Cada primero de diciembre, el mundo se alinea bajo el lema “Cero muertes por SIDA en 2030”. Sin embargo, la realidad de las cifras en México para 2025 exhibe un preocupante rezago. Con diagnósticos tardíos al alza y el estigma social actuando como una barrera invisible, el país enfrenta el reto de garantizar el acceso equitativo para cumplir la meta de erradicar el VIH como amenaza pública.
La crisis silenciosa: Muertes por VIH ligan cuatro años de incremento
La respuesta nacional frente al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) se encuentra en una encrucijada crítica. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que 2024 marcó el cuarto año consecutivo con incrementos en la mortalidad asociada al VIH, al registrar 5,149 fallecimientos.
Esta tendencia muestra una constante histórica en la epidemia: ocho de cada diez muertes corresponden a hombres.
El presidente de la Red Mexicana de Personas que Viven con VIH/SIDA, A.C., Javier Martínez, señaló que México reporta anualmente entre 18 mil y 20 mil casos nuevos de VIH en personas con edades que van de los 15 a los 45 años. Aunque las autoridades han trabajado para asegurar el acceso a tratamientos innovadores antirretrovirales, la eficacia de esta política se ve comprometida por la tardanza en la detección.
El diagnóstico tardío: La brecha que cuesta vidas
Especialistas coinciden en que el principal reto en el país es detectar y tratar tempranamente. Lamentablemente, muchas personas llegan a los servicios de salud con la enfermedad avanzada, lo que incrementa significativamente el riesgo de infecciones oportunistas graves como la tuberculosis o la histoplasmosis.
El VIH ataca las células que ayudan al cuerpo a luchar contra distintas afecciones. El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es la última fase de la infección, que ocurre cuando el sistema inmunológico está gravemente deteriorado.
La Doctora Eva Gutiérrez, directora del Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención de SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) en León, confirmó que la situación refleja la media nacional: entre 30% y 40% de los pacientes nuevos atendidos en su centro están en una etapa avanzada (SIDA).
Javier Martínez mencionó que las personas acuden a hacerse una prueba «ya en situaciones donde el organismo está desgastado». Se calcula que alrededor del 30% de las personas que viven con VIH/SIDA no saben que están infectadas, hasta que llegan a un nivel avanzado, presenciando síntomas como:
- Diarrea continua.
- Cáncer.
- Tuberculosis.
- Pérdida de peso excesiva o inexplicable.
- Tos crónica.
Los primeros signos del VIH, que se asemejan a una gripe, suelen presentarse entre dos y cuatro semanas después de la exposición, incluyendo dolor muscular, escalofríos, salpullido, ganglios linfáticos inflamados, dolor de garganta, fatiga, llagas en la boca y sudores nocturnos. No obstante, hay personas que no experimentan sintomatología hasta fases más avanzadas.
La paradoja regional: Aumentos y metas incumplidas
La campaña global de 2025 adopta el lema “Cero muertes por SIDA en 2030”, un llamado urgente ante el repunte de diagnósticos tardíos.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que las tendencias son contrastantes en la región. En 2024, 2.8 millones de personas vivían con VIH en América Latina y el Caribe. Un tercio de ellas se diagnostica tarde:
- El Caribe logró reducir nuevas infecciones en un 21% desde 2010.
- América Latina, en contraste, registró un incremento del 13% en nuevas infecciones durante el mismo periodo.
Aunque las muertes han disminuido, la región aún pierde 38,000 vidas cada año por causas relacionadas con el SIDA. La OPS subraya que el 14% de las personas con VIH en América Latina no conoce su diagnóstico.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alerta sobre los retrocesos que afectan a niñas, niños y adolescentes: solo el 55% de los menores con VIH recibe tratamiento antirretroviral, una cobertura muy inferior a la de los adultos.
El estigma y la desinformación: Barreras para la detección
El estigma y la discriminación crean un entorno adverso que afecta el diagnóstico oportuno y retrasa el acceso al cuidado. Javier Martínez explicó que no es fácil conseguir un trabajo o compartir la noticia con la familia o pareja cuando se vive con VIH, pues la preocupación fundamental es ser respetado y no rechazado.
La desinformación juega un papel crucial. La Doctora Gutiérrez destacó que los prejuicios y mitos llevan a muchas personas a no percibirse en riesgo, creyendo erróneamente que la enfermedad es exclusiva de «hombres que tienen sexo con hombres». Las mujeres que solo tienen relaciones con su esposo creen que ya están exentas.
En un dato revelador, el CAPASITS de León reporta que alrededor del 70% de las mujeres que viven con VIH solo han tenido una pareja sexual en la vida, y el 30% de ellas se encuentran arriba de los 50 años de edad.
Las formas de transmisión conocidas son: sexual, sanguínea y perinatal (de madre a hijo durante el parto).
Avances científicos versus desinformación
A diferencia de las décadas de los 80 y 90, los avances actuales han transformado la enfermedad. La Doctora Gutiérrez detalló que si una persona se detecta a tiempo, tiene un 94 por ciento de posibilidades de vivir de manera normal.
Si alguien ya está en tratamiento toma antirretrovirales y logra supresión biológica, el virus se vuelve indetectable y, por lo tanto, intransmisible, incluso en relaciones sexuales sin preservativo. Sin embargo, el no utilizar preservativo expone al paciente a contraer cualquier otra Infección de Transmisión Sexual (ITS), como sífilis, hepatitis B y hepatitis C.
Por ello, la educación para la sexualidad y la realización constante de pruebas es vital. La recomendación es realizarse la prueba de VIH con la misma periodicidad que un chequeo de glucosa o de sangre.
Puntos clave para la atención, prevención y diagnóstico en México
Para avanzar hacia las metas 95-95-95 (porcentaje de personas diagnosticadas, en tratamiento y con carga viral suprimida) y garantizar que el VIH sea eliminado como amenaza de salud pública, México puso en marcha la Red de Respuesta al VIH en México, una plataforma pública desarrollada con sociedad civil y organismos internacionales.
Lugares y servicios disponibles:
- Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS): Ofrecen atención integral, terapia antirretroviral, pruebas de VIH, asesoría y seguimiento gratuito en todas las entidades federativas.
- Servicios de Atención Integral Hospitalaria (SAIH): Unidades hospitalarias especializadas en VIH, comorbilidades e infecciones oportunistas.
- Clínicas Especializadas Condesa y Condesa Iztapalapa (CDMX): Referentes nacionales en diagnóstico, tratamiento, PrEP, PEP y acompañamiento comunitario. Atienden a personas de todo el país sin necesidad de seguridad social.
- IMSS e ISSSTE: Ambas instituciones ofrecen pruebas rápidas, atención especializada y acceso gratuito a tratamiento antirretroviral para derechohabientes.
- CENSIDA y Red de Respuesta al VIH: La plataforma respuestavih.mx permite ubicar servicios de apoyo, organizaciones e información.
- Red Mexicana de Personas que Viven con VIH/SIDA, A.C.: Ofrecen citas para pruebas de detección al teléfono 55 – 52 – 73 – 73 – 08, de lunes a sábado, de 10:00 a 18:00 horas.
México ha reiterado su compromiso con la eliminación del VIH como amenaza de salud pública, pero las advertencias de organismos internacionales son contundentes: sin inversión estable, sin fortalecer las redes comunitarias y, crucialmente, sin desmantelar el estigma que obliga a miles a evitar el diagnóstico, el país corre el riesgo real de retroceder décadas en la lucha contra esta epidemia. ¿Está la sociedad preparada para enfrentar el prejuicio que hoy, más que el virus, detiene la prevención y mata?








