La promesa de la Copa Mundial FIFA 2026 como «momento global por la unidad» choca con la estricta política migratoria del gobierno de Donald Trump. Andrew Giuliani, coordinador de la Casa Blanca para el torneo, rehusó descartar la posibilidad de redadas migratorias mundial 2026 en los estadios, generando escepticismo sobre la «cálida bienvenida» anunciada.
El dilema migratorio ante la fiesta deportiva más grande
Washington y Nueva York— El 03 de diciembre de 2025, apenas dos días antes de que el presidente Donald Trump recibiera a la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum y al primer ministro canadiense Mark Carney para el sorteo final del torneo, las garantías de hospitalidad ofrecidas por la Casa Blanca enfrentaron un duro cuestionamiento.
Andrew Giuliani, quien funge como el director ejecutivo de la fuerza de trabajo de la Casa Blanca para la Copa Mundial FIFA y coordinador de la Casa Blanca para el evento, describió la competencia como el evento deportivo más grande en la historia del mundo. En una conferencia de prensa en el Foreign Press Center en Washington, Giuliani enfatizó el espíritu de bienvenida:
- “Esto es más que una competencia. Este es realmente un momento global por la unidad”, comentó Giuliani.
- Aseguró que ser anfitrión del mundo es un «privilegio tremendo» que les da la oportunidad de mostrar «lo mejor de Estados Unidos, nuestra hospitalidad y nuestra innovación, también mostrando el espíritu estadunidense del cual somos tan orgullosos”.
Giuliani, quien es ex golfista profesional e hijo del ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, se enfrentó a una sala de periodistas escépticos que repetidamente preguntaron sobre la magnitud de esa bienvenida, tanto para los extranjeros residentes en el país como para los turistas que llegarán.
La postura oficial: No se descartan operativos de ICE
El punto de mayor tensión se generó al preguntar sobre la seguridad de los asistentes, ya que muchos latinos en Estados Unidos seguramente querrán asistir a los partidos. Un reportero inquirió: “¿El gobierno de Trump estará afirmando que no habrá redadas de ICE [la agencia de control migratorio] en estos partidos?”.
La respuesta del funcionario fue contundente, aludiendo a la prioridad presidencial sobre la seguridad nacional:
> «He conocido al presidente durante 25 años, el presidente no descarta nada que pudiera ayudar hacer seguros a los ciudadanos estadunidenses.»
El coordinador de la Casa Blanca para la Copa Mundial rehusó descartar la posibilidad de que agentes de migración estadunidenses arresten a espectadores en algunos de los más de 100 partidos que serán realizados en once ubicaciones dentro de Estados Unidos. Giuliani recomendó que aquellos en Estados Unidos «sin papeles» deberían salir del país y después solicitar su ingreso legal para poder asistir a los partidos.
Visas, seguridad nacional y el caso Irán
Otro periodista cuestionó si a los visitantes se les podría impedir el ingreso a Estados Unidos si han participado en protestas o han puesto mensajes críticos en sus redes sociales. También se recordó que el presidente estadunidense se ha referido antes a Haití como un «país de mierda», y se preguntó si la gente sería bienvenida sin importar su raza o color de piel.
Giuliani respondió que existe “una narrativa de ficción” de que el mandatario no le da la bienvenida a los extranjeros. Sin embargo, aclaró que la decisión sobre las visas está intrínsecamente ligada a la seguridad:
- Política de Visas: “Haití podría jugar aquí mismo, y pueden solicitar sus visas también. Pero obviamente cada decisión sobre visas es una decisión de seguridad nacional”, agregó.
A pesar de que el gobierno ha reducido los tiempos de espera para solicitantes de visas de los países que participan, ya se registraron problemas con la delegación de Irán. Inicialmente, a varios integrantes se les negaron sus visas para el sorteo de la Copa Mundial este viernes y, por lo tanto, toda la delegación oficial de ese país informó que no se presentaría al evento. Sin embargo, notas posteriores señalaron que Irán dio marcha atrás y confirmó su presencia en el sorteo, donde el entrenador de la selección nacional, Amir Ghalenoei, participará en la ceremonia, según anunció un vocero de la Federación Iraní de Futbol.
La coordinación y el aniversario patrio
Gran parte de la sesión informativa con medios se dedicó al tema de la seguridad, la coordinación con otros países y los esfuerzos del gobierno de Trump por agilizar el procesamiento de visas. Se espera que Estados Unidos reciba entre 5 a 7 millones de visitantes a las once ciudades donde se jugarán los partidos, e indicó que aún aquellos sin boletos serán bienvenidos.
El coordinador Andrew Giuliani también señaló que la Copa Mundial se realizará en julio de 2026, coincidiendo con el festejo patrio del 250 aniversario de la fundación de Estados Unidos. Uno de los partidos está programado para el 4 de julio en Filadelfia, donde se firmó la Declaración de Independencia en 1776.
> “¿Pueden imaginarse si Estados Unidos e Inglaterra juegan ese 4 de julio en Filadelfia.¡No lo puedo imaginar!”, bromeó, expresando la esperanza de que Inglaterra no busque venganza contra Estados Unidos en la cancha 250 años después.
El sorteo, Sheinbaum y el premio de paz
El sorteo final, donde se asignarán los equipos nacionales a grupos, se llevará a cabo en el Centro Kennedy y contará con la presencia de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum y el primer ministro canadiense Mark Carney.
El viernes, en el mismo evento, está programada la entrega del “Premio de Paz FIFA – Futbol une al Mundo”. El presidente de FIFA, Gianni Infantino, creó el premio este año después de que el presidente Trump se quejó de no haber ganado el Premio Nobel de la Paz. Dado este contexto, no hay gran suspenso en quien será el galardonado el viernes. La descripción oficial del premio afirma: “En un mundo cada vez más intranquilo y dividido, es fundamental reconocer la excepcional contribución de aquellos que trabajan duro para poner fin a conflictos y unir a la gente en el espíritu de paz”.
La logística de seguridad y hospitalidad de un evento de magnitud global como el Mundial 2026 revela la compleja balanza entre la celebración de la unidad y la aplicación de políticas domésticas draconianas. El mensaje de cálida bienvenida de la Casa Blanca resulta insuficiente para disipar la preocupación de que, para millones de personas, la euforia deportiva podría ser interrumpida por la fría aplicación de las leyes de control migratorio.







