
El anuncio clave que prepara a México ante la nueva política migratoria de EE.UU.
“Tomé la decisión de que se quedaran los 10 centros de atención”, declaró Claudia Sheinbaum. Con esa frase, la virtual presidenta mexicana envió un mensaje claro: el país se alista para una nueva ola migratoria, empujada por la política de deportaciones masivas anunciada por Estados Unidos.
En este artículo analizamos el contexto, las implicaciones y lo que puede significar esta medida para miles de personas migrantes y para la política exterior del nuevo gobierno.
Un escudo ante el endurecimiento migratorio de EE.UU.
México se anticipa a un repunte de deportaciones
Claudia Sheinbaum confirmó en su conferencia matutina que los 10 centros de atención a connacionales seguirán operando en todo el país. La decisión responde directamente a las recientes declaraciones del gobierno estadounidense, que anunció un aumento significativo en las deportaciones, marcando un cambio en la política migratoria.
Aunque Sheinbaum no detalló la ubicación exacta de los centros, la estructura ya existente fue diseñada durante el sexenio de López Obrador para ofrecer servicios legales, atención médica, apoyo psicológico y orientación laboral a migrantes retornados.
Un giro estratégico desde Palacio Nacional
El anuncio fue hecho durante su conferencia conocida como “la mañanera del pueblo”, un espacio que ha comenzado a utilizar para delinear su visión de gobierno. La medida es estratégica: consolida la narrativa humanista del Estado mexicano frente a la crisis migratoria, mientras se protege ante una inminente presión fronteriza.
¿Por qué mantener los centros? Las razones detrás de la decisión
Apoyo a connacionales repatriados
Sheinbaum señaló que se requiere “todo lo necesario para poder recibir a nuestros connacionales”. Esta frase cobra especial relevancia en el contexto actual, donde miles de mexicanos podrían enfrentar repatriaciones aceleradas bajo nuevas disposiciones estadounidenses.
La red de centros no solo representa un mecanismo de apoyo humanitario, sino también una herramienta para mantener la gobernabilidad en estados receptores de migrantes, como Chiapas, Tabasco y Quintana Roo.
Reforzar la red consular
La virtual presidenta también se refirió a los consulados y embajadas, prometiendo transparencia sobre su funcionamiento y sueldos. Esto puede entenderse como parte de un esfuerzo más amplio por profesionalizar y fortalecer la diplomacia mexicana en temas migratorios.
Sheinbaum sugirió que se están revisando los gastos de las sedes diplomáticas y que el tema será abordado públicamente. Este enfoque apunta a garantizar que las representaciones mexicanas en el extranjero operen con mayor eficiencia y cercanía con la población migrante.
¿Menos migración hacia el norte? La apuesta humanista
Una reducción que genera dudas
Según la futura presidenta, actualmente hay menos migración hacia la frontera norte. Aunque no ofreció cifras específicas, esta declaración sugiere que las medidas implementadas desde la Secretaría de Gobernación y Relaciones Exteriores han tenido algún impacto en los flujos migratorios.
Sin embargo, organizaciones civiles y analistas han advertido que la presión migratoria no ha desaparecido, sino que se ha redistribuido. Muchos migrantes permanecen varados en el sureste, en condiciones precarias, a la espera de regularizar su situación o de oportunidades para avanzar.
Continuidad del enfoque humanista
Sheinbaum insistió en que el programa de atención a migrantes “tiene un sentido humanista”. Este enfoque, heredado del actual gobierno federal, busca evitar la criminalización del tránsito migrante y garantizar el respeto a los derechos humanos.
Pero los desafíos son enormes: desde la saturación de albergues hasta la violencia que enfrentan las personas migrantes en su tránsito. En este contexto, mantener los centros de atención podría ser una medida preventiva para contener futuras crisis humanitarias.
¿Qué viene para la política migratoria de México?
Prioridades del nuevo gobierno
Aunque todavía no ha iniciado formalmente su mandato, Sheinbaum ya perfila una política exterior marcada por la atención al fenómeno migratorio. La decisión de conservar los centros de apoyo sugiere que su administración priorizará la gestión interna de los flujos migratorios, antes que responder con mano dura.
También es previsible una mayor coordinación con Estados Unidos y países centroamericanos, aunque desde una postura más soberana y enfocada en el bienestar de los migrantes.
Transparencia y revisión diplomática
La promesa de publicar los sueldos de embajadores y cónsules no es menor. Representa un intento por limpiar la imagen de las delegaciones diplomáticas y alinear su operación con la nueva narrativa de austeridad republicana.
Sheinbaum ha comenzado a marcar distancia con ciertas prácticas del pasado, pero también ha optado por dar continuidad a políticas clave, como la red de centros para migrantes y la visión humanitaria de la movilidad.
Una señal de alerta y preparación
México se prepara para una nueva etapa en la crisis migratoria regional, y el anuncio de Sheinbaum es una señal de que su gobierno buscará anticiparse a los desafíos. La permanencia de los 10 centros de atención no solo tiene un valor logístico, sino también simbólico: envía el mensaje de que los migrantes importan, tanto dentro como fuera del país.
Pero el verdadero reto será mantener esa promesa en el terreno, con recursos suficientes, coordinación interinstitucional y voluntad política. En un contexto cambiante, la política migratoria será una prueba crucial para la futura presidenta.