La justicia francesa ha reafirmado su contundencia en el caso Gisèle Pelicot, elevando a diez años la condena de Husamettin Dogan. Este fallo en apelación de un tribunal de Nimes consolida la figura de Pelicot como un ícono feminista global y envía un mensaje claro sobre la impunidad.
La justicia francesa eleva la condena de Husamettin Dogan
La justicia francesa ha dictado una condena de diez años de prisión contra Husamettin Dogan, un ex obrero de 44 años, por la violación de Gisèle Pelicot. Esta decisión fue anunciada el 9 de octubre de 2025 por el presidente del tribunal, Christian Pasta, en el juzgado de Nimes, Francia, tras un juicio en apelación de cuatro días y casi tres horas de deliberación. La llegada de Dogan a la sala el 9 de octubre de 2025 marcó el inicio de este proceso crucial.
La nueva sentencia representa un aumento de un año respecto a los nueve años de prisión que Dogan había recibido en primera instancia. El acusado, quien se mantuvo de pie en el banquillo, no mostró reacción alguna al escuchar el veredicto y fue conducido directamente a prisión.
Gisèle Pelicot: símbolo de resiliencia y lucha contra la impunidad
El caso Gisèle Pelicot, que ha conmocionado al mundo, ha convertido a la víctima en un icono feminista. Pelicot logró la condena de 51 hombres por violarla o agredirla sexualmente entre 2011 y 2020. Husamettin Dogan fue el único de los sentenciados que recurrió su condena, lo que llevó a que fuera juzgado de manera individual ante el tribunal de apelación de Nimes.
Al salir de la corte, Gisèle Pelicot fue recibida entre aplausos y gritos de «bravo» y «gracias». La víspera, había expresado su deseo de «no volver a pisar un tribunal» y poder «reconstruirse desde las ruinas», asegurando que iba «por buen camino».
Detalles cruciales del proceso: entre la conciencia y la negación
Durante el proceso, un investigador clave había señalado que el acusado de violar a Gisèle Pelicot era «plenamente consciente» de que ella estaba dormida durante los hechos. Sin embargo, en su defensa, Husamettin Dogan había declarado: «Nunca quise violar» a Gisèle Pelicot, una afirmación que no fue suficiente para evitar la elevación de su sentencia en esta instancia final.
Este veredicto en Nimes no solo cierra un capítulo doloroso para Gisèle Pelicot, sino que también refuerza un precedente crucial para las víctimas de violencia sexual en todo el mundo. ¿Podrá este fallo consolidar la confianza en la justicia y empoderar a más voces a emerger de las sombras?