
Entre los “actores” de la elección judicial ya cunde el pánico.
Y es que, a menos de seis semanas de la “cita” en las urnas, la elección no levanta.
Los pronósticos oficiales hablan de un 30 por ciento de participación, lo cual suena demasiado optimista. Los conocedores vaticinan que rondará el 20 por ciento más-menos… pero más menos que más.
Obvio, el INE y el Ieqroo se echan la bolita en esta crónica del desastre anunciado que son estas elecciones de juzgadores federales y estatales.
Pero este desastre no solo golpea a las instituciones electorales. El principal afectado es el régimen morenista, que, si bien tiene un amplio repertorio de maromas para justificar lo injustificable, el fracaso de esta elección será cargado a la 4T.
En medio de este escenario de crisis, ya empiezan a aplicarse algunas “soluciones”.
La primera: reforzar las estructuras de movilización.
Se reportan renuncias masivas en la Secretaría del Bienestar. Los “renunciantes” solo cambian de casaca para ser promotores. Eso sí, estos fichajes serán solo “a préstamo”. Terminando el proceso electoral, regresarán, como si nada, a su trabajo anterior.
Pero la cosa no acaba ahí.
Al mismo tiempo, candidatos a jueces y magistrados han pedido apoyo a estrategas de partidos políticos, para mejorar sus campañas y, al menos, ser reconocidos por los electores.
Sin embargo, como dice la canción: “el tiempo pasa”… y las medidas, por supuesto, serán cada vez más desesperadas.
¿Lograrán el INE, el Ieqroo y Morena ese ansiado 30 por ciento?