Washington se prepara para una cita clave en el tablero geopolítico: el presidente Donald Trump ha convocado a Volodymir Zelensky para sentar las bases de una cumbre trilateral con Vladimir Putin. Esta iniciativa busca un acuerdo que ponga fin a la guerra en Ucrania, bajo condiciones que reflejan la compleja realidad del conflicto y la evolución de las posturas diplomáticas.
Una invitación crucial para la paz
El jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, tras una conversación telefónica con el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, lo ha invitado a Washington para el lunes siguiente. El objetivo es preparar una cumbre trilateral que incluiría también al titular del Kremlin, Vladimir Putin, siempre y cuando acepte las condiciones establecidas por el mandatario ruso en su reciente reunión en Alaska.
Zelensky, por su parte, agradeció la invitación de Trump y confirmó su asistencia a Washington. En un mensaje difundido en redes sociales, reiteró su disposición a “trabajar lo máximo posible en favor de la paz” y expresó su respaldo a la idea de celebrar una cumbre Ucrania-Rusia-Estados Unidos, al considerar que “las cuestiones clave sólo se pueden debatir a nivel de líderes, y el formato trilateral es el más adecuado”. El mandatario estadunidense también se comunicó con algunos líderes europeos, a quienes invitó a la cita en Washington, aunque no se ha revelado quiénes han aceptado.
Las exigencias de Moscú: Donbás a cambio de congelar el frente
Según filtraciones hechas por fuentes anónimas a medios como Bloomberg, Financial Times y Reuters, el presidente Putin habría ofrecido a Trump negociar la paz si Ucrania se retira por completo del Donbás, que incluye las regiones de Donietsk y Lugansk. A cambio, Rusia estaría dispuesta a congelar la línea del frente en Jersón y Zaporiyia.
La firme negativa de Kiev y la realidad en el campo de batalla
La prensa ucrania y la agencia France-Presse aseguraron que el mandatario ucranio rechazó la exigencia de Putin en esa conversación telefónica. Zelensky argumentó que Rusia pretende quedarse con un territorio que no ha podido ganar en los campos de batalla.
Para los expertos militares, la situación en el terreno respalda la postura ucrania y revela la compleja estrategia rusa. Las tropas rusas dominan actualmente 70 por ciento de Donietsk y casi todo Lugansk. Sin embargo, conquistar el 30 por ciento restante de esas regiones representaría un costo humano y temporal considerable para las fuerzas rusas, debido al sistema escalonado de fortificaciones que Kiev ha levantado en la aglomeración urbana de Kostiantynivka-Sloviansk-Kramatorsk, un bastión crucial del ejército ucranio.
En cuanto a Jersón y Zaporiyia, para ocupar el resto del territorio, el ejército ruso debería cruzar el río Dniéper, una barrera natural que ha demostrado ser insalvable hasta ahora. Por ello, congelar la línea del frente en estas zonas no es la peor opción para Rusia, ya que le permitiría mantener el control sobre el corredor terrestre que une Crimea con la región rusa de Rostov del Don, un punto decisivo para la logística de la península.
El viraje estratégico de Donald Trump
A juzgar por lo que escribió en su cuenta de Truth Social, Donald Trump parece haber renunciado a su insistente exigencia de declarar un alto el fuego inmediato e incondicional como condición para comenzar a negociar un arreglo político en Ucrania. Ahora, su perspectiva ha cambiado: “Todos llegamos a la conclusión de que la mejor manera de poner fin a esta horrible guerra entre Rusia y Ucrania es negociar directamente un acuerdo de paz, que pondrá fin a la guerra y no una simple declaración de alto el fuego, que muchas veces no respetan (las partes involucradas)”, sentenció.
El informe de Putin ante su cúpula
Mientras tanto, el presidente Vladimir Putin convocó este sábado en el Kremlin a los miembros de la plana mayor de la Oficina de la Presidencia, del gobierno y del Parlamento rusos para informarles de los resultados de su visita a Alaska. El servicio de prensa del Kremlin informó sobre la reunión a puerta cerrada y compartió un breve video de los primeros minutos.
“Antes que nada quiero subrayar que la visita fue muy actual y bastante útil. Pudimos hablar de prácticamente todas las vertientes de nuestra interacción y, sobre todo, claro, hablamos de una posible solución negociada de la crisis ucrania sobre una base justa. Y por supuesto se presentó la oportunidad, y lo hicimos, de hablar de la génesis, de las causas de esta situación. Precisamente suprimir estas razones originarias debe ser el fundamento para un arreglo político”, expresó Putin a los asistentes. Entre los presentes pudieron verse a Mijail Mishustin, primer ministro; Anton Vaino, jefe de la Oficina de la Presidencia; Aleksandr Bortnikov, director del Servicio Federal de Seguridad; y Dimitri Medvediev, secretario adjunto del consejo de seguridad.
Contexto militar reciente: Combates en Dobropilia
En las noticias más recientes que llegan de los campos de batalla cerca de Dobropilia, en Donietsk, donde hace días hubo una incursión de varios cientos de soldados rusos que lograron ocupar dos localidades y un estrecho corredor de 10 kilómetros de largo, los refuerzos ucranios consiguieron atacar desde los flancos en distintos lugares. Esto permitió liberar las localidades tomadas y acercarse a rodear a los militares rusos. Los reportes alarmistas que hace unos días anunciaron la ruptura de la línea de defensa ucrania al norte de Pokrovsk no devinieron en una ofensiva en toda regla de las tropas rusas.
La cumbre propuesta entre Trump, Zelensky y Putin se perfila como un punto de inflexión, o al menos un intento de reconfigurar el camino hacia la paz. Sin embargo, las profundas divisiones sobre las condiciones territoriales y las complejas dinámicas en el campo de batalla sugieren que el camino hacia un acuerdo definitivo será tortuoso y lleno de desafíos. ¿Podrá la diplomacia de alto nivel superar las realidades impuestas por el conflicto armado y las posturas inquebrantables de las partes?