
El 25 de marzo, San Lázaro se convirtió en escenario de una coreografía política diseñada para proteger a Cuauhtémoc Blanco. La palabra clave: fuero. La omisión: a la víctima.
El blindaje del poder: lo que ocurrió en San Lázaro
Un proceso opaco con final anunciado
En una sesión cargada de tensiones, el pleno de la Cámara de Diputados rechazó el desafuero de Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos y ahora diputado federal por Morena. La propuesta, impulsada por legisladores de oposición, buscaba retirarle la protección constitucional para que enfrentara una acusación de tentativa de violación presentada por su media hermana, Nidia Fabiola Blanco.
Con 252 votos en contra, 188 a favor y 6 abstenciones, el fuero se mantuvo. Lo que debía ser un acto de rendición de cuentas, terminó como un pacto de impunidad respaldado por Morena, el Partido Verde y el PRI.
El simbolismo de la tribuna
Blanco apareció por una puerta trasera, sin estar en la lista oficial de oradores, para tomar la palabra rodeado por diputadas morenistas que coreaban consignas a su favor. Un acto cuidadosamente orquestado por el presidente de la Cámara, Sergio Gutiérrez Luna, quien rompió acuerdos previos con la oposición.
“Fue una puesta en escena de poder, no de justicia”, expresó un legislador del PAN que pidió mantener el anonimato.
La víctima silenciada
Nidia Fabiola Blanco, quien ha hecho pública su denuncia, no fue escuchada. No fue invitada. No fue mencionada. Su voz quedó borrada del debate, como si su existencia entorpeciera una narrativa previamente escrita.
La impunidad institucionalizada: cuando el fuero protege a los agresores
¿Qué es el fuero y por qué importa?
El fuero constitucional, en teoría, protege a los legisladores para garantizar su labor sin persecuciones políticas. En la práctica, ha sido usado históricamente como escudo frente a delitos graves, incluso de índole sexual.
Casos como el de Cuauhtémoc Blanco evidencian la fragilidad del discurso oficial sobre justicia y género cuando se interpone el cálculo político.
El rol del fiscal Uriel Carmona
Uno de los argumentos centrales para desechar el desafuero fue la presunta mala integración de la carpeta de investigación, atribuida al exfiscal de Morelos, Uriel Carmona. Legisladores morenistas afirmaron que todo se trataba de una “vendetta personal”.
Sin embargo, hasta ahora no se ha desmentido con pruebas la veracidad de los testimonios de Nidia Fabiola, ni se ha ofrecido un camino alternativo para investigar de fondo el caso.
“El mensaje es claro: si tienes poder, puedes hacer lo que quieras. Incluso con impunidad institucionalizada”, señaló la activista Mariana Ledesma, de la Red Feminista del Centro.
Legislando sin perspectiva de género
¿Dónde quedó la promesa de un Congreso feminista?
Durante la actual legislatura, Morena y sus aliados han insistido en que el Congreso tiene una “visión feminista y paritaria”. Pero los hechos contradicen ese discurso.
“Acompañar a un presunto agresor a tribuna no es feminismo, es complicidad”, declaró la diputada Inés Parra (Morena), quien votó a favor del desafuero.
La propuesta de la oposición: que hable Nidia
Legisladoras del PRD y Movimiento Ciudadano han solicitado formalmente que Nidia Fabiola Blanco sea escuchada en el pleno. “Si él tuvo el derecho a usar la tribuna para defenderse, ella tiene derecho a hacerlo para ser escuchada”, señaló la diputada Salma Luévano.
Esta propuesta busca no solo equilibrio, sino reparación simbólica frente a un acto que fue interpretado por amplios sectores como una revictimización desde el Estado.
La realidad de la violencia sexual en México
Cifras que duelen
- Más de 90 denuncias diarias por delitos sexuales en México, según el SESNSP.
- Solo 6% de los agresores sexuales son detenidos.
- Menos del 2% enfrenta una condena firme.
- Más del 90% de los casos quedan impunes.
En estados como Morelos, la Fiscalía General acumula múltiples quejas por revictimización y falta de perspectiva de género. El caso Blanco no es la excepción, sino parte de una tendencia estructural.
El costo de hablar
Presentar una denuncia implica revivir el trauma, enfrentar a autoridades que dudan de la víctima, y muchas veces, ser señalada públicamente. Aun así, cientos de mujeres lo hacen cada mes.
El silencio institucional, como el que se vio en la Cámara de Diputados, agrava esa carga y legitima el miedo.
Cuando la justicia se convierte en espectáculo
Estrategias de distracción
La narrativa de Morena se centró en cuestionar al exfiscal Carmona, en lugar de discutir el fondo de la denuncia. La estrategia fue clara: politizar el caso para deslegitimarlo, sin tocar el tema central.
También se intentó minimizar la acusación, tratándola como una cuestión “interna” entre familiares, lo que representa una forma más de violencia simbólica.
“Esto es una señal para todas las mujeres: si denuncias a alguien con poder, serás invisibilizada”, indicó la abogada penalista Estefanía Vela.
¿Quién protege a quién?
La sesión del 25 de marzo dejó claro que, en el Congreso, la política pesa más que la justicia. Que el fuero sigue siendo un escudo para quienes deberían responder ante la ley. Y que la perspectiva de género se aplica solo cuando no afecta intereses internos.
Mientras Cuauhtémoc Blanco conservó el micrófono y el respaldo de su bancada, Nidia Fabiola Blanco fue convertida en una sombra, en una nota al pie.
Esa omisión no es menor: es una herida abierta en la narrativa democrática del país. Un recordatorio de que la lucha por justicia de género no puede confiarse a quienes legislan desde la omisión.