El cometa interestelar 3I/ATLAS, un forastero cósmico que atraviesa el sistema solar, ha capturado la atención de la comunidad científica con revelaciones sorprendentes. Observaciones recientes, datadas el 12 de diciembre de 2025, confirman que el objeto no solo está activo, sino que su composición está cambiando visiblemente al adquirir un misterioso brillo verdoso y emitir radiación de rayos X, justo antes de su máxima aproximación a la Tierra.
Composición exótica: la firma de los rayos X
El cometa 3I/ATLAS continúa generando datos valiosos para los astrónomos, quienes buscan comprender mejor la formación de mundos más allá del nuestro. El 3 de diciembre de 2025, el observatorio espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA) realizó una observación inédita del cometa durante casi 20 horas.Detalles de la observación:
- Distancia: 3I/ATLAS se encontraba a unos 280 millones de kilómetros de la nave.
- Instrumento: Se empleó la cámara EPIC-pn, el detector de rayos X más sensible del telescopio.
Aunque la emisión de rayos X de baja energía en cometas no es del todo extraña —ocurre cuando los gases interactúan con el viento solar a través de un proceso llamado intercambio de carga—, en el caso de 3I/ATLAS, esto tiene un valor especial.
Al ser un cometa interestelar (originado fuera del sistema solar), estos datos permiten la detección de gases difíciles de medir mediante telescopios ópticos o ultravioletas, tales como el hidrógeno molecular o el nitrógeno. Estas mediciones alimentan las hipótesis sobre posibles composiciones «exóticas» que no se pudieron confirmar en el primer visitante interestelar conocido, ‘Oumuamua.
La Agencia Espacial Europea destaca que estos hallazgos complementan observaciones previas realizadas por otras misiones, incluyendo el telescopio espacial James Webb y la misión SPHEREx de la NASA, que ya habían identificado vapor de agua, dióxido de carbono y monóxido de carbono en el cometa.
El tono verdoso y la evolución de su actividad
Las novedades visuales no son menos fascinantes. El 26 de noviembre, el telescopio Gemini North, ubicado en Hawái, captó nuevas imágenes que mostraban que 3I/ATLAS había adquirido un tenue brillo verdoso.
Este cambio es significativo porque observaciones anteriores reportaban un tono más rojizo. Los astrónomos han determinado que el color verde proviene de la emisión de carbono diatómico (C₂), un rasgo común en la activación de cometas dentro de nuestro sistema solar.
Este cambio de tonalidad sugiere una evolución en la química o el ritmo de liberación de gases del cometa. Los expertos señalan que este comportamiento puede deberse a que el calor solar está penetrando en capas más profundas de hielo y polvo, haciendo que el cometa reaccione «con retraso» y active nuevas emisiones conforme continúa su viaje.
Trayectoria hiperbólica y el descarte de alarmas
El cometa interestelar 3I/ATLAS (C/2025 N1) es el tercer objeto confirmado proveniente de fuera de nuestro sistema estelar. Fue descubierto el 1 de julio de 2025 por la red ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) en Río Hurtado, Chile. Su inusual trayectoria de órbita hiperbólica confirmó inmediatamente su origen foráneo.
El 19 de diciembre de 2025, 3I/ATLAS alcanzará su mínima distancia a la Tierra, un «paso cercano» en términos astronómicos.Distancias de aproximación confirmadas:
- Máximo acercamiento a la Tierra (19 de diciembre): 1,8 unidades astronómicas, equivalentes a 270 millones de kilómetros (más de 700 veces la distancia de la Luna).
- Máximo acercamiento al Sol (29 de octubre): 203 millones de kilómetros.
- Máximo acercamiento a Marte (3 de octubre): 29 millones de kilómetros.
A pesar de las especulaciones surgidas, la NASA insiste en que el cometa no representa ningún peligro. De hecho, el director de la Agencia Espacial Europea, Josef Aschbacher, abordó públicamente los rumores, zanjando: «Lo hemos observado muy bien y puedo asegurar que no son alienígenas, no es lo que algunas especulaciones creen que es».
El cometa tiene un núcleo estimado entre 10 y 30 kilómetros de diámetro y viaja a una velocidad superior a 68 km/s (unos 245.000 km/h) durante su paso por el sistema solar interior.
Esfuerzos de rastreo y observación futura
Debido a su alta velocidad, la Agencia Espacial Europea ha rechazado la posibilidad de enviar una sonda espacial para visitarlo o aterrizar en él. Sin embargo, la ESA está desarrollando la misión Comet Interceptor, diseñada para visitar un cometa proveniente de las regiones exteriores del Sol o, aunque improbable dada su rareza, un futuro cometa interestelar.
Actualmente, la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA está rastreando el cometa como parte de los esfuerzos globales para caracterizar objetos cercanos a la Tierra, aunque 3I/ATLAS no califica como tal debido a su distancia. Se ha utilizado el Orbitador de Gases Traza ExoMars de la ESA para mejorar la ubicación prevista del objeto en un factor de diez.
Para los aficionados que deseen observar a 3I/ATLAS, se requiere moderar las expectativas. El cometa no será visible a simple vista. Se recomienda utilizar binoculares potentes o, preferiblemente, un telescopio con al menos 30 centímetros de apertura, buscando cielos oscuros y con poca contaminación lumínica. Las mejores oportunidades se darán antes del amanecer, mirando hacia el este o noreste. El cometa aparecerá cerca de la estrella Regulus, en la constelación de Leo, durante la noche del 18 al 19 de diciembre.
La capacidad de 3I/ATLAS para emitir rayos X y cambiar su aspecto visible subraya su rareza como portador de material formado en otro sistema estelar. Al perder masa a medida que los gases congelados se transforman en vapor (como se vio en agosto con el telescopio espacial Hubble), el cometa nos ofrece una ventana única al universo exterior.
