En un giro inesperado que redefine el boxeo, Terence Crawford destronó con virtuosismo a Saúl ‘Canelo’ Álvarez en Las Vegas. Por decisión unánime, el estadunidense no solo arrebató los cinturones supermedianos al jalisciense, sino que se alzó como el primer pugilista en dominar tres categorías indiscutidas, marcando una noche histórica el 14 de septiembre de 2025.
La noche que el underdog desafió la lógica
Quien gana cuando nadie le concede posibilidades se lleva todo. Terence Crawford, un peleador que subió dos categorías para ser un candidato a esta pelea, derrotó a Saúl ‘Canelo’ Álvarez por decisión unánime en el estadio Allegiant, en Las Vegas. Este triunfo despojó de todos los cinturones de la división supermediana al mexicano y convierte a Crawford en el primer boxeador en dominar de manera indiscutida tres categorías, consolidándose como un verdadero fenómeno.
Crawford subió más de seis kilos y, desde que aceptó el combate, fue considerado el underdog, el peleador al que nadie concedía opciones de victoria. ‘Canelo’, en cambio, pelearía en su peso natural, la división supermediana que dominaba sin sombra. La supuesta superioridad que le daría esa asimetría nunca estuvo sobre el cuadrilátero.
La estrategia del virtuoso: Baile y artificio
Saúl ‘Canelo’ Álvarez no supo bailar el ritmo que interpretó con virtuosismo el estadunidense Terence Crawford. A Crawford le dijeron que solo tendría posibilidades si boxeaba con inteligencia ante un peleador que había probado los puños brutales de peso semicompleto. Y esa inteligencia y artificio, el baile grácil sobre las puntas de los pies para descontrolar de un lado a otro, fue precisamente lo que le aplicaron al mexicano, impidiéndole imprimir fuerza.
Crawford hizo ver al ‘Canelo’ como un peleador sin golpes, un guerrero sin armas. El jab con la derecha de Crawford no solo fue un golpe para mantener distancia, sino un pistón permanente que hacía daño. Parecía suelto y cómodo, mientras ‘Canelo’ no lograba la cadencia para imponer su supuesta superioridad natural del peso.
El Canelo: Un guerrero sin armas
El mexicano se percibía incómodo y demasiado recatado. Cuando Crawford descubrió que el ‘Canelo’ no respondía, fue ganando confianza. En el noveno episodio, el estadunidense incluso se permitió esperar a su rival en el centro del cuadrilátero, donde por fin se fajaron. Crawford saltaba sobre puntas de un lado a otro y le cambiaba la dirección para descontrol y desesperación del mexicano, quien no podía conectar más allá de unos cuantos golpes aislados.
Lo bailaba a un ritmo en el cual el mexicano no sabe moverse. Ser bailado en el boxeo es una afrenta. ‘Canelo’ apostó a un golpe que nunca llegó.
Más allá del cuadrilátero: Simbolismo y confianza
La primera afrenta de Crawford fue subir al cuadrilátero con el tema de la banda mexicoestadunidense Los Lobos y la icónica «Canción del mariachi». El estadunidense desfiló con un estuche de guitarra, como hiciera el personaje de Antonio Banderas en la película de Robert Rodríguez. Nada provoca más que arrebatarle las señas de identidad al adversario.
‘Canelo’ fue más discreto de lo que acostumbra, subió con la música de un mariachi que interpretó «México lindo y querido» en una versión que parecía salida de un filme de Sergio Leone, en la que dos forajidos se citan para batirse en duelo. Luego vino la afrenta sobre el cuadrilátero.
La construcción de un fenómeno
Crawford nos despejó la incertidumbre de cómo se vería en su versión en supermediano. Un atleta esbelto, ágil y con mucha rapidez en el golpe, subió dos categorías para esta pelea. Si gobernó sin sombra en peso superligero y wélter, e incluso ganó un título interino en superwélter, quedaba la duda si atentaría contra sus mejores argumentos al ganar más de seis kilos de peso. Su equipo de entrenadores ya había advertido que habían construido una maquinaria de músculos sin comprometer la velocidad. Crawford salió como zurdo, pero tenía claro que la única salida era mantener la agilidad que lo caracteriza y volverse un blanco móvil.
Marco Verde: La esperanza mexicana brilla en la preliminar
En la pelea preliminar de la noche, Marco Verde, el medallista olímpico en París 2024, derrotó por nocaut técnico y notoria superioridad al estadunidense Sona Akale en solo cuatro episodios. El de Mazatlán no quiso fulminar en su tercera victoria como profesional y eligió el camino del boxeo, de poner en práctica recursos de golpeo, defensa, contragolpeo y caminar más la lona para ganar experiencia. Con el triunfo, el ‘Green’ se consolida como una de las grandes esperanzas del boxeo mexicano.
La derrota del ‘Canelo’ hizo más estruendo de lo esperado, recordando que, a mayor peso, más fuerte es la caída. ¿Este resultado marca un punto de inflexión en la carrera del jalisciense o es solo el inicio de una nueva era en el boxeo, dominada por la maestría táctica sobre la fuerza bruta?
