Donald Trump eleva su retórica antimigrante: «son basura»

La retórica antimigrante Trump escala violentamente, calificando a inmigrantes de países pobres como "basura" e "invasores". Analizamos los operativos en Nueva Orleans y Minneapolis.
Donald Trump eleva su retórica antimigrante: "son basura"

Donald Trump ha intensificado dramáticamente su discurso contra los inmigrantes de países pobres, calificándolos de «basura» y asegurando que «están envenenando la sangre» de Estados Unidos. Esta agresiva retórica antimigrante Trump coincide con el inicio de operativos federales en Minneapolis y Nueva Orleans, reactivando las alarmas sobre la política migratoria.

El resurgimiento de los ataques verbales y operativos federales

En un contexto que el presidente Donald Trump describió como un «parteaguas» nacional, su retórica violenta contra los inmigrantes de países en desarrollo escaló a nuevos niveles, tal como reportaron David Brooks y Jim Cason el 05 de diciembre de 2025 desde Nueva York y Washington.

El mandatario declaró explícitamente sobre inmigrantes de Somalia y de otras naciones pobres: “Son basura… Nuestro país está en un parteaguas… Podemos ir por un lado o por el otro y procederíamos por el equivocado si continuamos dejando ingresar basura a Estados Unidos”.

Aunque los insultos y las formas despectivas han sido parte del discurso oficial del mandatario desde 2015 —cuando la «basura» eran los mexicanos— su agresividad alcanzó un pico en días recientes. El martes, sus comentarios se enfocaron específicamente en la comunidad somalí que reside en el estado de Minesota:

  • Trump enfatizó: “No los quiero aquí… Su país apesta y no los aceptamos en nuestra nación”.
  • Agregó que la diputada federal demócrata Ilhan Omar, una refugiada somalí, “es basura, sus amigos son basura”.

La agresión continuó el miércoles. Trump afirmó que los somalíes han “sacado miles de millones de dólares” de Estados Unidos. Respecto a la legisladora Omar, insistió en que “no debería ser legisladora –algunos de los aliados del presidente investigan si pueden revocar su ciudadanía–, debería ser sacada de nuestro territorio”.

Además, afirmó que “esa gente ha destruido Minesota… Es un hoyo del infierno ahora y los somalíes deberían ser sacados de ahí, han destruido nuestro país”. Los reportes señalan que el mandatario ignoró que gran parte de esa comunidad está integrada por ciudadanos estadunidenses.

La ofensiva gubernamental y los operativos

El miércoles, el gobierno federal de Donald Trump anunció el comienzo de nuevos operativos antimigrantes en Minneapolis, la principal ciudad de Minesota, así como en Nueva Orleans. Varias personas protestaron ayer en la alcaldía de Nueva Orleans contra los operativos federales puestos en marcha para arrestar a extranjeros sin documentos.

Estos movimientos van de la mano con la posición de la Secretaria de Seguridad Interna, Kristi Noem, cuyo ministerio incluye las fuerzas federales de migración. El lunes, la funcionaria difundió un mensaje por redes sociales en el que resaltó:

> “Acabo de reunirme con el presidente. Recomendé una prohibición plena de viajes sobre cada maldito país que ha estado inundando a Estados Unidos con matones, sanguijuelas y adictos a las asistencias. Nuestros antecesores construyeron este país con sangre, sudor y el amor indomable a la libertad, no para que invasores extranjeros maten a los héroes nacionales, chupen nuestros impuestos o roben los beneficios que se deben a estadunidenses. NO LOS QUEREMOS. NI UNO SOLO”.

La ampliación del «enemigo interno» y el contexto histórico

La semana pasada, el jefe de la Casa Blanca afirmó que “la carga de los refugiados es la causa principal de la disfunción social en Estados Unidos”, culpándolos de todos los males, incluyendo:

  • Escuelas fracasadas.
  • Alto nivel de crimen.
  • Decadencia urbana.
  • Hospitales abrumados.
  • Carencia de vivienda y grandes déficits.

Un día después de que un refugiado afgano, quien había trabajado con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), disparó contra dos guardias nacionales en Washington, Trump anunció de inmediato la “pausa permanente a toda inmigración desde países del tercer mundo”. Advirtió que procederá a la expulsión de “cualquiera que no sea un beneficio neto para Estados Unidos”.

De México a la disfunción social total

Los ataques verbales y las acciones punitivas no son nuevos. En su primer periodo como presidente, Trump exigió saber por qué Estados Unidos dejaba ingresar a inmigrantes de “países de mierda”, en referencia a Haití y varios países africanos.

En su primera administración, como ahora, buscó imponer prohibiciones de viajes a Estados Unidos desde 19 países, incluidos Irán, Siria, Cuba y Venezuela, entre otros.

Mexicanos, el primer objetivo de las agresiones: En 2015, cuando anunció su candidatura presidencial para los comicios de 2016, arremetió contra los inmigrantes mexicanos. Acusó que México envía a “los peores”, quienes “traen drogas, crimen y son violadores (sexuales); algunos, supongo, son buena gente”.

A lo largo de los años y en casi todos sus discursos electorales y frecuentemente como presidente, el mandatario ha calificado a inmigrantes no blancos no solo de “criminales” y “violentos”, sino también de “animales”, todos los cuales son “el enemigo interno” de Estados Unidos. Tal vez su declaración más alarmante fue cuando afirmó que los inmigrantes que llegan a Estados Unidos están “envenenando la sangre de nuestro país”.

Esta retórica del gobernante de uno de los anfitriones de la Copa del Mundo de futbol contradice el mensaje oficial del certamen, el cual desea paz y hermandad entre los pueblos del planeta. (Ver notas relacionadas: EU: cacería de migrantes ahora en Nueva Orleans, Minneapolis y Saint Paul; Ningún migrante indocumentado cruzó la frontera con México en 6 meses: Trump; Donald Trump retórica ofensiva migrantes).

Consecuencias e implicaciones

La escalada de la retórica antimigrante, combinada con el anuncio de la «pausa permanente a toda inmigración desde países del tercer mundo» y los operativos en ciudades clave, no solo polariza el debate político, sino que institucionaliza la criminalización de comunidades enteras, contradiciendo el mensaje de unidad que supuestamente promueven los eventos internacionales como la Copa del Mundo. ¿Qué costo tendrá para la cohesión social de Estados Unidos la persistente insistencia del presidente en definir a millones de personas como «basura» y un «enemigo interno»?

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