Agencias
CANCÚN.- La Diócesis de Cancún-Chetumal se prepara para vivir uno de los acontecimientos religiosos más relevantes de los últimos años, con la llegada y toma de posesión del nuevo obispo, un acto que se perfila como una auténtica celebración de fe y convivencia para miles de personas en Quintana Roo.
Pedro Pablo Elizondo, obispo emérito de la diócesis, confirmó que el relevo episcopal estará marcado por una jornada solemne, pero también festiva, en la que se espera la participación de fieles de distintos municipios del estado, así como de obispos provenientes principalmente de la Ciudad de México.
El acto central será la misa de toma de posesión, que se realizará en el Centro de Convenciones de la zona hotelera de Cancún, un recinto con capacidad para alrededor de tres mil personas y condiciones que permitirán el desarrollo cómodo del evento.
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Antes de ello, el nuevo obispo cumplirá con los ritos litúrgicos correspondientes en la catedral, donde realizará su juramento y profesión de fe.
Durante la ceremonia principal se dará lectura al decreto enviado por el Papa, a cargo del nuncio apostólico, momento en el que el nuevo obispo asumirá formalmente la autoridad pastoral de la diócesis.
Se trata de un instante clave para la vida eclesial, cargado de simbolismo y significado para la comunidad católica.
Elizondo destacó que la llegada del nuevo obispo representa una etapa de renovación para la Iglesia en el estado.
“Es sangre nueva, vida nueva”, expresó al referirse al perfil del próximo pastor, a quien describió como un liderazgo joven que asumirá la responsabilidad en una región dinámica y en constante crecimiento.
Además del carácter religioso, el evento tendrá un marcado componente comunitario.
Se prevé la asistencia de familias, grupos parroquiales y visitantes de diversas partes de Quintana Roo, en un ambiente que busca reflejar la hospitalidad que distingue a la región.
Para quienes no logren ingresar al salón principal, se habilitarán pantallas en áreas alternas, con el fin de que más personas puedan seguir la ceremonia.
La jornada concluirá con un encuentro fraterno entre el nuevo obispo y los asistentes, lo que refuerza la expectativa de un “festín católico”, no solo en lo espiritual, sino también en lo humano y comunitario.
SIM
