
Crimen que sacude la CDMX pone en alerta a funcionarios de alto nivel
El asesinato de dos colaboradores cercanos a Clara Brugada cimbró no solo al gobierno capitalino, sino a la clase política nacional. En San Lázaro, Ricardo Monreal alzó la voz, no con especulaciones, sino con una advertencia que resuena: todos los servidores públicos deben reflexionar sobre su seguridad personal.
Un doble asesinato que retumba en el corazón político de la capital
La noticia golpeó con fuerza: Ximena Guzmán y José Muñoz, integrantes clave del equipo de Clara Brugada, fueron asesinados en circunstancias aún no esclarecidas. Su muerte no solo representa una tragedia humana, sino también un punto de inflexión en la percepción de seguridad para quienes ejercen funciones públicas en la capital del país.
Desde el Palacio Legislativo de San Lázaro, Ricardo Monreal —presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y figura influyente de Morena— no se limitó a ofrecer condolencias. Su mensaje tuvo un tono preventivo, casi de advertencia. “Esto sí hace reflexionar a quienes realizamos un servicio público”, dijo el legislador zacatecano, visiblemente consternado.
Monreal pide no especular, pero llama a actuar con firmeza
Prudencia en tiempos de incertidumbre
Monreal fue enfático: “No podemos, sin pruebas, especular ni condenar”. Con esa frase buscó trazar una línea clara entre la indignación y la responsabilidad institucional. Su llamado a las autoridades fue directo: actuar con diligencia, esclarecer los hechos y evitar juicios prematuros que puedan politizar aún más la tragedia.
Un giro en la percepción de riesgo
Aunque Monreal aclaró que nunca ha utilizado escoltas personales, admitió que este hecho lo obliga a repensar esa postura. Su reflexión no es menor: cuando un alto perfil como él comienza a contemplar medidas de protección, se envía un mensaje claro sobre el clima de inseguridad que podría permear incluso en los niveles más altos del servicio público.
¿Un golpe a la estrategia de seguridad de Sheinbaum?
Defensa de una política en entredicho
A pesar de lo ocurrido, Monreal no dudó en respaldar la estrategia de seguridad impulsada por Claudia Sheinbaum. Afirmó que los índices de violencia han disminuido y que los hechos recientes, aunque trágicos, no deben desvirtuar los avances alcanzados.
Este posicionamiento busca equilibrar el discurso: reconocer la gravedad del suceso sin desmontar por completo la narrativa oficial sobre los logros en seguridad. No obstante, los asesinatos dejan en evidencia los retos aún pendientes para garantizar la protección de quienes integran los círculos de poder en la capital.
¿Narcotráfico? Monreal se mantiene firme: no es momento de suposiciones
Ante cuestionamientos sobre un posible vínculo del crimen con el narcotráfico, Monreal fue categórico: “Sería irresponsable de mi parte”. Su postura refuerza la idea de que la especulación solo alimenta la desinformación y puede interferir con las investigaciones.
Converso con los medios de comunicación en la Cámara de @Mx_Diputados. pic.twitter.com/1QTkIxMiJd
— Ricardo Monreal A. (@RicardoMonrealA) May 20, 2025
Ecos migrantes: el otro frente de Monreal
Remesas bajo amenaza
En medio del revuelo por el asesinato de los funcionarios, Monreal también aprovechó para fijar postura sobre otro tema crítico: la posible imposición de impuestos a las remesas por parte del Congreso de Estados Unidos. Apoyó al Senado mexicano en su intención de frenar esta medida y expresó su confianza en que la voz de los migrantes será escuchada.
Esta doble agenda —seguridad interna y defensa de los migrantes— refuerza su imagen como un actor político con visión integral, aunque no exenta de controversia.
¿Un punto de inflexión para la seguridad pública en México?
El asesinato de Guzmán y Muñoz podría marcar un antes y un después en la seguridad de los funcionarios públicos en la capital. Aunque Monreal evitó alarmismos, su reflexión no debe subestimarse: si alguien con su experiencia comienza a cuestionarse su propia seguridad, ¿qué mensaje reciben los miles de servidores públicos que operan sin protección?
La exigencia de justicia y la prudencia política se encuentran en una delgada línea. Mientras tanto, el caso se convierte en un termómetro del momento que vive el país: uno donde la violencia toca las esferas más altas del poder y obliga a una revisión profunda de las garantías para quienes lo ejercen.