El panadero británico Richard Hart, figura reconocida internacionalmente y dueño de la recién inaugurada Green Rhino en la Ciudad de México, pasó de ser un referente gastronómico a un protagonista de una polémica nacional en cuestión de horas. El detonante fue una serie de declaraciones explosivas que cuestionaron la tradición panadera del país, llevando a chefs e historiadores a una defensa férrea de la milenaria cultura del pan mexicano.
El juicio de Richard Hart: «No existe una cultura del pan»
La controversia, que se viralizó a partir del 11 de diciembre de 2025, se originó en un pódcast danés grabado meses atrás (específicamente en abril de 2024) para Pop Foodie Radio. En esa charla, Hart, quien se mudó a la Ciudad de México en 2023, afirmó que en México “no existe una cultura del pan”.
El británico, cuya panadería Green Rhino se instaló en junio de este año en la colonia Roma Norte, fue más allá y lanzó críticas específicas sobre los pilares de la panadería salada y dulce local:
- Críticas al pan salado: Calificó al bolillo como “horrendo” y “pan feo”. Junto con la telera, base de las tortas, minimizó estos productos que considera parte del pan salado industrial.
- Críticas al pan dulce: Aseguró que el pan mexicano “no es realmente pan, sino pastel” o que “ni siquiera es pan, es pastel”, refiriéndose al consumo cotidiano que se inclina hacia el pan dulce.
- Críticas a la materia prima: También cuestionó la calidad de la harina, señalando que el trigo nacional no era adecuado para ciertos procesos de panificación, y criticó el uso de harina industrial.
La ola de críticas en redes sociales no se hizo esperar, tachando al chef de clasista, eurocentrista y profundamente desinformado sobre la rica tradición panadera del país.
El prestigio internacional del panadero
Richard Hart es una figura con una trayectoria sólida en el ámbito culinario global. Su carrera despegó a principios de los años 2000 en San Francisco, donde fue jefe panadero en Tartine Bakery, uno de los referentes de la panadería artesanal en Estados Unidos.
Posteriormente, Hart cofundó Hart Bageri en Copenhague junto al chef danés René Redzepi, consolidando su reputación en Europa. Además, su trabajo sirvió de inspiración para el personaje Marcus de la aclamada serie The Bear. Hart explicó que eligió México por su ubicación estratégica entre San Francisco, donde residen sus hijos, y Europa, donde mantiene otros proyectos.
La defensa de la identidad y la tradición panadera mexicana
Mientras Richard Hart y Green Rhino desactivaron los comentarios en sus redes sociales ante la presión pública, chefs, historiadores e influencers gastronómicos salieron en defensa del pan mexicano. El debate se centró en recordar que la diversidad panadera del país es el resultado de procesos históricos, económicos y regionales que se remontan al siglo XVI.
Especialistas señalaron que la panadería mexicana no necesita la valoración extranjera para tener identidad. Aunque gran parte de la harina usada en México está estandarizada para consumo industrial, importada en buena medida de Estados Unidos y Canadá, esto no invalida la existencia de una tradición viva ni de la panadería artesanal.
El universo panadero mexicano, amplio y a veces subestimado, incluye:
- Conchas
- Cocoles
- Pan de muerto
- Rosca de Reyes
- Bolillos
- Teleras
La disculpa de Hart: «Me equivoqué y lo lamento profundamente»
Ante el revuelo mediático, Richard Hart reculó y ofreció una disculpa directa “a los mexicanos” a través de un comunicado difundido en la cuenta oficial de Green Rhino. La disculpa se hizo pública el lunes 15 de diciembre de 2025.
En el mensaje, el panadero reconoció su error y admitió que sus expresiones no reflejaban el respeto que siente por el país donde vive y trabaja. «He escuchado la conversación y leído sus mensajes. Me equivoqué y lo lamento profundamente”, escribió.
Hart reconoció la gravedad del agravio causado, señalando: “En este país soy un invitado y olvidé actuar como tal”. Afirmó que su intención es demostrar con hechos su respeto por la cultura mexicana. Como compromiso, indicó que su prioridad será “escuchar más y hablar menos” y que buscará esforzarse por hacerlo mejor cada día, buscando demostrar el respeto que la cultura mexicana merece.
El incidente, más allá de la controversia inicial, detonó una conversación necesaria sobre tradición, identidad y la diplomacia cultural que todo invitado extranjero debe practicar, confirmando una lección fundamental de la gastronomía nacional: en México se puede debatir de casi todo, menos meterse con el bolillo.







