del C6, algunos equipos descubrieron que el C5 seguía siendo competitivo en clasificación. Mercedes y Aston Martin lo usaron audazmente; Russell logró una pole en Canadá con el C5 y Alonso clasificó quinto en Imola con una jugada similar.
Racing Bulls, en contraste, jugó seguro. Lawson confesó tras Montreal que “no hemos sido lo suficientemente valientes para hacer lo que algunos equipos hacen y correr con el C5 en clasificación”. Se aferraron al plan estándar usando el C6, y esa timidez estratégica se tradujo en una sesión difícil en Canadá, donde ninguno pasó a Q3 y ambos acabaron fuera de los puntos.
Estas decisiones conservadoras generan la percepción de que no maximizan el potencial del coche los días de carrera. El VCARB 02 es veloz, pero sin decisiones tácticas audaces, los resultados quedan por debajo de lo que el chasis y los pilotos podrían lograr.
Austria: ¿Hora de arriesgar?
El Gran Premio de Austria representa una oportunidad clara para que Racing Bulls rompa su molde estratégico. El Red Bull Ring es peculiar: corto (4.3 km), con tiempos de vuelta de ~65 segundos, la menor duración de la temporada. Esto comprime la parrilla, haciendo la clasificación reñida.
El trazado tiene tres zonas DRS y frenadas fuertes tras largas rectas, facilitando el adelantamiento. En estas condiciones, una estrategia audaz puede rendir frutos; cualquier ventaja táctica – neumáticos distintos, undercut, stint largo – puede significar ganar posiciones. Un coche de seguridad también puede trastocar el orden a favor de quien reaccione rápido. Spielberg recompensa la creatividad estratégica.
Para Racing Bulls, con un monoplaza técnicamente sólido, esta es la ocasión de probar un enfoque distinto. La presión por resultados aumenta. Lawson y Hadjar tienen ritmo, y la fábrica ha entregado un coche competitivo. El siguiente paso es que el muro también dé el salto. Lawson lo dijo: “ser más valientes” es una necesidad para aprovechar oportunidades perdidas.
Austria, una de las casas de Red Bull, podría ser el escenario donde el equipo junior abandone su etiqueta conservadora. Una estrategia agresiva, en clasificación (compuesto alternativo) o carrera (decisiones de neumáticos contraintuitivas, arriesgar parada extra bajo Safety Car), podría convertir el rendimiento del VCARB 02 en un resultado destacado.
Racing Bulls tiene un coche afinado y pilotos hambrientos. El Gran Premio de Austria es el lienzo para romper el molde que los ha contenido. Un poco más de arrojo desde el muro podría ser la pieza final del rompecabezas, permitiendo que el coche más mejorado de 2025 brille y que sus talentos traduzcan desempeño en pista en puntos e incluso proezas.
