
¿Es tiempo de que el cuatroteísmo caribeño se deshaga de impresentables?
Desde 2018, Morena, primero, y luego la alianza con el PVEM, ha dominado la escena política de Quintana Roo.
También desde sus orígenes, Morena y el PVEM han realizado fichajes, principalmente de políticos procedentes del PRI (y, claro, del PRD). Se entiende la necesidad en ese momento de los guindas de incorporar cuadros experimentados, sin importar sus “pecados”, siempre y cuando tuvieran cierto capital político o representatividad. La consigna del entonces candidato presidencia era ganar o ganar.
Y desde 2018, Morena y aliados (Verde, PT, PES, etc.) han estado imparables, Desde entonces han acaparado todas las posiciones federales de Quintana Roo, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.
Ese año, además Morena arrancó con tres presidencias municipales y, para 2019, ya tenía (junto con PVEM y PT) la mayoría absoluta (50+1) en el Congreso del Estado.
Para 2025, Morena y el PVEM tienen carro completo: controlan las representaciones federales, los 11 ayuntamientos y la mayoría calificada en el Congreso del Estado.
Se podría decir que, a casi siete años de que Morena inició su acelerado crecimiento en Quintana Roo, no tiene rival enfrente… pero hoy.
Pero no necesariamente este “éxito” ascendente del partido guinda se debe a sus figuras, y mucho menos a sus fichajes. Dentro del cuatroteísmo caribeño, reconocen que este dominio se debe a la “marca”.
La inercia de Morena en el contexto nacional permite a la 4T-QR seguir de frente y sin obstáculos. La “marca” lo hace todo.
No obstante, mantiene en sus filas “fichajes” que poco o nada aportan a la causa morenista… claro, si es que este partido tuviera una causa en la entidad caribeña.
Sin embargo, la estrategia parece seguir en la misma ruta de la “inercia” de la marca. Ya lo demás, se resolverá sobre la marcha, con o sin impresentables.