
La banca, entre la memoria del 94 y el futuro de los pequeños negocios
En una de sus conferencias denominadas “mañaneras del pueblo”, la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó un mensaje directo a la banca comercial: no basta con ajustar las tasas de interés, también es urgente reducir los requisitos que impiden a miles de micro y pequeños negocios acceder al crédito.
La palabra clave quedó clara: crédito más accesible. No solo como consigna económica, sino como política de inclusión productiva en un país marcado por la desigualdad y la informalidad.
¿Por qué Sheinbaum presiona a los bancos?
La banca todavía arrastra el trauma del 94
Durante su intervención, Sheinbaum hizo alusión a un punto sensible del sistema financiero mexicano: el llamado “error de diciembre” de 1994, que provocó una crisis bancaria de grandes proporciones. Desde entonces, la banca adoptó una postura defensiva, elevando los filtros y requisitos para otorgar créditos.
“La banca mexicana se protegió mucho por lo que ocurrió en el 94…”, dijo Sheinbaum.
Esta memoria institucional ha derivado en un modelo de crédito restrictivo, especialmente con los sectores más pequeños y vulnerables. Si bien ha mantenido cierta estabilidad macroeconómica, también ha limitado el potencial de miles de emprendedores.
Microempresas, el eslabón olvidado
En México, las micro y pequeñas empresas representan más del 90% del total de negocios y son responsables de más del 70% del empleo, según datos del INEGI. Sin embargo, su acceso al crédito sigue siendo limitado por:
- Requisitos excesivos (garantías, historial crediticio formal)
- Altas tasas de interés
- Procesos burocráticos y lentos
- Desconfianza institucional
La presidenta subrayó que incluso con los programas sociales vigentes como las Tandas del Bienestar, no es suficiente si la banca tradicional no se suma con mayor flexibilidad.
Crédito más accesible: la nueva ruta del gobierno
¿Qué propone exactamente Sheinbaum?
Sheinbaum reiteró que el secretario de Hacienda trabaja en un esquema que incentive a los bancos a flexibilizar sus criterios, especialmente para micro y pequeños negocios con potencial de crecimiento.
Esto se traduce en:
- Menos requisitos de entrada (por ejemplo, reducir la necesidad de garantías)
- Tasa diferenciada para emprendedores en su primer año
- Procesos más rápidos y digitalizados
- Integración con esquemas públicos como Financiera del Bienestar
“Hoy hay tasas muy altas, que para el primer año de un negocio no son suficientes”, puntualizó la mandataria.
La importancia de un sistema financiero más inclusivo
La inclusión financiera no es un eslogan. En zonas como el sureste mexicano y el Caribe, donde la informalidad supera el 60%, el acceso al crédito puede marcar la diferencia entre la subsistencia y el desarrollo económico sostenible.
Un crédito oportuno puede:
- Impulsar proyectos de turismo comunitario
- Potenciar redes de artesanas y productores locales
- Formalizar negocios y generar empleos con derechos
- Fortalecer economías locales con arraigo territorial
El papel de la Financiera del Bienestar
Una herramienta aún con potencial sin explotar
En su mensaje, Sheinbaum destacó el rol de la Financiera del Bienestar, una institución que busca llevar servicios financieros a sectores excluidos. Actualmente tiene programas específicos para:
- Proyectos artesanales
- Economía popular y solidaria
- Migrantes que envían remesas
No obstante, su cobertura sigue siendo limitada frente a la magnitud de la demanda. Por ello, la coordinación con la banca comercial es clave para lograr un efecto multiplicador.
Retos para la banca en el corto plazo
¿Puede la banca cambiar su lógica?
La petición presidencial plantea desafíos reales para el sector financiero, que históricamente ha privilegiado la seguridad sobre el riesgo. Las instituciones bancarias tendrán que replantear su relación con:
- Clientes informales o sin historial bancario
- Sectores rurales o periféricos
- Mujeres emprendedoras sin garantías
Una posible solución puede venir de esquemas mixtos con garantías públicas, como los promovidos en otros países de América Latina, o incluso mecanismos de microfinanzas digitales.
¿Qué está en juego en esta propuesta?
Más que tasas, se trata de confianza
En un país como México, donde el crédito históricamente ha sido privilegio de unos pocos, la propuesta de Sheinbaum busca romper ese patrón. Al llamar a reducir los requisitos, envía un mensaje político y económico: la confianza también debe fluir hacia abajo.
No basta con bajar tasas si el 70% de los negocios ni siquiera logra presentar una solicitud viable. El cambio está en construir puentes y no solo muros administrativos.
¿Una banca al servicio del país?
Claudia Sheinbaum ha puesto el dedo en la llaga de una discusión pendiente: el rol social de la banca en México. Su llamado no es solo técnico, sino ético. Impulsar el crédito más accesible puede ser una de las políticas más transformadoras para cerrar brechas y democratizar las oportunidades.
Ahora el reto está en manos de los bancos: ¿pueden romper con la inercia histórica y mirar hacia los sectores que construyen la economía desde abajo?