
Por Javier Chumacero/NOTICARIBE PENINSULAR
PLAYA DEL CARMEN.- La Maestra está sola en el salón de clases. Las sillas azules están sin usarse, mientras se desarrolla la clase de matemáticas de cuarto año de primaria de una escuela privada.
Ya cada alumno debió de haber leído el material didáctico de la lección de hoy. Todos con sus audífonos desarrollan las actividades que les plasman en las pantallas de sus computadoras.
-¿ Se distraen más o menos en sus hogares que en los salones de clase?, se le preguntó a la profesora.
-Igual, pero con diferentes distractores. En el aula son sus propios compañeros, y en sus viviendas son sus mascotas, los hermanitos o los vecinos.
Unas paletas de madera con diferentes letreros tales como “Puedes hablar”, “desactiva tu cámara”, “presta atención” y “levanta la mano para hablar”, son utilizados para poner orden en la clase virtual.
Los alumnos están en el extremo inferior derecho de la computadora, porque ahora están completando un formulario que ocupa la mayor parte de la pantalla. “Debemos identificar las voces de los niños, porque no tenemos todos los cuadros disponibles”, puntualizó la docente.
Hay de todo un poco: tres niñas en una misma casa, a pocos metros una de la otra; un niño cuya mamá le apoya con las dudas y otros infantes que están solos en sus casas.
“Nosotros entregamos con una semana de anticipación a nuestro supervisor, los temas que se abordarán a la siguiente semana. Finalizada la lección, hay una plataforma con las tareas y nos toca revisarlas, hacer observaciones en caso de ser necesario y calificarlas”, explicó.
YouTube es una herramienta que ayuda a reforzar la enseñanza. “Ahora tenemos menos tiempo con la virtual que con la presencial. Debemos aprovechar todos los minutos”, agregó.