
“Están planteando lo mismo que la derecha”, lanzó Claudia Sheinbaum sobre las exigencias de la CNTE. El mensaje no pasó desapercibido.
En medio de las negociaciones post-electorales, la futura presidenta de México enfrenta su primer roce con un actor clave en el conflicto educativo.
Sheinbaum vs CNTE: ¿Inicio de un desencuentro?
El proceso de transición presidencial ha comenzado con tensiones. Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa, lanzó una crítica directa hacia algunas de las exigencias de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), al considerar que coinciden con planteamientos de la oposición de derecha.
La frase fue breve, pero suficiente para marcar distancia:
“Están planteando lo mismo que la derecha”.
Aunque Sheinbaum no especificó a qué demandas se refería, el señalamiento abre una grieta en la compleja relación que históricamente ha existido entre el magisterio disidente y los gobiernos de izquierda.
¿Qué está en juego en la negociación con la CNTE?
La CNTE no es cualquier gremio. Se trata de un bloque de maestros con fuerte presencia en estados como Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, con capacidad de movilización nacional y una narrativa anclada en la defensa de la educación pública, la estabilidad laboral y el rechazo a políticas que consideran neoliberales.
Durante las negociaciones post-electorales, la CNTE ha sostenido mesas de diálogo con el equipo de transición. Aunque no se han revelado públicamente todos los puntos de discusión, algunas exigencias históricas del gremio incluyen:
- Cancelación total de la reforma educativa del sexenio de Peña Nieto.
- Reinstalación de maestros cesados por motivos administrativos o políticos.
- Incremento salarial y mejoras a las condiciones laborales.
- Eliminación de procesos de evaluación considerados punitivos.
- Mayor control comunitario sobre la educación.
Si algunas de estas demandas están siendo interpretadas por Sheinbaum como cercanas a los discursos de la derecha, el mensaje podría ser doble: deslindarse de posturas maximalistas y enviar una señal de firmeza a otros actores políticos.
Claudia Sheinbaum y la educación: promesas y realidad
Durante su campaña, Sheinbaum se comprometió a fortalecer la educación pública, ampliar el acceso y apoyar al magisterio. Sin embargo, ese apoyo no ha significado una alineación automática con la CNTE, que a menudo ha confrontado incluso a gobiernos aliados ideológicamente.
El próximo gobierno enfrenta varios retos en materia educativa:
- Rezago en infraestructura escolar, acentuado por la pandemia.
- Deficiencias en formación docente y aprendizaje estudiantil.
- Brechas regionales marcadas en cobertura y calidad educativa.
- Necesidad de renovar el modelo curricular con base territorial.
En este contexto, las tensiones con la CNTE podrían dificultar una construcción conjunta de políticas educativas. El comentario de Sheinbaum indica que no habrá concesiones automáticas, ni siquiera a aliados históricos de la izquierda.
¿Por qué comparar a la CNTE con la derecha?
Más allá del contenido específico de las demandas, el señalamiento de Sheinbaum puede leerse como una estrategia política:
1. Desmarcarse del sindicalismo radical
Sheinbaum busca gobernar con pragmatismo. Colocarse en una postura crítica frente a la CNTE refuerza su imagen de autonomía respecto a grupos de presión tradicionales.
2. Evitar desgaste temprano
Anticipar el conflicto ayuda a dosificarlo. Al señalar públicamente las coincidencias con la derecha, Sheinbaum desactiva parte del discurso opositor que pudiera vincularla automáticamente con sectores radicales del magisterio.
3. Fortalecer su liderazgo
La transición presidencial es un campo de pruebas. Mostrar firmeza frente a un grupo fuerte envía un mensaje a otros actores: habrá diálogo, pero también límites.
El papel de la CNTE en el nuevo sexenio
A pesar de las diferencias, la CNTE sigue siendo un actor insoslayable. Su capacidad de movilización y su arraigo en territorios clave la convierten en una fuerza política y social que deberá ser tomada en cuenta.
Lo que ocurra en las próximas semanas será decisivo para definir si el gobierno de Sheinbaum construye una relación funcional con el magisterio disidente, o si se reeditan los conflictos que marcaron sexenios anteriores.
Escenarios posibles:
- Cooperación crítica: la CNTE participa, pero conserva autonomía y capacidad de presión.
- Ruptura temprana: desacuerdo en temas clave provoca movilizaciones desde el primer año.
- Neutralización política: el gobierno logra dividir o restar fuerza a las alas más combativas del sindicato.
El pulso que anticipa el rumbo
La declaración de Sheinbaum no fue un error. Fue un mensaje calculado. Al confrontar a la CNTE en el discurso, prepara el terreno para una negociación compleja donde no todo será concesión.
En un país donde la educación está en el centro de la reconstrucción social, el primer roce entre la virtual presidenta y el magisterio marca el tono de un sexenio que buscará equilibrio entre firmeza institucional y diálogo social.
La pregunta no es solo qué exigencias serán atendidas, sino qué modelo de relación establecerá Sheinbaum con los actores que históricamente han acompañado a la izquierda, pero que hoy también pueden desafiarla.