Ante la falta de acuerdos políticos, Estados Unidos se enfrenta a la alta posibilidad de un cierre de gobierno inédito. Esta vez, la amenaza va más allá de suspensiones temporales, pues Donald Trump, presidente de Estados Unidos, planea aprovechar la oportunidad para despidos masivos permanentes, generando incertidumbre y una potencial agitación económica global.
La amenaza de un cierre de gobierno sin precedentes
La falta de acuerdos políticos entre republicanos y demócratas, para lograr financiamientos a corto plazo en Estados Unidos, ha elevado la posibilidad de un cierre de gobierno para el martes en la noche. Esta situación, en esta ocasión, podría tener un resultado inédito.
Carlos Ponce, socio fundador y director general de SNX, aseguró que los cierres de gobierno han sido recurrentes en la historia política del principal socio comercial de México. Por lo general, estos cierres duran poco y no tienen mayores implicaciones en la economía, aunque suelen inquietar a los inversionistas.
Implicaciones directas para millones de ciudadanos
Si se concreta un cierre del gobierno, millones de empleados federales se quedarán sin pago. Muchos de ellos, como oficiales de seguridad del aeropuerto, controladores de tráfico aéreo, personal del ejército y agentes de migración, trabajarán sin recibir su salario. Adicionalmente, los parques nacionales y museos cerrarían, y los contratistas federales no estarían obligados a trabajar. Aunque el Seguro Social continuaría distribuyendo, podrían presentarse desaceleraciones.
La estrategia de Donald Trump: despidos masivos permanentes
La actual amenaza es distinta. Si el Congreso estadounidense no alcanza un acuerdo para financiar temporalmente la administración antes del 1º de octubre, fecha en que entraría en vigor la suspensión de pagos sin un pacto entre ambos partidos, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, piensa aprovechar la oportunidad. Su intención es emprender despidos masivos con efecto permanente, una medida que contrasta con las suspensiones temporales de sueldo que han caracterizado otros cierres de la administración en el pasado.
El estancamiento político y la búsqueda de soluciones
Los líderes del Congreso se culpan entre sí por el inminente cierre, sin proponer alternativas claras. Para evitar esta situación, el Congreso debe aprobar un proyecto de ley de financiamiento a corto plazo, conocido como resolución continua (CR), o bien aprobar 12 proyectos de ley de financiamiento separados para todo el año, según describió Carlos Ponce.
No obstante, el Congreso de Estados Unidos no dispone del tiempo necesario para aprobar los 12 proyectos de ley antes de la fecha límite, por lo que necesitará un proyecto de ley provisional. A diferencia de la «One big beautiful bill act», los proyectos de ley de financiamiento requieren al menos 60 votos para ser aprobados en el Senado.
Los esfuerzos para aprobar un proyecto de ley de financiamiento a corto plazo fracasaron hace dos semanas. Los republicanos de la Cámara aprobaron un proyecto que habría mantenido al gobierno financiado hasta el 20 de noviembre, pero los demócratas del Senado lo rechazaron y ofrecieron su propia propuesta. Esta última incluía una serie de disposiciones de atención médica que, según ellos, son esenciales. Los republicanos refutaron esta oferta y, desde entonces, no se ha presentado ninguna nueva propuesta. Actualmente, el Congreso está en receso esta semana por el Año Nuevo judío.
La postura de Donald Trump y el quiebre en las negociaciones
Los demócratas señalan que la Casa Blanca y los republicanos del Congreso no han mostrado disposición para negociar con ellos, y que Donald Trump ha cancelado reuniones. Trump publicó en su canal de redes sociales: «Después de revisar los detalles de las demandas poco serias y ridículas que están haciendo los demócratas de izquierda radical minoritaria a cambio de sus votos para mantener abierto nuestro próspero país, he decidido que ninguna reunión con sus líderes del Congreso podría ser productiva”.
Históricamente, los republicanos han presionado para obtener concesiones políticas en los proyectos de ley, mientras los demócratas han solicitado una extensión limpia del financiamiento a corto plazo. Sin embargo, esta vez, son los demócratas quienes buscan concesiones políticas.
Consecuencias económicas: ¿una oportunidad para el mercado?
Un eventual cierre podría justificar el muy esperado «ajuste» del mercado luego de su fuerte avance, y podría ser la oportunidad de entrada para muchos inversionistas que han quedado fuera para «subirse a la ola», comentó Carlos Ponce.
La inminencia de un cierre gubernamental en Estados Unidos, con el agravante de la propuesta de despidos permanentes de Donald Trump, no solo presiona la estabilidad económica sino que redefine las reglas del juego político. ¿Estamos ante un nuevo paradigma en la gestión de las crisis políticas en el principal socio comercial de México?