
Antes de abrir el debate sobre una reforma fiscal en México, la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó un mensaje contundente: primero, acabar con la corrupción. Desde Palacio Nacional, su declaración reconfigura el horizonte económico del país.
El combate a la corrupción como estrategia prioritaria
Una postura firme desde el inicio del sexenio
Desde los primeros meses de su administración, Claudia Sheinbaum ha dejado claro que su estrategia para fortalecer las finanzas públicas no comenzará por imponer nuevos impuestos. En cambio, la prioridad es combatir la corrupción, una herida histórica que ha sangrado las arcas del país durante décadas.
La presidenta subrayó que el combate efectivo a la corrupción podría ampliar los ingresos gubernamentales sin necesidad de reformar la estructura fiscal. “Primero limpiemos la casa”, pareció decir, aludiendo a la urgencia de recuperar recursos desviados y optimizar su uso.
Reducción del déficit y aumento del gasto social
Un dato que reforzó su postura fue la reducción de dos puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) en el déficit fiscal, equivalente a 700 mil millones de pesos. A pesar de este ajuste, el gobierno no solo mantuvo, sino que incrementó los programas sociales y las obras públicas, demostrando que una administración eficiente puede hacer más con menos.
La economía mexicana resiste los pronósticos
Datos macroeconómicos positivos
Contrario a las predicciones de caída económica, Sheinbaum presentó indicadores macroeconómicos que reflejan una economía sólida y en crecimiento. Este desempeño es particularmente relevante en un contexto mundial de incertidumbre y volatilidad.
El impulso de la construcción
Sheinbaum enfatizó que aún falta considerar el impacto de la industria de la construcción, un sector clave para la dinamización económica. Las obras públicas que se pondrán en marcha contribuirán a fortalecer la actividad económica interna.
Exportaciones, aduanas y negociaciones internacionales
Aduanas: puerta de ingresos
Otra estrategia para incrementar los recursos públicos es el fortalecimiento de las aduanas. Mejorar la eficiencia y transparencia en estos puntos críticos podría significar una fuente sustancial de ingresos adicionales.
Aranceles bajo negociación
Respecto a la polémica sobre aranceles, Sheinbaum aclaró que las negociaciones siguen su curso, principalmente en sectores como el acero, aluminio e industria automotriz. Sin embargo, la mayoría de los productos de exportación mexicanos han quedado exentos de nuevas tarifas, un factor que contribuye a la estabilidad económica.
El Plan México: más allá de la exportación
Sustitución de importaciones
Una de las piezas centrales del “Plan México” es incentivar la producción nacional para el consumo interno. No se trata solo de exportar más, sino de producir en casa lo que hoy se importa. Esta estrategia busca blindar la economía nacional ante posibles shocks externos.
Fomento a la industria nacional
Impulsar sectores estratégicos permitirá reducir la dependencia del exterior y generar empleos locales, fortaleciendo el mercado interno. Esta visión de desarrollo equilibrado podría cambiar el rostro económico de México en los próximos años.
Una apuesta política y económica de largo aliento
La decisión de Claudia Sheinbaum de priorizar el combate a la corrupción antes de una reforma fiscal no es solo pragmatismo económico: es una declaración de principios. Apunta a sanar desde adentro las estructuras financieras del Estado, construyendo sobre bases más sólidas.
El reto será monumental. Combatir la corrupción sistémica y reformar las aduanas implica enfrentar intereses enquistados. Pero si logra resultados tangibles, Sheinbaum no solo fortalecerá las finanzas públicas, sino que podría cimentar una nueva cultura de transparencia y eficiencia.
La estrategia podría redefinir el futuro fiscal de México: menos carga para los contribuyentes honestos y mayor recuperación de recursos que por derecho pertenecen a todos.