El 07 de diciembre de 2025, el municipio de Chalco, Estado de México, fue epicentro de un poderoso encuentro entre arte y activismo agrario. La Función Especial de cine comunitario Chalco, dirigida por los alumnos del cineasta Juan Carlos Rulfo, puso en pantalla la resistencia del campo mexicano ante el avance implacable de la mancha urbana.
El arte como defensa territorial y cultural
El evento fue organizado por los estudiantes de Juan Carlos Rulfo, quien es profesor de la Escuela de Cine Comunitario y de Fotografía Pohualizcalli, en colaboración con la Escuela de Campo Unión Productora de Atlazalpan. La función se llevó a cabo en la Biblioteca de San Pablo Atlazalpan.
La temática central de los seis audiovisuales presentados es advertir el riesgo inminente de desaparición del campo, el cual se encuentra acechado por el crecimiento descontrolado de la mancha urbana. Las historias giran en torno a dos ejes fundamentales:
- La defensa de la tierra.
- La recuperación y fortalecimiento de tradiciones, como es la siembra agro ecológica del maíz chalqueño.
El maíz chalqueño, alimento endémico y milenario, otorga identidad y cultura a esta localidad.
El cineasta Juan Carlos Rulfo, quien es cuatro veces ganador del Ariel, acompañó a sus discípulos, a quienes instruye para que puedan contar sus propias vivencias, especialmente la forma en que la mancha urbana está arrasando con las tierras de cultivo.
El llamado de Juan Carlos Rulfo al regreso al campo
Rulfo enfatizó la urgencia de generar estrategias de unión y sensibilización para la ciudadanía. Sostuvo que es vital:
> “Unir fuerzas para que los productores encuentren maneras de producción diferentes, mucho más ecológicas; pero que, al mismo tiempo, (los campesinos) traten de emocionar a la población y regresen al campo, en un lugar donde la ciudad se está comiendo al campo en todos los sentidos.”
El cineasta destacó el papel del arte como herramienta de lucha y resistencia, afirmando que, en la Escuela de Cine Comunitario y de Fotografía Pohualizcalli, han descubierto cómo utilizar: “la cultura, el arte y el audiovisual, como una manera de defensa y de lucha para poder presentar a la gente estos trabajos (cinematográficos) en defensa de su territorio”.
Asimismo, Rulfo advirtió que las luchas agrarias en México se mantienen a través del tiempo, resonando con la experiencia de su propia familia. El director hizo referencia al legado de su padre, el escritor Juan Rulfo:
> “Mi padre (el escritor Juan Rulfo) es de lo que hablaba todo el tiempo, este problema de los usos del poder malentendidos para poderse quedar con las cosas, con la tierra. Generar riqueza, con la explotación y el uso de la tierra.”
Para él, la generación de arte es crucial porque su propósito, a lo largo de la historia del universo, “es regresarle a la gente, a través del alma y el espíritu, la conciencia de dónde está”.
Voces desde el campo y la pantalla
Los cortometrajes presentados forman parte del curso “En Busca de la Imagen”, que dirige el maestro Juan Carlos Rulfo.
Julio García de Jesús, campesino y estudiante del curso, consideró que los audiovisuales logran capturar la problemática que se vive en su comunidad: “Todo lo que está implicando con esta situación que estamos viviendo en el campo, tanto la escasez de mano de obra, como la presión que tenemos por parte de la mancha urbana”.
Por su parte, Jesús Villaseca Chávez, director de Pohualizcalli, sostuvo que el propósito de la escuela es plantear un cine con compromiso social “donde nos veamos reflejados en la pantalla”. En Pohua se están creando vínculos directos con las comunidades para que la gente sea la protagonista y organicen sus propios festivales, “para contar nuestras propias historias”.
Recuento de las obras exhibidas
A lo largo de hora y media, los asistentes pudieron ver la producción de los estudiantes. Los seis cortometrajes presentados fueron:
- Receta para preparar una tortilla, de Karina Flores.
- Piedra, papel o tijera, de Axel Palomares.
- Ojos Brujos, de Sabina Varela.
- De la ciudad al campo, del campo a lo sobrenatural, de Jesús Gómez.
- Tierra de Humanos, de Regina Gibrán.
- Corazón de Maíz, un detrás de cámaras, de Libertad Ramírez.
El cortometraje Tierra de Humanos cerró con la poderosa frase: “Dejemos al menos flores. Dejemos al menos cantos. Dejemos al menos maíz e historia en esta tierra !Escúchame!”.
Al finalizar la proyección, se llevó a cabo el Conservatorio “La importancia del maíz nativo en Atlazalpan, territorio, seguridad y soberanía”. La charla se prolongó por dos horas adicionales, permitiendo que profesores de la escuela de cine y fotografía, así como los alumnos, pudieran interactuar con los nativos de esta comunidad chalquense. A la Función Especial de Cine Comunitario también asistió la directora de cine Valentina Leduc, ganadora de cuatro Arieles (dos por cortometraje y dos por edición).
La batalla por la tierra en el valle de México se libra hoy no solo con herramientas de cultivo, sino también con cámaras y narrativa. Los cineastas comunitarios de Chalco no solo documentan la erosión de su patrimonio, sino que usan el poder del arte para despertar una conciencia crítica sobre la soberanía alimentaria y la especulación territorial, un conflicto que parece tan endémico en México como el maíz que buscan preservar.







