A dos días de la polémica remoción de las esculturas de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara de la Plaza San Carlos, el debate sobre su restitución se intensifica. La jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, ha planteado su posible regreso, argumentando irregularidades en el proceso. Vecinos y activistas han expresado su rechazo al retiro de las estatuas, considerándolo una afrenta cultural contra las estatuas de Fidel Castro y Che Guevara.
Remoción en la Tabacalera: Un Acto Arbitrario y la Reacción Ciudadana
La alcaldía Cuauhtémoc ha sido la responsable del retiro de las esculturas de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, que se encontraban sentadas en una banca en la plaza de San Carlos, en la colonia Tabacalera, desde 2018. Este hecho ha generado una inmediata reacción. El movimiento Tepito Zona de Arte aseguró que la acción representa una violación directa al derecho a la cultura, uno de los derechos humanos más importantes.
La activista Arlen Rodríguez, en representación de Tepito Zona de Arte, calificó el retiro como arbitrario. Recordó que no es la primera vez que suceden actos similares, citando el caso de los murales de Tepito, donde la exalcaldesa Sandra Cuevas “desapareció” su trabajo “sin consecuencia alguna, sin sanciones, sin justicia”. Alertó que, debido a la falta de sanciones a las autoridades responsables, “esta violencia institucional impune y cotidiana sigue y seguirá sucediendo”.
Consideró que retirar estas esculturas no es únicamente “quitar metal”, sino que “es intentar silenciar voces, borrar y negar la historia”. Subrayó que la cultura pertenece a la comunidad, y que “ningún gobierno debe decidir por nosotros qué recordar y qué olvidar”. Cuestionó la excusa de “supuestas inconsistencias legales” para el atropello, afirmando que la “verdadera inconsistencia es borrar la memoria colectiva y pisotear la identidad y derechos de una comunidad”.
Voces Ciudadanas: Prioridades y Descontento
Mientras se desarrolla la polémica, visitantes y residentes entrevistados en el Jardín del Museo de San Carlos expresaron su opinión. Algunos se pronunciaron a favor de que las esculturas se reinstalen en la banca que ocuparon. Sin embargo, enfatizaron la necesidad de que las autoridades resuelvan los problemas cotidianos que enfrentan los residentes, como la acumulación de basura, la presencia de franeleros, y la falta de atención a las personas en situación de calle y a quienes se dedican al trabajo sexual en la zona.
Salvador, un residente, afirmó que “no hubo una consulta a las personas que vivimos en la colonia, que no es barata para vivir”. Consideró “muy evidente que es una cuestión ideológica de Alessandra Rojo de la Vega para generar likes”.
Por su parte, María de la Luz comentó que las estatuas de Fidel Castro y Che Guevara “están bonitas y se veían interesantes, le daban más vida al lugar, además estaban al lado del museo”. Insistió en que, más allá de las esculturas, se debe “poner atención a los problemas como los viene-viene y a la atención a las personas en situación vulnerable”. Los residentes también detallaron la persistencia de franeleros en las calles Ignacio Mariscal, Tomas Alva Edison y Baranda, entre otras, y lamentaron la operación de locales con transportistas que realizan viajes a Oaxaca.
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La Jefa de Gobierno Interviene: Irregularidades y la Vía Legal
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, consideró posible restituir las esculturas de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara. Subrayó que fueron retiradas por la alcaldía Cuauhtémoc sin cumplir con los procedimientos normativos establecidos.
Entrevistada en Palacio Nacional, Brugada Molina explicó que la remoción de las piezas no fue autorizada por el Comité de Monumentos. Esta instancia es la responsable de aprobar la instalación o retiro de esculturas en espacios públicos. “No se cumplieron las normas establecidas por el Comité de Monumentos, porque éste es quien define si se instala o se quita cualquier monumento”, sostuvo.
La mandataria capitalina destacó que, aunque la alcaldía tiene derecho a presentar una solicitud formal ante dicho comité, no puede actuar de forma unilateral. “La demarcación está en su derecho de solicitar al comité que se retire, no de retirarlo por su cuenta. Entonces, instruí a la Secretaría de Ordenamiento Territorial que le demos seguimiento”, declaró.
Brugada planteó que las esculturas pueden regresar a su sitio original en tanto se desahoga el proceso normativo correspondiente. “Pienso que pueden volver las esculturas y después ello hacer la solicitud que quieran”, señaló. Además, la jefa de Gobierno enfatizó la importancia de preservar la memoria histórica en el espacio público de La capital.
Propuestas y Divisiones Ideológicas
La controversia generó distintas manifestaciones y propuestas. Ayer, la banca donde estaban las estatuas amaneció con un cartón que leía “Aquí va el Che”. Sin embargo, un grupo de personas llegó en una camioneta y colocó una lona con una consigna en contra.
Por la tarde, la diputada federal del Partido del Trabajo (PT), María Rosete, acudió a la plaza y afirmó que “la historia no se borra quitando estatuas”.
En contraste, la titular de la alcaldía Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, propuso a través de un video en su cuenta de la red social X, una subasta pública de las esculturas. Sugirió que los recursos obtenidos sean utilizados para reparar banquetas.
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Mientras tanto, la alcaldesa de Iztapalapa, Aleida Alavez, se mostró dispuesta a recibir las esculturas en su demarcación, declarando que “en la demarcación los recibiríamos con los brazos abiertos”.
Ecos en la Agenda Pública
La remoción de las estatuas de Fidel Castro y el Che Guevara resonó en diversos ámbitos. Se ha reportado que se reprocha la remoción de Castro y el Che de la Plaza San Carlos. Asimismo, se ha señalado que el desalojo de las estatuas es ilegal, según acusa la Ciudad de México. El sentir general es que “no es sólo quitar metal”, sino que “se intenta silenciar voces y negar la historia”.
La disputa por las estatuas de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara trasciende la mera ubicación de objetos; es un reflejo de las tensiones ideológicas y la lucha por la narrativa histórica en el espacio público. Mientras las autoridades buscan una resolución legal, la comunidad reitera la importancia de la consulta y la defensa de la memoria colectiva. ¿Será este un precedente para la gestión cultural en la capital, o una señal de batallas por venir en la interpretación del pasado?
