El cierre de Médicos sin Fronteras en Tamaulipas: Ocho años de atención crítica a migrantes

Médicos sin Fronteras cierra su crucial proyecto en Tamaulipas tras ocho años. Analizamos las implicaciones del fin de la atención a miles de migrantes vulnerables.
El cierre de Médicos sin Fronteras en Tamaulipas: Ocho años de atención crítica a migrantes

Después de ocho años de labor ininterrumpida, Médicos sin Fronteras (MSF) concluyó este martes, 30 de septiembre de 2025, su proyecto de atención integral a la población migrante en Reynosa y Matamoros, Tamaulipas. Esta retirada, en un contexto de políticas migratorias restrictivas, deja un vacío significativo tras brindar más de 80 mil atenciones médicas y psicológicas, fortaleciendo la respuesta local.

Un legado de ocho años frente a políticas restrictivas

El proyecto de Médicos sin Fronteras nació en 2017, en respuesta directa a las «fuertes necesidades de salud física, mental y condiciones de vida» de la población migrante. Estas necesidades se exacerbaron por las políticas migratorias «restrictivas y discriminatorias» impuestas por Estados Unidos durante el primer mandato de Donald Trump, sumadas a la limitada capacidad de las autoridades locales en Reynosa y Matamoros para gestionar los flujos masivos de personas. Miles de migrantes quedaron atrapados en el norte de México, en su búsqueda de una vida mejor, enfrentando una realidad de alta vulnerabilidad.

Durante todo este periodo, MSF brindó más de 80 mil atenciones médicas y psicológicas, consolidando un importante legado de protección. La organización no solo proporcionó asistencia directa, sino que también fortaleció la respuesta local, trabajando «de la mano con instituciones de salud mexicanas, albergues y organizaciones comunitarias», que resultaron ser un pilar fundamental en el cuidado de esta población.

La cruda realidad de la vulnerabilidad migrante

La coordinadora de actividades médicas de MSF en Reynosa, Cristina Romero, señaló la extrema fragilidad de los migrantes atendidos. Miles de personas quedaron expuestas a «riesgos extremos» como el secuestro, la tortura, la violencia sexual y el despojo de sus pertenencias, una constante que marcó la experiencia en estas ciudades fronterizas.

En un informe reciente, la organización destacó un alarmante incremento en los casos de violencia, incluyendo secuestro y violencia sexual, entre 2017 y 2025. MSF denunció abiertamente las severas consecuencias de las políticas migratorias implementadas en ambos lados de la frontera, México y Estados Unidos, y sus profundas implicaciones en la salud física y mental de las personas en movilidad. El informe también visibilizó las «condiciones de vida precarias» de miles de personas ubicadas en «espacios inhóspitos y carentes» de acceso a servicios básicos para la subsistencia.

La respuesta de MSF: Cifras que evidencian una crisis humanitaria

Ante este panorama crítico, MSF implementó consultorios de medicina general en Reynosa y Matamoros. Este apoyo fue crucial tanto para las personas migrantes como para las comunidades residentes, quienes pudieron acceder a consultas, acompañamiento psicosocial y medidas de prevención en un momento de gran presión para el sistema de salud local.

Las cifras de atención son contundentes:

  •  67 mil consultas de atención primaria.
  •  13 mil consultas psicológicas individuales.
  •  3 mil 700 consultas psicológicas grupales.
  •  394 sobrevivientes de violencia sexual recibieron atención especializada.
  •  474 personas fueron atendidas bajo el programa mhGAP de la Organización Mundial de la Salud, diseñado para acortar la brecha en salud mental.

El futuro de la ayuda humanitaria: MSF continúa en méxico

A pesar del cierre de este proyecto en Tamaulipas, Médicos sin Fronteras subrayó que su labor en México no concluye. Por el contrario, la organización afirmó que «seguirá respondiendo a emergencias médicas y humanitarias en otras entidades del país». Entre las localidades donde MSF mantendrá su presencia y operaciones se encuentran Ciudad Juárez, Chihuahua; Tapachula, Chiapas, y la Ciudad de México, puntos clave en las rutas migratorias y en la atención a poblaciones vulnerables.

El vacío dejado por el cierre de Médicos sin Fronteras en Tamaulipas resalta la urgente necesidad de una respuesta gubernamental más robusta y humana. ¿Quién asumirá ahora la carga de proteger y atender a miles de personas que, atrapadas por políticas migratorias, enfrentan la violencia y la precariedad en su búsqueda de esperanza?

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