“USO INAPROPIADO”: Critican instalación de panadería del DIF en megaescultura

Alejandro Peza/CARIBE PENINSULAR

CHETUMAL.- La reciente instalación de una panadería operada por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Quintana Roo en la plaza de acceso de la Megaescultura al Mestizaje Mexicano, en Chetumal, desató una ola de críticas de activistas locales, quienes consideran que la medida es “un uso inapropiado” para un espacio público que ha absorbido más de 400 millones de pesos en inversión y que lleva más de 21 años sin concluirse ni operar formalmente.

La megaescultura, un proyecto iniciado en 2004 por el ex gobernador Joaquín Hendricks Díaz con la intención de convertirse en un ícono turístico y cultural del sur del estado, continúa siendo uno de los símbolos más notorios de obras inconclusas en Quintana Roo. En ese contexto, la colocación de una panadería social provocó cuestionamientos sobre la falta de un plan integral de rescate y aprovechamiento del espacio.

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Diversos ciudadanos señalaron en redes sociales que instalar un puesto comercial en la explanada es un “parche improvisado” que no responde a la magnitud del deterioro del recinto ni a su vocación original. Otros criticaron que, pese al enorme gasto acumulado en obras, remodelaciones y proyectos fallidos, el inmueble permanezca cerrado al turismo, mientras que se habilitan estructuras temporales sin un enfoque cultural, recreativo o de desarrollo económico sostenible.

Profesionales del urbanismo y el diseño también se sumaron al debate. Algunos manifestaron que decisiones de este tipo refuerzan la percepción de que la megaescultura carece de un proyecto maestro sólido para su recuperación, y que acciones fragmentadas sólo prolongan el abandono del inmueble. “La instalación de una panadería no resuelve el rezago ni impulsa el uso social del espacio. Es necesario presentar un plan completo, con metas y presupuesto, que explique cómo se pretende rescatar esta obra que lleva más de dos décadas en pausa”, señalaron integrantes de colectivos urbanos.

En contraste, personal del DIF Quintana Roo defendió la iniciativa al considerar que se trata de un programa social enfocado en garantizar productos de primera necesidad a precios accesibles y en aprovechar áreas disponibles para acercar estos servicios a la población. Afirmaron que la instalación es temporal y que opera únicamente en la zona externa de la plaza, sin intervenir en la estructura de la megaescultura.

Sin embargo, las críticas persisten. Para organizaciones civiles, la polémica evidencia la ausencia de claridad sobre el futuro del espacio y demanda que el Gobierno del Estado transparente los recursos invertidos a lo largo de 21 años, así como los proyectos vigentes para rehabilitar y abrir la megaescultura al uso público.

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