
Estefanía Mercado dejó muy claro, con los apagones en Playa del Carmen, que una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa.
Y es que, aunque es alcaldesa por Morena, eso no implica agachar la cabeza y resignarse ante las fallas de una paraestatal del Gobierno federal morenista.
Playa del Carmen se quedó sin energía eléctrica durante horas. No solo se afectó la actividad turística, sino que se trastocó la vida cotidiana de miles de playenses.
Estefanía no se quedó de brazos cruzados: encaró las fallas de la CFE. No esperó a que la situación rebasara al gobierno municipal, y mucho menos salió a justificar lo injustificable.
Dentro de las reglas no escritas del morenismo, la premisa suele ser: ver, oír, callar y aguantar.
Pero está claro que una cosa es formar parte de un equipo, y otra muy distinta es cruzarse de brazos y solo esperar.