
Redacción/CARIBE PENINSULAR
COZUMEL.- El proyecto del Cuarto Muelle de Cruceros en Cozumel, promovido por la empresa Muelles del Caribe, S.A. de C.V., generó desde su aprobación en la administración federal anterior, bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, una fuerte oposición de organizaciones ambientalistas y sectores ciudadanos.
La principal preocupación fue la amenaza directa sobre los arrecifes cercanos, particularmente el sistema coralino que forma parte de la Reserva de la Biosfera Isla Cozumel.
A lo largo de 2023 y principios de 2024, colectivos ambientalistas y científicos advirtieron sobre el impacto ecológico irreversible del proyecto. Pese a ello, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) mantuvo vigente la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) otorgada en el sexenio anterior.
Te puede interesar: CUARTO MUELLE: Recaban más de 12 mil firmas y miles de cartas contra el proyecto
En medio de las precampañas electorales anticipadas, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) —que cogobierna con Morena en Quintana Roo— asumió una postura crítica ante el proyecto. El senador por Quintana Roo, Eugenio “Gino” Segura, se convirtió en el principal vocero institucional del rechazo, marcando distancia con el gobierno federal.
En la primera mitad de 2025, Segura organizó una serie de foros y consultas ciudadanas en Cozumel —sin respaldo formal del INE ni del Ieqroo—, donde se recolectaron más de 12 mil firmas de habitantes que exigían la cancelación del muelle.
La recolección fue presentada como un “ejercicio colectivo de voluntad popular” y entregada en Palacio Nacional como parte de una solicitud para frenar el proyecto. Aunque Segura no acudió personalmente a la isla, sí posicionó el tema como una de sus principales banderas legislativas y ambientales, reforzando su presencia política rumbo a 2027.
En paralelo, la titular de la Semarnat, Alicia Bárcena, mantuvo un discurso ambiguo durante varios meses.
Si bien no revocó la MIA vigente, sí declaró públicamente que el proyecto estaba siendo “revisado a fondo” y sujeto a nueva valoración. Durante una visita a Quintana Roo, Bárcena reconoció las preocupaciones de la ciudadanía y aseguró que el gobierno federal estaba comprometido con un modelo de turismo sostenible, aunque evitó pronunciarse de forma definitiva sobre la cancelación del muelle.
Su ambigüedad alimentó tanto la esperanza entre opositores como la incertidumbre entre los promotores del proyecto.
Desenlace: pausa técnica
Finalmente, el 22 de julio de 2025, la empresa Muelles del Caribe anunció públicamente la decisión de establecer una pausa técnica temporal en la construcción del muelle, en el marco de un “diálogo constructivo” con Semarnat y otras autoridades.
En su comunicado, la empresa defendió el carácter estratégico del proyecto, pero reconoció la necesidad de reforzar medidas ambientales y atender las inquietudes sociales. También expresó su disposición para continuar el diálogo con los tres niveles de gobierno.
Auge de la presión pública y contradicciones oficiales
La pausa ocurre luego de semanas de presión pública y cuestionamientos técnicos. Aunque Semarnat había señalado que no existía un quinto muelle en trámite, documentos oficiales revelaron autorizaciones ambientales otorgadas desde el sexenio anterior, lo que generó acusaciones de opacidad por parte de ambientalistas.
Dentro de Cozumel, la controversia generó una división profunda entre sectores empresariales, prestadores de servicios turísticos, autoridades municipales y organizaciones civiles. Mientras algunos promovían la derrama económica proyectada, otros advirtieron sobre los costos ambientales irreversibles que no compensaban el supuesto beneficio turístico.
Escalada política
Para el PVEM, el caso se convirtió en un estandarte de identidad ambiental frente a su socio mayoritario en la coalición: Morena. La postura crítica del senador Segura también fue interpretada como un movimiento estratégico rumbo al proceso electoral de 2027, donde se perfila como aspirante a la gubernatura.
Futuro incierto del proyecto
Aunque la obra no ha sido cancelada de manera definitiva, la pausa técnica representa un giro relevante en la ruta del proyecto. Aún está por definirse si la suspensión derivará en una revisión de la MIA, una nueva evaluación ambiental o un eventual desistimiento definitivo. Por ahora, la presión social logró frenar el avance inmediato del muelle.