
Que sí, que desde mero arriba estarían considerando aplicar una medicina fuerte —aunque amarga— en el municipio de Othón P. Blanco.
Y es que la alcaldesa Yensunni Martínez se ha convertido en un gran lastre para Morena y aliados en la zona sur del estado.
Ya ni siquiera el hecho de que Chetumal forme parte de los llamados Polos de Desarrollo para el Bienestar parece suficiente para salvar los muebles del naufragio guinda en la capital.
Todas las miradas apuntan a Yensunni, que no solo no repunta, sino que se hunde más con cada ocurrencia y “solución”.
La última de “Yen” —como le dicen sus cercanos— fue denunciar un supuesto sabotaje para provocar inundaciones en la calles capitalinas. Mostró registros tapados con bolsas de basura y lo señaló como obra de sus adversarios.
¡Cuánta maldad!


Pero, claro, se le volvió a ir el chirrión por el palito a la cofundadora de Morena!
En redes, le llovió… y no solo agua.
La realidad es que mientras ella anda tras los “villanos” que tapan coladeras, hay decenas de registros abiertos o destapados que los vecinos tienen que marcar con ramas o piedras para evitar accidentes.
Lejos de ayudar a su causa —y a la de Morena— Yensunni está zozobrando las expectativas guindas de carro completo en 2027.
Las alertas en Chetumal bajan y suben amarillo a rojo, y su “legado” ya se evalúa como un pasivo en la ecuación electoral del próximo sexenio.