
Redacción
CANCÚN.- Una familia colombiana que pretendía disfrutar de unas vacaciones en México fue detenida en el Aeropuerto Internacional de Cancún, donde habrían sufrido humillaciones y malos tratos por parte de Migración.
Marcela Toro, por medio de sus redes sociales, decidió contar la experiencia que tuvo que vivir junto con su esposo, sus hijos, su padre, familiares y amigos el pasado 15 de enero de 2025.
La mujer comenzó a relatar que al llegar a Cancún decidieron pasar en grupo a la ventanilla de Migración, ya que todos sus acompañantes contaban con la misma reserva y tiquetes de vuelo.
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No obstante, ese acto no le habría gustado al funcionario, así que les pidió que se separan en tres grupos. “Desde ahí comenzó todo el calvario”, relató Toro, quien además añadió que, entre las personas que estaban con ella, habían dos que eran de nacionalidad americana.
Al acerarse a la ventanilla, la funcionaria le solicitó que le mostrara los tiquetes de avión de regreso a Colombia, así que Toro sacó su celular y le mostró que estaban para el 22 de enero, la fecha de su cumpleaños, junto con las reservas del hotel.
La funcionaria pidió que trasladaran a Toro junto con todas las personas que se encontraban con ella a una sala que decía Migración, donde tuvieron que esperar alrededor de 15 minutos hasta que la mujer regresó con todos sus pasaportes. En ese momento, les informó que debían pasar por una segunda entrevista.
No era el primer viaje a Cancún
“Cuando nos dijeron esto pensamos: ‘No nos va a pasar nada, pues no era la primera vez que viajábamos a Cancún’. De hecho, mi esposo, mi familia y yo llevamos viajando a Cancún por 5 o 6 años consecutivos (…), porque era nuestro lugar favorito”, explicó Marcela.
Lo que se le sigue haciendo extraño a Marcela es que de los tres grupos que conformaron, al de su papá si los dejaron pasar con “normalidad”, mientras que los demás se encontraban llenando un documento con sus datos personales en la sala de Migración.
Llegó el momento de las entrevistas individuales. En la sala se encontraba un funcionario de Migración, quien se encargó de preguntarle a cada uno por sus nombres, a qué se dedicaban, si llevaban dinero en efectivo, entre otras cosas.
Al finalizar los encuentros les informaron que “no nos iban a dejar ingresar y que nos iban a retornar a Colombia. Cuando nos dijeron eso quedamos devastados, porque no nos cabía en la cabeza de que nos estuviera pasando eso a nosotros”, señaló Marcela.
Lo que más indignó a Toro es que los funcionarios no les explicaron el porqué de la decisión; sin embargo, les dijeron que la causa habría sido porque “los números de nuestra reserva no contestaban. Hicieron una llamada y que nadie les contestó”.
Las personas que trabajan en Migración les informaron que cada uno tenía la posibilidad de hacer una llamada durante 5 minutos, teniendo en cuenta que desde que entraron les quitaron los celular. “Obviamente estaban en poder de ellos junto con los pasaportes”, contó Marcela.
No obstante, la única que pudo llamar fue su hermana, quien había comprado el Roaming y tuvo minutos para comunicarse con su padre y decirle que se regresaran para Colombia porque no los habían dejado ingresar a Cancún.
Encerrados en una habitación
Marcela detalló que los detuvieron en una habitación junto con sus dos hijos menores de edad, quienes tenían siete y cuatro años respectivamente; además del bebé de su hermana, que a penas tenía año y medio de nacido.
“Nos detuvieron y fue horroroso todo lo que vivimos en esa sala de detención”, continuó.
Todos los acompañantes de Marcela no habían comido nada desde que salieron de su lugar de residencia en Colombia, es decir, desde las 2:30 de la madrugada, y a Cancún habían llegado a las 3:00.
“Uno como adulto aguanta no comer, pero los niños tenían demasiada hambre, por lo que nosotros le hicimos saber a ellos (los funcionarios) que por favor nos dieran algo de comida, así fuera para los niños”, contó la mujer en su cuenta de TikTok.
Tras pedirles alimentos, los trabajadores de Migración “con palabras ofensivas y humillativas nos dijeron que en un ‘ratito’ nos traerían la comida, pero ese ratito se convirtió en largas horas”, agregó Marcela.
A causas del trato que habrían recibido por parte de Migración de México, Marcelo explicó, con la voz entrecortada, que “fue tan devastador ver que mis hijos tenían tanta hambre que, en un momento, los vi cogiendo una caja que otros detenidos habían dejado con sobrados de comida y mis hijos empezaron a comer sobrados”.
‘Nos trataron como delincuentes’
La mujer, con lágrimas, señaló que los “habían tratado como delincuentes, cuando nosotros lo único que queríamos era pasar unas vacaciones y mis cumpleaños”.
Posteriormente, contó que les habría tocado dormir en el piso, “en condiciones horrorosas, no daban cobija, no daban almohada, en los baños no había jabón y no en todos había papel higiénico. Era asqueroso”.
Llegó la noche y les dieron de comer un sándwich, una botella de agua y un jugo, lo que también les habían dado para el día siguiente en el desayuno; sin embargo, Marcela Toro no lo había recibido.
“Una señora de Migración me dijo que tenía que firmarle por la entrega del desayuno, pero no me lo habían traído. Yo le dije: ‘¿Por qué voy a firmar si no he recibido mis alimentos?’ Así que la señora, muy ofuscada, me dijo: ‘Eso es por la comida de ayer'”, informó Marcela Toro.
Su negación al querer firmar el documento desencadeno, según Marcela, una mala actitud en la funcionaria, quien le habría comenzado a gritar; al final, decidió firmar.
Consulado colombiano se comunicó con Migración de Cancún
Finalmente, uno de los amigos con los que se encontraba Marcela logró comunicarse con un familiar, quien se encargó de llamar al Consulado colombiano, logrando que la entidad se contactara directamente con Migración de Cancún y, posteriormente con Toro.
La mujer habría aprovechado la oportunidad para contarles todo lo que les había pasado y cómo los habrían estado tratando. “Les dije que nos trataron mal, nos negaban las llamadas y absolutamente todo”, les explicó.
La cónsul, aparentemente impactada por la situación, le informó que Migración estaba en la obligación de darles información del vuelo que los iba a regresar a Colombia: “Con el teléfono en la mano, les pregunté a cuándo y a qué horas salía el vuelo, a lo que me contestaron que salía esa misma noche a las 9 p. m.”.
Con información de El Tiempo de Colombia