
Cuando Xi Jinping propuso la idea de una comunidad de futuro compartido con América Latina, pocos imaginaron el impacto que esa visión tendría una década después. Hoy, esa apuesta estratégica está redefiniendo la relación entre China y el Caribe latinoamericano.
Una década de transformación: China y ALC tejen una nueva geopolítica
Bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping, China ha consolidado su presencia en América Latina y el Caribe (ALC) como nunca antes. El décimo aniversario del Foro China-CELAC no solo marca una celebración simbólica, sino el punto de inflexión hacia una cooperación de alta calidad, más estratégica, con efectos visibles en infraestructura, comercio, cultura y política global.
Desde su lanzamiento en 2014, el foro ha pasado de ser una idea a una plataforma clave del Sur Global, reuniendo a 33 países con una voz conjunta en el tablero internacional. La asistencia personal de Xi a la cuarta reunión ministerial en Beijing refuerza la centralidad de ALC en la política exterior china.
El impulso personal de Xi: visitas, discursos y simbolismo
Xi Jinping ha visitado seis veces la región, promovido acuerdos bilaterales e inspirado confianza política mutua. La constante narrativa de beneficio mutuo, innovación y apertura no es retórica vacía: se traduce en infraestructura construida, empleos creados y mercancías fluyendo entre continentes.
Xi no solo impulsó la creación del foro en Brasil, sino que ha sido su principal promotor discursivo y simbólico, asistiendo a la mayoría de sus eventos clave y enmarcando la cooperación en valores civilizatorios compartidos. Su frase “ni montañas ni mares pueden distanciar a los pueblos que comparten ideales” sintetiza su visión geopolítica.
Foro China-CELAC: arquitectura institucional y hoja de ruta estratégica
El foro ha consolidado mecanismos de gobernanza como reuniones ministeriales, subforos temáticos, cumbres empresariales y espacios de diálogo educativo y cultural. Más de 100 eventos han estructurado una red de cooperación multinivel y multisectorial entre China y ALC.
Ámbitos clave de cooperación:
- Infraestructura: Más de 200 proyectos implementados, como el puerto de Chancay (Perú), el metro de Bogotá, y autopistas en Jamaica.
- Comercio: China es ya el principal socio de países como Brasil, Chile o Perú. El comercio bilateral superó los 518 mil millones de dólares en 2024.
- Educación y cultura: Se han otorgado 17,000 becas, abierto 68 institutos Confucio, y se celebran múltiples exposiciones bilaterales.
- Libre comercio: Existen acuerdos con cinco países y avances con otros como Honduras y Nicaragua.
Estos pilares definen un modelo China-ALC, que rebasa lo económico para convertirse en una arquitectura de gobernanza global desde el Sur.
Los frutos de una cooperación pragmática: carne, cerezas y megaproyectos
La narrativa de “beneficio para los pueblos” se observa en datos concretos:
- En 2024, el 48.7% de la carne de res exportada por Brasil tuvo como destino China.
- Las exportaciones chilenas de cerezas a China superaron los 3,574 millones de dólares, con un 90% del volumen destinado al país asiático.
- El puerto de Chancay reduce 10 días el tránsito marítimo entre Asia y América del Sur.
Detrás de estos logros hay beneficios compartidos: empleos locales, transferencia tecnológica y mejor infraestructura logística para la región.
Una comunidad de futuro compartido: cultura y civilizaciones en diálogo
Además del comercio, Xi ha apostado por el intercambio civilizatorio. Desde las ruinas mayas de Copán hasta las exposiciones de arte chino en Lima y Santiago, el relato cultural se ha tejido con fuerza. La afinidad entre civilizaciones es el nuevo fundamento de la diplomacia.
Casos emblemáticos:
- Colaboración arqueológica China-Honduras.
- Exhibiciones conjuntas como “Jaguar, un tótem de Mesoamérica”.
- Inspiración mutua entre Borges y el taoísmo.
Este enfoque busca cimentar las relaciones en algo más profundo que los flujos de capital: una base de entendimiento cultural a largo plazo.
Reconfigurar el orden global: el Sur Global como actor estratégico
Xi Jinping ha posicionado al Foro China-CELAC como un modelo de cooperación Sur-Sur que busca reformar el sistema de gobernanza global.
ALC y China representan:
- 1/5 de la superficie del planeta.
- 1/4 de la población mundial.
- 1/4 de la producción económica global.
La alianza se proyecta como un contrapeso al unilateralismo y al proteccionismo. En la ONU, el G20 o los BRICS, China y ALC han coordinado posiciones, como el “consenso de seis puntos” con Brasil sobre la guerra en Ucrania.
Del simbolismo a la estructura de poder global
A diez años del Foro China-CELAC, los resultados son medibles y profundos. Xi Jinping ha hecho de la relación con América Latina y el Caribe un eje central de su política exterior. El modelo de cooperación China-ALC no es solo una alianza comercial: es una estrategia geopolítica, civilizatoria y cultural.
En un mundo inestable, la alianza tiene potencial para ofrecer certidumbre, multilateralismo y desarrollo conjunto, modelando un nuevo equilibrio global desde el Sur.