La Asociación de Náuticos de Quintana Roo (ANQ) ha lanzado una propuesta tecnológica para optimizar el control a barcos Cancún. La medida busca implementar chips y códigos QR en embarcaciones turísticas y privadas. El objetivo es frenar la actividad irregular en la zona costera, que pone en riesgo la seguridad de los visitantes y afecta la imagen del destino.
Urgencia regulatoria: chips y códigos QR para el control marítimo
La Asociación de Náuticos de Quintana Roo (ANQ) busca frenar la actividad irregular mediante la implementación de tecnología moderna. Esta iniciativa permitiría facilitar el control rápido de las embarcaciones que operan con permisos vigentes en la zona.
Francisco Fernández, presidente de la ANQ, explicó que este nuevo sistema permitirá detectar en tiempo real la documentación de cada embarcación. Este mecanismo resulta esencial porque evita la necesidad de realizar revisiones físicas, un proceso que suele ser incómodo tanto para los operadores como para los turistas.
El gremio náutico calcula que, en promedio, el 20% de las embarcaciones que navegan en Cancún:
- Carecen de permisos.
- No tienen los requisitos completos.
Esta alta tasa de irregularidad representa un riesgo significativo para los turistas y, a su vez, afecta gravemente la imagen del turismo que proyecta Quintana Roo. Esta problemática se suma a los operativos que han buscado identificar hasta 200 barcos piratas en la zona.
Medidas complementarias para la seguridad del visitante
Además de la implementación de chips y códigos QR, la ANQ ha planeado reforzar la seguridad mediante la capacitación de operadores particulares.
Esta capacitación incluye:
- Protocolos de navegación.
- Reglamentos de la bahía.
- Medidas de seguridad.
El objetivo de estas acciones es doble: prevenir accidentes y organizar el creciente uso de naves privadas en la zona.
El antecedente de conflicto: irregularidad atribuida a la autoridad
La propuesta tecnológica de la ANQ llega en un contexto de tensión institucional. En septiembre, la asociación ya había denunciado públicamente a la Capitanía de Puerto de Isla Mujeres por presuntas prácticas que han perjudicado a turistas nacionales y extranjeros.
La denuncia señalaba que la Capitanía había bajado a turistas de las embarcaciones debido a que la misma autoridad no había emitido el título de permiso correspondiente a los operadores náuticos.
Los miembros de la asociación afirmaron que la Capitanía de Puerto no otorgaba el permiso en los diez días hábiles estipulados por la ley. Subrayaron que la irregularidad provenía de la propia autoridad, no de los navieros, pues las solicitudes de permiso se habían integrado en tiempo y forma, sin observaciones ni prevenciones. Por ello, la ANQ consideró que este era un incumplimiento de la Capitanía, y no de los operadores.
Esta propuesta de chips y códigos QR evidencia una clara disfunción en el engranaje regulatorio de Cancún. Si el sector privado debe invertir en alta tecnología para garantizar la transparencia que la autoridad marítima no puede o no quiere proporcionar, el problema estructural de la gobernanza turística en Quintana Roo se agrava. ¿Será la implementación de estos sistemas suficiente para subsanar los vacíos legales e institucionales que amenazan la seguridad del destino más importante del Caribe mexicano?








