Leslie Gordillo/CARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- Vecinos y defensores del Ombligo Verde de Cancún denunciaron acoso e intimidación hacia Katerine Ender Córdoba, abogada y representante del Grupo Salvemos el Ombligo Verde, acción que rechazaron rotundamente.
«Hoy alzamos la voz con profunda preocupación y con el corazón dolido, tras conocer la declaración pública de la representante legal de nuestra lucha ciudadana, la Lic. Katerine Ender Córdoba, quien ha denunciado que su integridad física, moral y su libertad personal están en peligro, a raíz de su labor de defensa activa por la Reserva Ecológica Ombligo Verde de Cancún«, expusieron.
Señalaron que como vecinos, ciudadanos conscientes y defensores del medio ambiente, reconocieron que su única “falta” ha sido proteger con valentía un ecosistema invaluable que pertenece a todos.
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«Rechazamos con firmeza cualquier intento de intimidar, criminalizar o silenciar a quienes defienden el bien común. Condenamos la utilización del poder público o religioso para suprimir el derecho legítimo a proteger la vida, la flora, la fauna y el equilibrio ambiental de una reserva natural», puntualizaron.
Y reiteraron que el Ombligo Verde no es solo un pedazo de tierra, «es un corazón vivo en medio de la ciudad. Es hogar de especies nativas, de cenotes milenarios, de memoria colectiva».
Su destrucción, denunciaron, por intereses particulares sería una herida irreparable a la identidad y a las futuras generaciones, por lo que una vez más solicitaron a la Prelatura de Quintana Roo y a las autoridades involucradas que escuchen su clamor.
«Todavía están a tiempo de declinar este proyecto y tomar el camino de la reconciliación con la naturaleza y con la comunidad. Les pedimos con respeto, pero con firmeza, que se detenga la ampliación de la Catedral dentro o sobre terrenos adyacentes a la Reserva, y que se garantice legalmente su protección como Área Natural Protegida», exhortaron.
Asimismo, aseguraron que no están en contra de la fe ni de ningún credo, pero sí en contra del ecocidio, del abuso de poder y del uso de instituciones religiosas o políticas para vulnerar lo que por derecho nos corresponde: un entorno sano y digno.