
Las deplorables condiciones de las carreteras del estado prácticamente se han convertido en una emergencia estatal.
Hay tramos realmente peligrosos, algunos intransitables, en un estado que vive del turismo.
Por cierto, parte de esta destrucción son las secuelas de los trabajos del Tren Maya.
Las quejas vienen ya de todos lados, incluidos los empresarios. Hasta la senadora Mayuli Martínez, que no es precisamente de las que se lanzan contra los problemas del estado, se fue con todo por la grave situación de las carreteras.
Y ha pasado lo de siempre: como dirían los clásicos, “todos se tiran la bolita”. Que si es asunto de la SICT, que si de la Sedena, que si del Gobierno del Estado.
Pero no hay respuesta. Y mientras tanto, aumentan las quejas y, claro, los riesgos para los automovilistas.