En medio de la devastación por las intensas lluvias de 2025, el gobierno federal inicia el censo de damnificados por lluvias 2025 en cinco estados clave. La secretaria Ariadna Montiel anunció apoyos para limpieza y enseres, mientras la realidad en municipios como Álamo revela la urgencia de una respuesta efectiva y la persistencia de desafíos críticos.
El inicio del censo de damnificados: Un despliegue crucial
La Secretaría del Bienestar, a través de su titular Ariadna Montiel, ha informado que a partir de este 13 de octubre de 2025 se iniciará el levantamiento del censo de personas damnificadas en Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí. El anuncio, realizado en Ciudad de México, marca el inicio formal de los esfuerzos para cuantificar las pérdidas y distribuir apoyos.
Estados afectados y la promesa de apoyo
Con base en este registro, se prevé la entrega de un apoyo inicial fundamental para las labores de limpieza. Posteriormente, se otorgarán electrodomésticos y enseres menores a las familias que lo necesiten. Montiel recordó que en siniestros anteriores se han distribuido estufas, refrigeradores, colchones y vajillas, estableciendo un precedente para el tipo de respaldo esperado.
La logística del censo: Brigadas en campo
Para agilizar el proceso, la funcionaria detalló que se desplegarán 600 brigadas, integradas por un total de tres mil personas. Estas brigadas trabajarán incluso en zonas de difícil acceso vehicular, donde el ingreso a pie sea la única opción. El censo no solo abarcará viviendas y comercios para detallar pérdidas y afectaciones estructurales, sino que también se realizará un levantamiento de daños en la agricultura y la ganadería, con el fin de obtener una claridad precisa sobre las áreas impactadas.
Más allá del anuncio oficial: La cruda realidad en zonas críticas
A pesar de los anuncios sobre el inicio del censo y los apoyos gubernamentales, la situación en algunas de las zonas más afectadas contrasta drásticamente con la respuesta esperada. La magnitud del desastre ha dejado un saldo devastador, especialmente en estados como Veracruz e Hidalgo.
Álamo: Un clamor de ayuda sin respuesta
Un ejemplo palpable de esta disparidad es el municipio de Álamo, en Veracruz, el cual continúa inundado y, hasta la fecha, sin recibir ayuda directa de las autoridades. Sus habitantes enfrentan la crítica situación de no contar con luz ni servicio telefónico, subsistiendo gracias a la solidaridad de personas de otros estados que les llevan comida y ropa. Esta realidad subraya la urgencia y la necesidad de una intervención más inmediata y efectiva en los puntos más vulnerables.
El balance de la tragedia: Fallecidos y desaparecidos
La gravedad de la situación se ve reflejada en las cifras. Las lluvias han dejado un trágico saldo de 64 personas fallecidas y 65 desaparecidas, siendo Veracruz e Hidalgo los estados con las afectaciones más severas. Este contexto de pérdida humana y material refuerza la necesidad de que el proceso de censo y entrega de apoyos sea transparente, eficiente y llegue a quienes más lo necesitan sin demoras burocráticas.
La respuesta ciudadana y el compromiso presidencial
Frente a la emergencia, la solidaridad ciudadana se ha hecho presente de manera activa. Asimismo, la autoridad presidencial ha sido señalada como el último filtro para la determinación final de los apoyos.
Solidaridad en acción: Centros de acopio
En un acto de compromiso social, se ha instalado un centro de acopio en el Estadio Olímpico a partir de este lunes 13 de octubre. El centro opera desde las 10:00 hasta las 18:00 horas, recibiendo víveres y diferentes apoyos de toda la sociedad que desee contribuir a mitigar la crisis en las entidades afectadas.
La palabra final de la presidencia
Una vez concluido el levantamiento del censo, será la presidenta Claudia Sheinbaum quien, según lo subrayado por Montiel, determine la magnitud y el tipo de apoyos finales a entregar. Esta decisión presidencial será crucial para delinear la estrategia de recuperación a largo plazo para las comunidades damnificadas.
El despliegue del censo por parte de la Secretaría del Bienestar representa un paso esencial en la atención a la emergencia por lluvias de 2025. Sin embargo, las realidades como la de Álamo y el lamentable balance de fallecidos y desaparecidos nos obligan a cuestionar la celeridad y la capacidad de respuesta estatal. ¿Será suficiente el censo y los apoyos prometidos para reconstruir el tejido social y económico de estas comunidades, o persistirán las brechas entre la política anunciada y las necesidades más apremiantes del «círculo rojo» afectado en el territorio?