El derrumbe del mito: La declaración de Ismael «El Mayo» Zambada

Ismael "El Mayo" Zambada se declara culpable en Nueva York, revelando 50 años de crimen, corrupción y violencia. Un hito que cierra una era del narcotráfico.
El derrumbe del mito: La declaración de Ismael "El Mayo" Zambada

Este 25 de agosto de 2025, Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, selló el derrumbe de un mito al formalizar su declaración de culpabilidad ante la corte federal de Nueva York. Este evento marca el cierre de una era en el crimen organizado mexicano.

La comparecencia histórica ante el juez Cogan

La jornada del lunes 25 de agosto de 2025 en la corte federal de Nueva York presenció la histórica comparecencia de Ismael “El Mayo” Zambada, el estratega principal del Cártel de Sinaloa. Ante el juez Brian Cogan, Zambada, con una voz baja y un gesto sereno, admitió en solo cinco minutos de confesión leída, la verdadera dimensión de su imperio criminal. Este acto confirmó su rol como arquitecto y operador de una organización que durante más de medio siglo desafió a la ley. Para muchos, su admisión de responsabilidad en la operación, crímenes, corrupción y violencia del cártel, representa el fin del último gran capo activo de la vieja guardia del narcotráfico mexicano.

Los detalles de la audiencia

La sesión comenzó puntualmente al mediodía, según reportaron periodistas como Ángel Hernández, Arturo Ángel, Javier Risco y Jesús Esquivel. Ismael Zambada, de 75 años —y no de 77 como se pensaba—, ingresó al recinto con una apariencia inédita: cabellera y barba tupidas, completamente canosas, y su overol azul de recluso. Antes de sentarse, saludó en voz alta a su equipo de abogados, Frank Pérez y David Stern, con un “buenas tardes”. Inmediatamente después, el juez Brian Cogan, quien previamente juzgó a Joaquín “El Chapo” Guzmán, entró a la sala.

Una vez en su lugar, Zambada respondió con precisión a cada pregunta del juez sobre su identidad y antecedentes personales, según relató Javier Risco en enlaces para Radio Fórmula:

  • Nombre completo: Ismael Zambada García.
  • Edad: Setenta y cinco años.
  • Nivel educativo: Sexto año de primaria.
  • Lugar de estudio: Sinaloa.

Posteriormente, el juez Cogan inquirió sobre su estado físico y mental:

  • Atención médica reciente o medicación: “Solo tomo medicamento para la rodilla”.
  • Relación con psiquiatras: “No, señor”.
  • Adicción a drogas: “No, señor”.

El juez enfatizó la gravedad de la aceptación de culpabilidad y sus consecuencias, dejando claro a Zambada que no habría apelación ni posibilidad de un juicio ordinario.

  • Comprensión del proceso: “Sí, señor”.
  • Conciencia de declararse culpable: “Sí, señor”.
  • Entendimiento de la falta de apelación: “Sí, señor”.

Tras estas confirmaciones, Zambada juró solemnemente decir la verdad con la mano derecha alzada y se dispuso a leer el documento preparado con su defensa. El ambiente en la sala era solemne y expectante, con la presencia de decenas de agentes de la DEA, el FBI, el Servicio de Marshals, fiscales y reporteros. Arturo Ángel describió que Zambada se veía “en mejor condición física” que en comparecencias anteriores, donde se le había visto en silla de ruedas o cojeando.

Un relato de 50 años de historia criminal

Durante un lapso de entre cinco y nueve minutos, Ismael Zambada procedió a leer el documento que trazaba el inicio y la expansión de su carrera criminal. En 1969, a la edad de 19 años, sembró marihuana por primera vez en Sinaloa, marcando el comienzo de una trayectoria de más de cinco décadas.

El alcance del imperio del cártel de Sinaloa

En sus propias palabras, Zambada declaró: “Empecé a involucrarme en las drogas ilegales en 1969, cuando tenía 19 años y planté marihuana por primera vez”.

Continuó reconstruyendo la consolidación y expansión de su organización, detallando las alianzas internacionales, como las establecidas con colombianos, que permitieron el crecimiento y la diversificación del Cártel de Sinaloa. Esto incluyó la ampliación de la producción y el trasiego no solo de marihuana, sino también de cocaína y otras drogas.

Sobre la magnitud de su operación, Zambada ofreció detalles inéditos, aceptando haber traficado al menos un millón y medio de kilos de cocaína, principalmente hacia Estados Unidos, entre 1980 y 2024. Su declaración profundizó en el funcionamiento interno y el control absoluto que ejercía: “Tenía socios de confianza (…) yo mismo trabajaba con muchos de ellos. Otros que trabajaban para mí se encargaban de la logística”. Afirmó: “Tenía a mi servicio a un gran número de hombres armados (…) en última instancia todos estaban bajo mi control. Muchos miembros de mi organización también fueron asesinados”.

Corrupción, violencia y disculpa pública

Zambada no eludió su responsabilidad directa en la violencia, reconociendo: “Yo ordené el asesinato de muchas personas en las últimas décadas”. También mencionó las consecuencias colaterales de esta guerra criminal: “Murieron muchos gatilleros de otros grupos, también de mi grupo, pero también personas inocentes”.

La corrupción fue reconocida como un pilar fundamental de las operaciones del Cártel de Sinaloa: “La organización que encabecé alentó la corrupción en mi país al pagar a policías, comandantes militares y políticos que nos permitieron operar libremente”. Recalcó la dimensión financiera de su estructura: “Gracias a mi empresa criminal hubo cientos de millones de dólares en pagos por estas drogas cada año”.

En un gesto significativo, incluyó una disculpa en su mensaje: “Pido perdón a todos los que han sufrido o se han visto afectados por mis acciones”.

El acuerdo judicial y sus implicaciones

Además de la admisión de culpabilidad, Ismael «El Mayo» Zambada aceptó pagar 15 mil millones de dólares en concepto de reparación de daños y renunció a derechos clave en el proceso penal estadounidense. Tras la audiencia, su abogado, Frank Pérez, subrayó que el acuerdo no incluye explícitamente la cooperación con las autoridades estadounidenses. “Lo que sabe el Mayo, se lo queda el Mayo”, declaró Pérez a los medios, descartando acuerdos para delatar a otros actores criminales.

El Mayo Zambada fue capturado el 25 de julio de 2024. Después, el abogado compartió un mensaje en sus redes sociales, indicando que su cliente solicitó calma para la comunidad sinaloense, inmersa en una disputa entre Los Chapitos y La Mayiza desde el 9 de enero pasado. “Mi cliente también es consciente del impacto que este caso tiene en su estado de origen, Sinaloa. Hace un pedido a la población de Sinaloa para que mantenga la calma, actúe con moderación y evite la violencia… El derramamiento de sangre no sirve para nada, solo profundiza las heridas y prolonga el sufrimiento. Insta a su comunidad a mirar hacia la paz y la estabilidad para el futuro del estado”.

El juez Brian Cogan programó la fecha de la sentencia para el 13 de enero de 2026. Aunque se espera que el capo sea condenado a cadena perpetua, el propio juez indicó que podría gozar de beneficios como el encarcelamiento en una prisión menos severa, permitiéndole ver a su familia y tener más tiempo de recreación.

La declaración de Ismael «El Mayo» Zambada no solo cierra un capítulo crucial en la lucha contra el narcotráfico, sino que también plantea interrogantes fundamentales sobre el futuro del crimen organizado en México y el verdadero costo de medio siglo de impunidad.

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