
La geopolítica del siglo XXI se reescribe desde el sur global. Esta vez, China y América Latina pactan una hoja de ruta que podría marcar un antes y un después para el desarrollo regional.
Una alianza estratégica con 100 proyectos y una promesa: futuro compartido
Desde Pekín, el canciller chino Wang Yi y representantes de América Latina anunciaron un ambicioso acuerdo: 100 proyectos conjuntos con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a desarrollarse en los próximos tres años. La noticia no es menor. Abarca tecnología, medio ambiente, energías limpias, infraestructura y educación, en un momento crítico para los países latinoamericanos que buscan opciones frente a la presión de potencias tradicionales.
China y Celac: un pacto multilateral en tiempos de incertidumbre
Un momento geopolítico de transición
El acuerdo llega en medio de lo que Wang Yi calificó como un “momento de grandes cambios y múltiples desafíos”. Es una forma elegante de aludir al reacomodo del poder global, la reconfiguración de alianzas y el desgaste de organismos tradicionales como la OEA. La Celac, al margen de Washington, gana peso como actor regional con capacidad de interlocución directa con Beijing.
Latinoamérica busca aliados estratégicos
En la rueda de prensa, la canciller de Colombia, Laura Sarabia, afirmó que el plan busca convertir “palabras en acciones”. Más allá del discurso, el mensaje es claro: América Latina quiere diversificar relaciones y dejar de ser solo un mercado o proveedor de materias primas. El multilateralismo y la cooperación Sur-Sur son la ruta que proponen.
¿Qué incluye el plan de 100 proyectos entre China y la Celac?
1. Energías limpias y cambio climático
China se compromete con proyectos que atienden uno de los temas más urgentes: el calentamiento global. La colaboración incluye tecnologías para mitigación, eficiencia energética y desarrollo de energías renovables, particularmente en países vulnerables como los del Caribe.
2. Tecnología y transferencia de conocimiento
El acuerdo contempla que América Latina acceda a innovación china en sectores como telecomunicaciones, inteligencia artificial y educación digital. Esto puede cerrar brechas estructurales, pero también despierta debates sobre dependencia tecnológica.
3. Medio ambiente y sostenibilidad
Se pondrá en marcha una cartera de iniciativas para proteger la biodiversidad, especialmente en zonas como la Amazonía y los ecosistemas costeros, incluyendo manglares y arrecifes mesoamericanos.
4. Infraestructura y conectividad
Los países miembros buscan mejoras en infraestructura básica: carreteras, puertos, conectividad digital. Esto podría traducirse en inversión directa y empleo, pero también exige una gobernanza clara que evite endeudamientos opacos.
5. Educación y formación
Habrá intercambio académico, becas y programas conjuntos. Honduras, por ejemplo, ya discute convenios para enviar estudiantes a universidades chinas.
América Latina en la mira de China: ¿cooperación o estrategia de influencia?
Intervenciones externas y soberanía regional
Wang Yi insistió en que este acuerdo representa un beneficio mutuo “pese a las vicisitudes e intervenciones externas”, una frase que puede interpretarse como crítica velada a Estados Unidos. Para muchos analistas, el avance de China en la región responde a una estrategia de largo plazo para contrarrestar la hegemonía occidental.
El papel de Honduras y Colombia en la nueva etapa
Tanto Enrique Reina (Honduras) como Laura Sarabia (Colombia) asumieron un rol protagónico en la conferencia. Honduras, recientemente alineada con China tras romper lazos con Taiwán, busca consolidar esta relación con proyectos enfocados en educación, nuevas tecnologías e infraestructura verde. Colombia, por su parte, reafirma su voluntad de liderazgo regional en el marco de este pacto.
Implicaciones para el Caribe Mexicano y el sureste del país
Oportunidades para Quintana Roo, Yucatán y Campeche
Aunque el acuerdo es a nivel regional, estados del sureste mexicano podrían beneficiarse directamente si México articula su política exterior con estos mecanismos. Sectores como energías limpias, desarrollo turístico sostenible, protección ambiental y digitalización educativa son particularmente relevantes para esta zona.
¿Cómo aprovechar la agenda China-Celac desde lo local?
Gobiernos estatales y municipales deberían monitorear el despliegue de estos proyectos para alinearse con oportunidades de cooperación técnica, financiamiento y capacitación. También es clave que universidades, cámaras empresariales y ONGs locales participen activamente en el diseño de iniciativas.
¿Una nueva era para América Latina?
La firma del plan China-Celac no es solo un acuerdo técnico: representa una narrativa en disputa sobre el futuro de América Latina. Frente a crisis políticas, desigualdades históricas y desafíos globales, la región apuesta por un “futuro compartido” con una potencia emergente. Pero el éxito dependerá de la capacidad de convertir intenciones en resultados, garantizando transparencia, inclusión y desarrollo sostenible.