Mientras Tailandia y Camboya celebran un gravamen del 19 por ciento, percibiéndolo como un beneficio para sus economías, Taiwán se prepara para negociar una reducción de su arancel temporal del 20 por ciento. La medida, anunciada el jueves 31 de julio de 2025 y reafirmada el viernes, subraya la complejidad de la política arancelaria estadounidense y sus repercusiones geoeconómicas.
Celebración en el sudeste asiático ante nuevos gravámenes
La imposición de un arancel del 19 por ciento por parte de Estados Unidos ha sido recibida con optimismo inesperado por Tailandia y Camboya, quienes lo ven como una oportunidad para fortalecer su estabilidad económica y desarrollo.
Tailandia: preservación de la base exportadora
El portavoz gubernamental tailandés, Jirayu Huangsab, expresó la postura de su nación mediante un comunicado oficial. Afirmó que este gravamen «representa un enfoque de ganar-ganar dirigido a preservar la base exportadora de Tailandia y la estabilidad económica de largo plazo». Esta declaración sugiere una estrategia calculada por parte del gobierno tailandés, que anticipa ventajas competitivas o reestructuraciones de mercado a raíz de la nueva política arancelaria.
Camboya: un impulso para el desarrollo continuo
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Por su parte, el primer ministro camboyano, Hun Manet, calificó el arancel del 19 por ciento como «la mejor noticia para el pueblo y la economía de Camboya para continuar el desarrollo del país». En una publicación en la plataforma de Facebook, el líder camboyano enfatizó el potencial de este arancel para catalizar el crecimiento nacional, una perspectiva que contrasta notablemente con las preocupaciones expresadas por otras naciones sujetas a medidas similares.
Taiwán busca negociar una reducción de su gravamen
En contraposición a la euforia de sus vecinos, Taiwán enfrenta un escenario distinto y ya ha manifestado su intención de buscar una flexibilización de los aranceles impuestos por Washington.
La postura negociadora de Lai Ching-te
El presidente Lai Ching-te anunció el viernes, también a través de Facebook, que su gobierno intentará negociar «una tasa arancelaria razonable» para sus exportaciones. La declaración presidencial detalla que «estados unidos anunció un arancel temporal de 20 por ciento para Taiwán, con la posibilidad de hacer más reducciones si se alcanza un acuerdo». Esta apertura a la negociación sugiere que, si bien la medida arancelaria es un hecho, su carácter «temporal» ofrece un margen para el diálogo diplomático y comercial.
Amenazas previas y la relevancia de los semiconductores
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Es crucial recordar que la actual imposición del 20 por ciento se produce en un contexto de amenazas previas por parte de la administración Trump. El presidente estadounidense había advertido a Taiwán con un gravamen significativamente mayor, de 32 por ciento, y la posibilidad de aplicar aranceles adicionales a sus semiconductores. Este último punto es de vital importancia, dado que los semiconductores son un componente clave de la economía de esta isla de gobierno autónomo. La negociación de Taiwán, por ende, no solo busca aliviar la carga económica inmediata, sino también salvaguardar un sector estratégico fundamental para su prosperidad.
La divergencia en las reacciones de Tailandia, Camboya y Taiwán frente a los aranceles estadounidenses subraya la complejidad de las políticas comerciales globales. ¿Hasta qué punto estas decisiones, percibidas por algunos como beneficiosas y por otros como desafíos, moldearán el futuro económico y geopolítico de Asia?