El Senado de la República se convirtió en el epicentro de un intenso conflicto político este 4 de diciembre de 2025. Con dispensa de trámites, Morena y sus aliados aprobaron en lo general la minuta de la nueva Ley General de Aguas 2025, desatando un «duelo verbal» con la oposición que acusó la «expropiación» del líquido vital y de los derechos de los productores, según reportan Andrea Becerril y Georgina Saldierna.
La aprobación legislativa: el pulso de la cuarta transformación
En la sala de sesiones del Senado de la República, la Ley General de Aguas y la Ley de Aguas Nacionales fueron aprobadas en lo general con una votación contundente: 85 votos a favor y 36 en contra. La aprobación, que inició la discusión de 23 reservas, se dio en medio de un ambiente cargado de acusaciones.
El bloque de la Cuarta Transformación (4T) y sus aliados desestimaron las aseveraciones de la oposición que incluso afirmó que fuera del recinto se encontraban cientos de productores inconformes, lo cual, de acuerdo con la mayoría, no era cierto. La narrativa de la oposición se centró en sostener que no se realizaron cambios sustanciales a la iniciativa presidencial que mitigaran sus temores.
El debate central: ¿se expropia el agua o se garantiza la certeza?
El coordinador de Acción Nacional, Ricardo Anaya, presentó una moción suspensiva, argumentando que Morena «miente porque solo pretende tener el control del agua para concentrar más poder». Anaya enfatizó la preocupación de los campesinos que deseen vender su parcela, sosteniendo que con la nueva legislación ya no podrán hacerlo manteniendo la concesión del líquido vital.
«En otras palabras, podrás vender tu tierra, pero el agua regresa al gobierno», sentenció el coordinador blanquiazul.
Inmediatamente, el coordinador de Morena, Adán Augusto López Hernández, respondió de forma contundente, acusando a Anaya de mentir y procediendo a leer el artículo 49 de la Ley General de Aguas:
> «La autoridad del agua, una vez efectuado el cambio de dominio, expedirá un nuevo título de concesión conforme a las características de uso y volumen del título original y por el plazo remanente de su vigencia”.
López Hernández recalcó que el artículo establece con claridad que el nuevo propietario conservará los derechos sobre la explotación, uso y aprovechamiento del líquido correspondiente y que la concesión queda fuera del análisis de disponibilidad.
El morenista finalizó su réplica con un mensaje político: «Son otros los que vienen a mentir aquí a esta tribuna. Y no se preocupe, senador. Nosotros no queremos mayor poder político. Ese ya nos lo dio la mayoría del pueblo en las urnas”.
La defensa del patrimonio campesino y el artículo 37 bis
A pesar de la aclaración de López Hernández, otros legisladores del PAN repitieron el planteamiento inicial. Mayuli Latifa Martínez y Verónica Rodríguez sostuvieron que la ley expropia el agua al facultar a la federación para quitar, reducir o reasignar volúmenes de agua concesionada.
Desde el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Paloma Sánchez y Mely Romero sostuvieron que tampoco se podrán transmitir las concesiones de agua de ejidatarios y productores a sus hijos y demás familiares.
La legisladora morenista Andrea Chávez pidió a la oposición leer el dictamen, citando el artículo 37 bis, donde se establece lo contrario a tal afirmación. La petista Lizeth Sánchez respaldó esta postura, señalando que la reforma:
- Asegura la transmisión expedita de derechos en herencias, compraventas y fusiones.
- Protege el patrimonio de las familias campesinas.
- Protege la economía de subsistencia, al diferenciar a los pequeños productores de los grandes agroindustriales.
Acusaciones de la oposición y la réplica sobre el “hampa hídrica”
El senador del Partido del Trabajo (PT), Gonzalo Yáñez, resaltó que la reforma garantiza «agua para todo el pueblo» y tiene como propósito «acabar contra el hampa hídrica, con el hampa del agua».
El senador Gerardo Fernández Noroña, de Morena, acusó a la oposición de defender los intereses de los acaparadores. Por su parte, el también morenista Félix Salgado Macedonio criticó una manta enorme que los opositores colgaron en el salón de sesiones con la leyenda de que la reforma expropia el agua.
Salgado Macedonio reviró a la oposición, afirmando: «Es exactamente lo que ustedes hicieron en el pasado, expropiar el agua». Además, preguntó quién privatizó el ejido y acusó a priístas y panistas de sentirse dueños de lagunas, ríos y demás recursos hídricos. El legislador puso como ejemplo la Presa El Gallo, en Guerrero, concesionada por 40 años a una empresa alemana generadora de energía.
Durante el duelo verbal, también hubo exhibición de cartelones con mensajes contrastantes:
- Bloque de la 4T: «El agua es vida no mercancía».
- PRI: «Morena traiciona a los campesinos».
El reconocimiento de la senadora Anaya y el cierre de las reservas
La mayoría de los legisladores de oposición sostuvo que las demandas de los productores agrícolas no fueron tomadas en cuenta. No obstante, la senadora del PRI, Claudia Anaya, fue la excepción. Ella reconoció en tribuna que gracias a las movilizaciones de los productores se lograron algunos cambios a la iniciativa presentada por la presidenta Sheinbaum. Sin embargo, precisó que aún persisten «deficiencias que tienen que ver con los volúmenes de agua».
Al final de la jornada, a pesar de la discusión de las 23 reservas, Morena y sus aliados acordaron aprobar la minuta en sus términos, lo que asegura que ninguna de las reservas presentadas por la oposición será aprobada.
Movilizaciones agrícolas: el contexto de Chihuahua
Es importante destacar que el debate en el Senado tuvo lugar en un contexto de inconformidad agrícola. Productores de Chihuahua acordaron retirar bloqueos fronterizos tras una reunión con la Secretaría de Gobernación. Dicho acuerdo se logró a cambio de concretar una mesa de diálogo con la Conagua para resolver las dudas sobre la legislación que ya había sido aprobada en la Cámara de Diputados y que esa noche se discutía en el Senado.
La aprobación en lo general de la Ley General de Aguas evidencia la polarización absoluta en el Congreso, donde las certezas legales promovidas por el partido en el gobierno chocan frontalmente con el temor de la oposición a una concentración excesiva de poder sobre el recurso hídrico. El debate sobre el agua, más que técnico, se confirma como uno de los pilares ideológicos de la contienda política actual.






