ALERTA: Confirman presencia del pez diablo en bahía de Chetumal

Alejandro Peza/CARIBE PENINSULAR

CHETUMAL.- La presencia de especies invasoras en la bahía de Chetumal ha dejado de ser una sospecha para convertirse en un hecho. Un pescador local logró capturar, por primera vez, un ejemplar de pez diablo (Hypostomus plecostomus), lo que enciende las alertas sobre el impacto ambiental que esta especie puede provocar en los ecosistemas de la región.

El hallazgo ocurrió la tarde de este jueves en las inmediaciones del bulevar Bahía, donde el hombre, dedicado a la pesca de subsistencia, lanzó un simple cordel en busca de mojarras y robalos, pero en lugar de ello obtuvo un pez de características inusuales. De acuerdo con su testimonio, al sentir un fuerte tirón pensó que se trataba de una especie de gran tamaño, pero al sacar el ejemplar a la superficie notó que se trataba de un pez extraño, de cuerpo alargado, recubierto por una especie de placas óseas y con un peso cercano a un kilogramo.

El animal, de aproximadamente 60 centímetros de longitud, fue identificado como un pez diablo, una especie originaria de Sudamérica y conocida por su capacidad para adaptarse a diversos ambientes de agua dulce. El ejemplar fue exhibido entre curiosos y posteriormente entregado a autoridades ambientales para su análisis.

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Expertos en biodiversidad han advertido desde hace años que la llegada del pez diablo a cuerpos de agua del sureste mexicano representa una amenaza latente, ya que estos peces invasores son altamente resistentes, se alimentan de manera indiscriminada y ponen en riesgo la reproducción de especies nativas como la mojarra, el sábalo y la tilapia, además de deteriorar los suelos y márgenes de ríos y lagunas debido a sus hábitos excavadores.

El biólogo marino consultado, Antonio López, explicó que “la presencia de este pez en la Bahía de Chetumal confirma lo que se temía: que su distribución se ha expandido más allá de los ríos interiores hacia zonas costeras de gran valor ecológico. Es una especie que compite por alimento y hábitat, provocando daños ecológicos de largo plazo”.

Autoridades ambientales y pesqueras del estado han informado que se realizarán muestreos y recorridos en la bahía para determinar si existen más ejemplares en la zona. También se prevé lanzar una campaña informativa para que pescadores y ciudadanía puedan identificar al pez diablo y reportar su captura, con el fin de evitar su propagación.

Este primer registro documentado en la bahía de Chetumal marca un precedente preocupante. La llegada del pez diablo no solo amenaza a la biodiversidad local, sino que también podría afectar la actividad pesquera artesanal de la capital quintanarroense, que depende en gran medida de especies nativas para su consumo y comercialización.

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