
Industria en movimiento: el repunte manufacturero y los nubarrones en el horizonte
El sector manufacturero en México registró un avance anual de 3.5% durante marzo de 2025, según estimaciones del Inegi. Aunque las cifras anticipan una recuperación, los efectos rezagados de las disrupciones en EE.UU. y la incertidumbre comercial mantienen en vilo al sector industrial del país.
Un repunte que genera expectativas
Datos del Inegi: un marzo positivo
El Indicador Mensual Oportuno de la Actividad Manufacturera (Imoam) reportó que el sector manufacturero alcanzó 111.1 puntos en marzo, con un crecimiento anual estimado de 3.5%. Esta cifra representa una mejora notable frente a los resultados de febrero, cuando el crecimiento fue de 1.8%.
Aunque el desempeño de febrero quedó por debajo de lo estimado originalmente (2.4%), los datos de marzo fortalecen la percepción de una tendencia positiva.
Recuperación, pero con matices
El rebote de marzo ocurre en un contexto aún frágil. Según datos acumulados, el sector muestra una contracción anual de 0.6% entre enero y febrero, lo que significa que aún no se recupera del todo el terreno perdido en meses anteriores.
El impacto de factores externos
Disrupciones en EE.UU. y efecto dominó
La industria mexicana no opera en el vacío. De acuerdo con BBVA Research, la manufactura local se ha visto afectada por disrupciones en Estados Unidos, particularmente durante el cuarto trimestre de 2024. Factores como la temporada de huracanes y una huelga en la industria aeronáutica redujeron la producción estadounidense, y ese golpe se reflejó al sur del Río Bravo.
Nueva política comercial estadounidense
Además del impacto físico en la cadena de suministro, se suma un factor geopolítico: la incertidumbre ante la nueva política comercial de EE.UU., que ha erosionado la confianza de inversionistas y consumidores en ambos países.
Este entorno volátil ha frenado decisiones de inversión y complicó las proyecciones de crecimiento para sectores clave como el automotriz, electrónico y aeroespacial.
Manufactura mexicana: un motor aún fundamental
Relevancia estructural
La industria manufacturera representa más del 17% del PIB nacional, y emplea a millones de personas en todo el país. Estados como Nuevo León, Querétaro, Guanajuato y Yucatán han construido ecosistemas productivos dependientes de este sector.
En el caso del sureste mexicano, Yucatán y Quintana Roo han desarrollado polos manufactureros ligados a la industria textil, alimentaria y de tecnologías ligeras, que buscan diversificar la economía más allá del turismo.
Regionalización y nearshoring
La relocalización de cadenas de suministro, o nearshoring, sigue siendo una carta fuerte para México. El crecimiento registrado en marzo puede interpretarse como una señal de reactivación de inversiones relacionadas con esta tendencia, aunque aún con cautela.
Factores de riesgo: lo que podría frenar el crecimiento
Consumo debilitado y costos de producción
El consumo interno en México no ha logrado una recuperación sólida. Las presiones inflacionarias, el encarecimiento de insumos y la pérdida del poder adquisitivo limitan la demanda, lo cual impacta directamente en la producción manufacturera.
Por otro lado, el encarecimiento de materias primas, energía y transporte logístico ha incrementado los costos de producción, sobre todo para pequeñas y medianas industrias.
Inestabilidad macroeconómica global
La manufactura también está expuesta a factores macroeconómicos globales. El riesgo de una ralentización prolongada en Estados Unidos —principal socio comercial de México— podría frenar los pedidos y afectar las exportaciones.
La recuperación que viene: luces y sombras
¿Una tendencia sostenible?
Aunque el crecimiento de marzo es alentador, no garantiza una recuperación sostenida. Las cifras deben consolidarse en los meses siguientes y estar acompañadas de una política industrial clara, inversiones estratégicas y estabilidad normativa que fortalezca la confianza empresarial.
Recomendaciones de analistas
Desde BBVA Research recomiendan monitorear de cerca los efectos de la política comercial estadounidense, así como incentivar la resiliencia de las cadenas de suministro locales. También señalan la importancia de fortalecer el consumo interno como un amortiguador ante la volatilidad externa.
Mirada desde el territorio: voces de la manufactura
Testimonios desde el sureste
En Mérida, empresarios del ramo alimentario han reportado mejoras en pedidos durante marzo, aunque siguen preocupados por la volatilidad del precio del transporte. En Cancún, una firma textil exportadora señaló que, tras meses de incertidumbre, lograron restablecer contratos con distribuidores en Texas y Florida.
Estas experiencias reflejan que la recuperación está ocurriendo en capas, dependiendo del nicho productivo, la ubicación geográfica y la capacidad de adaptación de cada empresa.
Señales alentadoras, pero con cautela
El crecimiento del 3.5% en el sector manufacturero durante marzo es una buena noticia, pero no es aún una victoria completa. La economía mexicana sigue enfrentando presiones externas e internas que podrían limitar el dinamismo del sector.
La manufactura sigue siendo un pilar del desarrollo nacional, y su salud es clave para la estabilidad laboral, el crecimiento económico y la inversión productiva. La vigilancia constante, el diseño de políticas industriales inteligentes y la adaptación al entorno global serán fundamentales para transformar este repunte en una recuperación sólida y sostenida.