El regreso de Chimamanda Ngozi Adichie a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el 07 de diciembre de 2025, no solo marcó su vuelta a la novela, sino un encuentro crucial con sus lectores. La escritora africana y activista nigeriana, pese a estar cerca de cancelar por problemas de salud, llenó el auditorio Juan Rulfo para dejar sentada su postura férrea: la identidad y feminismo Chimamanda Ngozi Adichie ha transformado la identidad en un obstáculo para alcanzar el amor, un deseo universal.
La identidad como lente y barrera
Ante cientos de personas en Guadalajara, Jalisco, la autora de Todos deberíamos ser feministas, Sobre el duelo y Americanah definió el alcance de la identidad en la vida moderna. Afirmó que esta cualidad da forma “a la manera en que miramos el mundo y, más importante todavía, la identidad forma la manera en que el mundo nos mira a nosotros”.
Aunque la identidad se ha vuelto un punto de fricción, la escritora reiteró el valor supremo de la conexión humana:
> “El amor es lo más importante para las personas. Amar y ser amados, tener un sentido de significado en la vida, sentirse valorados e importar. Este es un deseo universal que tenemos”, aseguró.
El costo de los juicios y los estereotipos
Chimamanda Ngozi Adichie detalló cómo la negación de la identidad se traduce en la exclusión de oportunidades laborales y sociales. Mencionó casos específicos donde la diferencia se utiliza para justificar la discriminación:
- Discriminación por clase y acento: Cuando un hombre blanco de clase baja, que está calificado para un puesto, es negado porque su acento es diferente al considerado correcto.
- Discriminación por raza y apariencia: Cuando a una mujer negra se le niega el acceso a un lugar porque su cabello es considerado poco profesional.
- Discriminación por orientación: Cuando a una lesbiana se le niega una oportunidad porque le dicen que no encaja con la cultura del sitio.
Subrayó que estas son “pequeñas suposiciones y los estereotipos que se adhieren a tu identidad. Y pueden parecer pequeños, pero su efecto no es pequeño. Estos juicios pueden reducir tus oportunidades en la vida. Pueden encoger tu espíritu y tu alma”.
La doble vara del sexo biológico en el liderazgo
Un punto central de su disertación se centró en la diferencia de percepción entre hombres y mujeres al ejercer liderazgo y autoridad. La autora recordó la anécdota de una profesora universitaria, una de las dos únicas mujeres en el campus, quien era constantemente señalada de arrogante.
“Yo conocía a esta mujer y pensaba que se comportaba exactamente igual que muchos de los profesores hombres, pero a esos profesores hombres nunca se les llamaba arrogantes y en cambio la gente decía que eran seguros de sí mismos. La única diferencia era la identidad, en este caso el sexo biológico”, explicó.
Chimamanda Ngozi Adichie estableció una clara comparación sobre cómo el mismo rasgo es interpretado de manera opuesta, dependiendo si es observado en el sexo femenino o masculino:
| Atributo en la mujer | Atributo en el hombre | | :— | :— | | Arrogancia | Seguridad | | Agresividad | Asertividad | | Manipuladora | Estratégico | | Controladora | Líder | | Molesto | Autoritario |
Migrantes y el recuerdo de dolor ancestral
La activista nigeriana amplió el concepto de identidad a la esfera política y social, citando la emotiva reacción tras el triunfo de Barack Obama en la presidencia de Estados Unidos. Muchas personas lloraron porque provenían de “un recuerdo de dolor ancestral de negación de identidad y poder”.
También criticó la tendencia actual de ligar el término «migrante» con la criminalidad. Las lenguas, dijo, están utilizando la palabra migrante y le «añaden muchas otras palabras horribles ligadas a la criminalidad”. Sin embargo, recordó que se olvida que “la historia de la humanidad es una historia de movimiento” y que, por «tener la suerte de nacer en un lugar o en otro, todos podemos acabar siendo migrantes”.
Literatura: un acto de imaginación radical
En la reunión previa que tuvo con la prensa en Guadalajara, Chimamanda Ngozi Adichie expresó el poder fundamental de la literatura para entender a otras personas y para derribar los muros mentales sobre cómo deberían ser los otros.
Aunque la escritora africana confesó no ser muy empática en su vida diaria, en la literatura ha hallado la posibilidad de seguir intentando serlo. La lectura nos ayuda “a ver y a ser vistos”, pues al leer historias, “nos convertimos en cuerpos que no son nuestros”.
> “No es tanto que te conviertes en otra persona, pero en un acto de imaginación radical puedes ver el mundo como otras personas lo ven, incluso si es brevemente”, explicó la autora.
Finalmente, la escritora compartió la mayor lección que aprendió de su padre, basada en la similitud humana: que somos más parecidos que distintos, que todos amamos de maneras diferentes y todos queremos importar. Y concluyó que, en ese marco, es vital extender la amabilidad como se espera y entender que la dignidad es siempre tan importante como la comida.







