El adiós de la primera sala de la SCJN: Legados y desafíos de la reforma judicial 2025

La clausura de la Primera Sala de la SCJN por la reforma judicial 2025 genera un debate sobre el legado y los desafíos de una nueva era para la justicia.
El adiós de la primera sala de la SCJN: Legados y desafíos de la reforma judicial 2025

En una jornada cargada de simbolismo y reflexiones, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) presenció la clausura de los 30 años de la Primera Sala. Ministros salientes defendieron su labor frente a “calumnias” y, al citar a Gustavo Cerati, se despidieron con un contundente “¡Gracias totales!”. Este cierre marca el inicio de una nueva etapa definida por la reforma judicial de 2025.

El fin de una era: Entre la defensa y el privilegio

Este miércoles 13 de agosto de 2025, la Primera Sala de la SCJN culminó un periodo de tres décadas, destinada a extinguirse el 31 de agosto por mandato de la reforma judicial. Los discursos de despedida de sus integrantes estuvieron marcados por la defensa de su trabajo y un claro mensaje sobre la integridad.

El ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo fue el primero en tomar la palabra, expresando su agradecimiento a todos los integrantes de la sala y al personal técnico por haber gestionado miles de asuntos. Con firmeza, declaró: “Me despido diciendo que, a pesar de los infundios y las calumnias, nos retiramos algunos de nosotros con la dignidad y la vocación intactas”.

Por su parte, Juan Luis González Alcántara Carrancá resaltó el buen funcionamiento de la Corte con su trabajo dividido entre salas y el Pleno. Ante la extinción de la sala, manifestó su esperanza de que perduren “los ecos de las jurisprudencias de las que aquí emanaron”. Citando también a Cerati, concluyó: “(Son) vestigios de los primeros esfuerzos por consolidar en nuestro país exitosamente la defensa de los derechos humanos. En esto, parafraseando a Cerati, solo me resta decir: gracias totales a todos ustedes”.

La ministra Margarita Ríos Farjat subrayó su convicción de que todos los ciudadanos aspiran a una mejor justicia en México. “Ojalá algún día todos nos diéramos cuenta. Lamento profundamente la desaparición de la Primera Sala, que lleva décadas siendo histórica, pero confío en que su legado perdurará por siempre y siempre a la más alta protección de los derechos humanos”, señaló con énfasis en la trascendencia de su labor.

El más conciso de los ministros salientes fue Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. “Me uno a los agradecimientos y solo me resta decir que verdaderamente para mí ha sido un privilegio. Muchas gracias”, expresó, reflejando una postura de sobriedad.

La visión hacia el futuro: Justicia abierta y transformadora

Contrastando con los discursos de despedida de sus compañeros, la ministra presidenta de la sala, Loretta Ortiz Ahlf, defendió una perspectiva de futuro para la Corte. Aunque reconoció el legado de más de tres décadas en la defensa de derechos y la innovación jurídica, con fallos que transformaron vidas y respaldaron a sectores vulnerables, también señaló que la futura época de la Corte traerá más desafíos, pero también una mayor apertura para la justicia social.

Ortiz Ahlf enfatizó la legitimidad de las expectativas sociales frente a un poder judicial más cercano y democrático. “La desaparición de las salas plantea retos institucionales, pero confío en que la nueva corte sabrá afrontarlos, inaugurando una época de justicia abierta, más abierta, incluyente y transformadora. Así cerramos un capítulo trascendente para dar paso a otro igualmente relevante, el de la legítima expectativa social de un poder judicial más democrático, accesible y comprometido con la justicia social”, afirmó.

Loretta Ortiz Ahlf, en un contexto previo a esta sesión, había ya señalado la complejidad de ciertos temas, como la prisión preventiva oficiosa. Propuso en su momento que los legisladores reformaran la ley para acatar la sentencia de la CoIDH contra el Estado mexicano, que declaró inconvencionales la prisión preventiva y el arraigo. Esta postura subraya su visión crítica y su compromiso con una reforma judicial que no solo sea estructural, sino que también aborde los derechos humanos de manera profunda. La clausura de la Primera Sala, entonces, no solo es el fin de un ciclo, sino la promesa de una transformación que, según la ministra Ortiz Ahlf, debe ser aún más comprometida con la sociedad.

La desaparición de la Primera Sala es un hito de la reforma judicial 2025 que promete reconfigurar el panorama jurídico del país. ¿Estará la nueva Corte a la altura de las expectativas de un poder judicial verdaderamente democrático, accesible y comprometido con la justicia social, tal como lo vislumbra su presidenta saliente?

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