La recuperación del sector de la construcción se mantiene en el horizonte. Entre enero y agosto de 2025, el valor de producción de las empresas constructoras registró una caída del 17.4% en relación con el mismo periodo del año anterior. Esta severa debilidad petrolera lastra la construcción y ha generado 16 meses consecutivos de cifras negativas, con agosto reportando una baja anual del 19.1%, según las cifras desestacionalizadas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Análisis de la prolongada recesión en el sector
El sector de la construcción se encuentra sumido en una profunda crisis, señalada como el segundo momento más complejo desde que se tienen registros en 2006. La causa principal de esta mala racha es la falta de inversión pública, especialmente en obras relacionadas con el sector petrolero y de transporte.
El periodo negativo más relevante que antecede a la situación actual ocurrió entre mayo de 2017 y abril de 2021, un lapso donde confluyeron dos factores de peso:
- La cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco.
- El impacto generalizado de la pandemia del Covid-19.
A pesar del panorama adverso, tanto el gobierno federal como el sector privado mantienen la esperanza de que la tendencia comience a revertirse a partir de septiembre. Se espera que los inicios constructivos de los nuevos trenes de pasajeros se conviertan en el motor económico que el sector necesita. Ejemplo de este empuje es el primer fallo de licitación dado a conocer el 18 de agosto para 30.30 kilómetros del tramo que conecta la zona industrial de Querétaro con la zona industrial de Apaseo El Grande.
Agosto de 2025: Un mes de retrocesos profundos
Durante agosto, el valor de producción de las empresas constructoras experimentó una caída a tasa mensual del 2.9%, un descenso que profundizó la contracción observada en julio, cuando la baja fue del 2%. De acuerdo con los datos recabados por el Inegi, la volatilidad del sector es evidente, ya que en los últimos 12 meses únicamente se han presentado dos incrementos a tasa mensual.
El impacto desigual por tipo de obra
Al analizar el valor de la producción por tipo de obra, se revela una afectación diferenciada, siendo la obra relacionada con hidrocarburos la que presentó la mayor caída porcentual:
- Edificación: Este segmento representa cerca del 51.7% del valor total de producción y es desarrollado principalmente por el sector privado (enfocado en edificios industriales, comerciales, de servicios y vivienda). En agosto, registró una caída mensual marginal del 0.1%, luego de haber caído un 3% en el mes previo.
- Obras de transporte y urbanización: Con una participación del 20%, este segmento incluye mayoritariamente trabajos ferroviarios, carreteras, caminos y puentes. Estas obras tuvieron una baja del 4.9% en agosto en comparación con el mes anterior, cuando habían caído 1.7%.
- Petróleo y petroquímica: Este sector, que solo representa el 4% del total de la construcción (involucrando trabajos en refinerías, plantas petroleras, oleoductos y gasoductos), experimentó la mayor contracción. Su valor de producción cayó un drástico 24.8% en agosto, luego de haber tenido un avance importante del 13.6% en julio.
Indicadores de empleo y remuneraciones también a la baja
La Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC) del Inegi también reflejó el deterioro en el mercado laboral asociado al sector:
- Personal ocupado total: Disminuyó 0.7% a tasa mensual en agosto pasado. A tasa anual, la caída fue del 11.5%.
- Horas trabajadas: Se redujeron 1.1% a tasa mensual y 13.5% a tasa anual.
- Remuneraciones medias reales: Tuvieron un descenso del 1.1%, tanto en la comparación mensual como en la anual.
La crisis que atraviesa el sector de la construcción, documentada rigurosamente por el Inegi y señalada por analistas como Alejandro de la Rosa, confirma que esta recesión es estructural. Mientras el motor de la inversión petrolera se mantiene apagado y las grandes obras de infraestructura ferroviaria esperan despegar, la pregunta central para el círculo rojo de la política y la economía es: ¿cuánto tiempo más podrá el sector privado, que sostiene el 51.7% de la producción, resistir la continua caída del empleo y la nula expectativa de recuperación?










