Redacción
YUCATÁN.- El caso del hotel Mayaland, junto a la zona arqueológica de Chichén Itzá, dio un giro abrupto mediante la intervención de la justicia federal que habría devuelto la propiedad a Fernando Barbachano Herrero, casi tres años y medio que éste pactó su venta.
Una diligencia judicial apoyada por un operativo de seguridad cumplió la formalidad de notificación a la parte en ocupación del establecimiento.
Alrededor de las 17:00 horas de este miércoles se observó en Pisté, entrada al sitio prehispánico, una caravana de vehículos de corporaciones de seguridad.
Un familiar del empresario radicado en Estados Unidos difundió el hecho más tarde en sus redes sociales.
“Han transcurrido 3 largos años más 4 meses exactamente desde que tomé esta foto en el Hotel Mayaland la mañana del 18 de Febrero de 2022, completamente incrédula de lo que estaba viviendo. “En el transcurso de la noche anterior mientras yo dormía en mi habitación, el hotel había sido ‘tomado’, secuestrado, invadido. Ver mercenarios uniformados de negro por todos lados me enfrentaba a la gravedad del problema.
“Siempre supe que regresaría a las manos de su propietario Fernando Barbachano. Nunca imaginé que tomaría tanto tiempo pero toda fecha se cumple y hoy ha sido el día. Me alegra profundamente!!”, publicó Marisol Herrero.
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En diciembre pasado, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue consultada sobre el tema en su conferencia matutina y confirmó que revisaría la situación.
En enero de 2025, representantes legales de Inmobiliaria R4 alegaron que Fernando Barbachano Herrero había llevado a cabo una campaña mediática basada en falsedades tras múltiples resoluciones judiciales adversas.
Según Mario Antonio Matos López y Alicia Maldonado Peniche, abogados de la inmobiliaria, los tribunales federales habían declarado improcedentes todos los recursos interpuestos por el quejoso, mientras que la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo ordenó el aseguramiento del inmueble tras aceptar una denuncia por fraude y despojo contra el empresario, quien incluso llegó a enfrentar una orden de aprehensión.
El conflicto se originó en 2020 (en plena crisis del Covid-19), cuando Barbachano Herrero acordó vender el hotel a Inmobiliaria R4 mediante un esquema de pagos.
Sin embargo, tras recibir el segundo anticipo, Barbachano interrumpió toda comunicación y amenazó con rescindir la operación.
Según reveló en enero de 2024, su cambio de postura fue motivado por el arrepentimiento al observar que la pandemia no se prolongó como inicialmente previó.
Los representantes de R4 presentaron como prueba un acta de entrega administrativa del 27 de octubre de 2024, donde Barbachano, a través de un representante, cedió formalmente las instalaciones del hotel.
Este documento, según los asesores jurídicos, demuestra que la inmobiliaria ha actuado conforme a la ley y las resoluciones judiciales, en tanto que Barbachano buscó anular contrato extrajudicialmente y conservar los montos recibidos.
“Barbachano ha intentado politizar un asunto entre particulares y ejercer presión sobre las autoridades con fines ajenos a la justicia. Nuestra defensa continuará apegada al estado de Derecho, respetando las decisiones de los tribunales federales, de Quintana Roo y de Yucatán”, declararon entonces.
Con información de LectorMx
