
La reciente degradación de bonos a “basura” por Fitch Ratings marca un punto crítico para bancos mexicanos como CIBanco, Intercam y Vector. Esta acción, que suspende su calificación, se deriva de presuntas debilidades en controles de lavado de dinero, vinculadas al tráfico ilícito de opioides, según un comunicado de la firma calificadora.
Fitch Ratings suspende calificación y rebaja a bonos basura
El 16 de julio de 2025, Fitch Ratings anunció que dejará de calificar a los bancos mexicanos señalados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. La firma identificó la presunta debilidad de los controles de prevención de lavado de dinero en las operaciones de estas entidades. Como acción final, Fitch bajó sus calificaciones a un nivel que convierte en bonos basura los papeles que CI Banco, Intercam —banco y grupo financiero— y Vector Casa de Bolsa emiten en el mercado de valores.
El significado de un “bono basura”
Un bono basura es un título de renta fija que conlleva un alto riesgo de impago. En contraprestación a este riesgo elevado, debe pagar un tipo de interés más alto. Estos bonos están clasificados por debajo del denominado grado de inversión. Con ello, los inversionistas saben que los bonos basura tienen un alto riesgo de suspensión de pagos u otros eventos que impidan a las empresas que los emiten cumplir con sus compromisos financieros.
Impacto en afiliadas y “observación negativa”
Te puede interesar:Tasa interés Fed: Trump propone 1% y economistas alertan riesgo …
Fitch Ratings también bajó las calificaciones nacionales de largo y corto plazo de todas las afiliadas a los bancos señalados. Esto incluye a Intercam Casa de Bolsa, CI Casa de Bolsa y la Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofom) Finanmadrid. Todas estas afiliadas fueron mantenidas en “observación negativa”. Las bajas de sus calificaciones derivan de una capacidad de soporte menor de sus respectivos bancos, luego de la degradación de calificación de estos últimos.
Razones detrás del retiro de calificaciones
Fitch explicó en su comunicado que retira las calificaciones por razones comerciales, lo que significa que no hubo un acuerdo sobre el pago del servicio que las empresas realizan para ser evaluadas. Una Fuente especializada en calificadoras señaló que “es común cuando las empresas o gobiernos suspenden o no renuevan el contrato con las calificadoras, que estas emitan su última calificación y dejen ya de calificarlos”.
Sin embargo, Fitch también detalló que la baja de las calificaciones refleja el debilitamiento significativo esperado de los perfiles de negocio y financieros de las entidades. Además, se suma el daño reputacional derivado del señalamiento por parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, específicamente vinculado al tráfico ilícito de opioides.
Deterioro en operación y liquidez
La institución financiera ha percibido tendencias negativas desde el anuncio. Entre ellas se incluyen la salida de clientes de algunas de sus principales líneas de negocio, la aversión de diversos participantes del mercado para continuar operando con dichas entidades, y una disminución significativa en los volúmenes de operatividad diaria y/o en los activos en administración o en custodia. Fitch también ha notado un deterioro en la liquidez de estas entidades.
Te puede interesar:Inflación cede ligeramente en junio; se ubica en 4.32%
“Si bien las entidades siguen cumpliendo con sus obligaciones, las calificaciones al momento del retiro indican que, el nivel de riesgo de incumplimiento hacia adelante es muy alto en relación con otros emisores u obligaciones en el país”, sostuvo Fitch. El nuevo nivel de calificación refleja el impacto negativo en la calidad crediticia de las entidades, la disrupción en sus modelos de negocio y los riesgos adicionales derivados de la incertidumbre significativa que estos eventos implican en términos de la flexibilidad financiera.
La calidad crediticia de estas entidades podría seguir debilitándose. La reacción de sus clientes ante los señalamientos del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos será crucial, a pesar de la reciente postergación de la fecha efectiva de tales órdenes al 4 de septiembre de 2025. Este escenario subraya la persistente vulnerabilidad del sistema financiero mexicano ante alertas internacionales y la imperante necesidad de fortalecer sus controles.