Coatlicue: La supercomputadora pública más potente de América Latina

México anunció Coatlicue, la supercomputadora pública más potente de América Latina, con 314 petaflops de capacidad. Analizamos su impacto, inversión y simbolismo.
Coatlicue: La supercomputadora pública más potente de América Latina

El 26 de noviembre de 2025, México anunció la creación de “Coatlicue”, la supercomputadora pública mexicana que entrará en operación en dos años. Con una inversión cercana a los 6 mil millones de pesos, este proyecto promete ser la infraestructura de cómputo más poderosa de América Latina, marcando la entrada plena del país a la era del procesamiento masivo de datos y la inteligencia artificial, ámbitos para los que, según las autoridades, no existe suficiente capacidad de cómputo actualmente.

El proyecto ‘Coatlicue’: inversión y soberanía tecnológica

Durante la conferencia matutina de ese miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reveló el ambicioso plan y enfatizó que el equipamiento marcará la entrada del país al procesamiento masivo de datos y al uso pleno de inteligencia artificial. La mandataria aseguró que se trata de un proyecto de innovación y desarrollo tecnológico «plenamente público» y reiteró: “Queremos que sea una supercomputadora pública, del pueblo de México”.

José Antonio Peña Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) del gobierno federal, fue el encargado de detallar los aspectos técnicos y financieros del desarrollo:

  • Inversión: El proyecto contará con una inversión cercana a los 6 mil millones de pesos.
  • Propiedad: Será propiedad de la nación y de carácter público.
  • Plazo de ejecución: Coatlicue estará lista en dos años, incluyendo diseño, obra civil, logística, integración, pruebas y validación, con su puesta en marcha prevista hacia 2027.
  • Potencia: Su capacidad alcanzará las 314 mil billones de operaciones por segundo, cifra que la posicionará como la supercomputadora más avanzada de América Latina, superando a la actual líder en la región.

Peña Merino destacó que este avance permitirá a México entrar de lleno al desarrollo de la ciencia y las tecnologías. «La supercomputadora más poderosa de la región será pública, es importante, y un modelo de gestión que además implica la colaboración entre instituciones gubernamentales y educativas”, afirmó el titular de la ATDT.

Capacidad técnica y usos estratégicos de la supercomputadora

El desarrollo nacional de la supercomputadora Coatlicue estará basado en alta tecnología de procesamiento, esencial para resolver los desafíos científicos y tecnológicos que el país enfrenta.

Infraestructura y rendimiento

El sistema estará equipado con 14 mil 480 GPUs, que se describen como equivalentes, en práctica, a decenas de miles de computadoras convencionales operando al mismo tiempo. Esta infraestructura ofrecerá la capacidad de ejecutar 314 petaflops, es decir, 314 mil billones de operaciones por segundo, una capacidad que, según Peña Merino, “casi ninguno de nosotros ha visto en su vida”.

Aplicaciones esenciales y modelo autosustentable

La instalación de esta supercomputadora permitirá resolver desafíos científicos que demandan gran capacidad computacional e impulsar investigaciones en sectores estratégicos. Entre sus aplicaciones previstas figuran:

  • Predicciones climatológicas.
  • Modelado hidráulico y planeación energética.
  • Análisis de datos fiscales y aduaneros, así como de movilidad y salud.
  • Realización de investigación científica de punta en sectores estratégicos.
  • Respaldo a emprendedores y apoyo a proyectos tecnológicos.
  • Dar servicio de cálculo masivo a la iniciativa privada bajo un esquema que busca ser financieramente autosustentable y que amortice el costo.

La secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz Gutiérrez, explicó que el volumen global de datos supera por mucho la capacidad humana de procesamiento, tanto en temas de salud como de medio ambiente o predicción de desastres. Por ello, consideró indispensable que la ciencia, la industria y el gobierno nacional avancen hacia etapas más modernas acompañadas por tecnologías de frontera. Esta infraestructura, añadió, trabajará en conjunto con los clústeres de supercomputación ya existentes en universidades públicas y centros de investigación.

La trascendencia del nombre: Coatlicue en la era digital

El proyecto de la supercomputadora pública mexicana lleva el nombre de Coatlicue, rindiendo homenaje a la deidad mexica considerada madre de los dioses. Según la secretaria Rosaura Ruiz Gutiérrez, este nombre rescata una figura milenaria para representar la futura punta de lanza de la investigación científica y la soberanía tecnológica de México.

Simbolismo y el mito fundacional

En la cosmovisión mexica, Coatlicue era venerada como madre de dioses, incluyendo al guerrero solar Huitzilopochtli, y patrona de la tierra, la fertilidad, la vida y la muerte. Su nombre en náhuatl significa literalmente “la que tiene su falda de serpientes”. La iconografía de la deidad es rica en simbolismo:

  • Su escultura tradicional la representa con una falda de serpientes entrelazadas.
  • Luce pechos caídos, emblema de fertilidad.
  • Lleva un collar de manos y corazones humanos, símbolos de sacrificio, regeneración y dualidad vital.

El mito narra que Coatlicue vivía en el cerro sagrado Coatepec, donde barría un templo. Tras caer del cielo una bola de plumas que guardó en su seno, quedó embarazada de Huitzilopochtli. Esta concepción divina enfureció a sus otros hijos, la diosa lunar Coyolxauhqui y los cuatrocientos dioses estelares Centzon Huitznáhuac, quienes intentaron asesinarla. Huitzilopochtli nació ya armado, defendió a su madre y dio origen al Sol, mientras que Coyolxauhqui se convirtió en la Luna y sus hermanos en estrellas, simbolizando el triunfo de la luz sobre la oscuridad y la regeneración.

Este ciclo de vida, muerte y renacimiento, que resume la dualidad fundamental de la cosmovisión mexica, es el que se retoma para nombrar a la supercomputadora pública mexicana. La estatua más famosa de Coatlicue, tallada en andesita (mide aproximadamente 2.52 metros), fue descubierta el 13 de agosto de 1790 en la Plaza Mayor de la Ciudad de México y hoy se exhibe en el Museo Nacional de Antropología.

Hoy, Coatlicue reaparece en un contexto totalmente distinto: como el nombre de la herramienta tecnológica que busca impulsar la investigación científica, el procesamiento masivo de datos y el desarrollo del país.

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