
Redacción
CANCÚN.-El Caribe mexicano enfrenta uno de los peores episodios de sargazo en su historia. Según proyecciones científicas, se espera que durante el verano de 2025 la cantidad de sargazo que llegue a las costas de Quintana Roo, Yucatán y otras zonas turísticas aumente en un 40% respecto a años anteriores.
La investigadora Leticia Durand Smith, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, advierte que este fenómeno alcanzará niveles sin precedentes, superando incluso los récords de 2018 y 2023, cuando millones de toneladas de estas macroalgas invadieron playas y arrecifes.
El Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico, una masa flotante que se extiende desde África Occidental hasta el Golfo de México, sigue creciendo debido a factores como el aumento de nutrientes en el océano (por fertilizantes agrícolas y aguas residuales) y el calentamiento global.
En 2024, sólo en Quintana Roo se recolectaron 37,000 toneladas de sargazo en aguas someras, pero este año, la magnitud podría ser aún mayor, afectando no solo al turismo, sino también a la salud pública y los ecosistemas marinos.
Te puede interesar: Sargazo aleja a turistas de la Riviera Maya, advierte sector hotelero
El sargazo no es simplemente una molestia para quienes visitan las playas; su acumulación y descomposición están generando un colapso ecológico en el Caribe mexicano. Estudios liderados por Rosa Elisa Rodríguez Martínez, investigadora de la UNAM en Puerto Morelos, revelan que estas algas contienen altas concentraciones de metales pesados como arsénico, plomo, cobre y manganeso, que envenenan lentamente el mar.
La descomposición del sargazo consume grandes cantidades de oxígeno, creando zonas muertas donde la vida marina no puede sobrevivir. La llamada “marea marrón” bloquea la luz solar, impidiendo la fotosíntesis de corales y pastos marinos, esenciales para mantener el equilibrio del ecosistema.
Miles de ejemplares de peces y crustáceos has aparecidos muertos en las costas debido a la falta de oxígeno y la toxicidad del agua.
Desde 2015, se ha registrado una pérdida del 27% de los arrecifes coralinos en algunas zonas, agravada por el “Síndrome Blanco”, una enfermedad que se propaga más rápido en aguas contaminadas.
Las tortugas marinas también se ven afectadas al encontrarse con obstáculos para anidar en playas cubiertas de sargazo. Además, se ha detectado un aumento alarmante de fibropapilomatosis, una enfermedad que provoca tumores en su piel.
Los gases emitidos por el sargazo en descomposición causan irritación en ojos, garganta y piel. Trabajadores de limpieza y turistas han reportado náuseas, dolores de cabeza y erupciones cutáneas.
A nivel económico, el sargazo afecta directamente al turismo, principal actividad de la región, sufriendo pérdidas millonarias cuando las playas se llenan de algas.
Vía aristeguinoticias