
Una ofensiva sin precedentes sacude al Clan del Golfo en Colombia. Más de 200 de sus miembros fueron capturados tras semanas de violencia mortal.
El conflicto narco en Colombia ha escalado a niveles alarmantes. Tras el despliegue del llamado “plan pistola” por parte del Clan del Golfo, las autoridades ejecutaron operativos masivos en los puntos más críticos del país, desarticulando temporalmente a la organización más poderosa del narcotráfico en la región.
El “plan pistola” del Clan del Golfo: contexto de una escalada
Asesinatos sistemáticos contra la fuerza pública
El 15 de abril marcó un antes y un después en la violencia armada en Colombia. Según denunció el presidente Gustavo Petro, el Clan del Golfo —también conocido como el Ejército Gaitanista de Colombia— implementó un esquema de asesinatos selectivos contra policías y militares. En apenas dos semanas, esta táctica dejó al menos 21 miembros de las fuerzas armadas muertos: 16 policías y cinco militares.
Este método de violencia selectiva, conocido localmente como “plan pistola”, fue utilizado históricamente por el narcotráfico en Colombia para presionar al Estado y marcar su territorio a sangre y fuego.
El cartel más poderoso de Colombia
Con más de 7,500 integrantes, el Clan del Golfo no es una banda cualquiera: es el cartel de droga más grande de Colombia y el mayor productor de cocaína del mundo. Su capacidad operativa y armada tiene raíces paramilitares, y controla amplias zonas del norte y oeste del país, especialmente en Bolívar, Antioquia, Córdoba, Chocó y Magdalena.
La respuesta del Estado: capturas, incautaciones y operativos quirúrgicos
217 capturados y 15 abatidos en dos semanas
Como parte de una estrategia de contención inmediata, las Fuerzas Militares y la Policía de Colombia lanzaron una ofensiva “coordinada” para frenar la ola de violencia. El resultado: 217 integrantes del Clan del Golfo capturados desde el 15 de abril y 15 más abatidos en enfrentamientos armados.
Los operativos también permitieron la incautación de 6.8 toneladas de drogas, además de 123 armas de fuego y más de 15,000 municiones, según informó el almirante Francisco Cubides, comandante de las Fuerzas Militares.
Objetivo: desarticular el núcleo logístico y militar del cartel
Las acciones estuvieron enfocadas en desmantelar las estructuras logísticas, financieras y militares del grupo. No se trata únicamente de capturas: se busca paralizar su cadena de producción, distribución y dominio territorial.
El golpe se concentró en zonas clave para el tráfico de cocaína hacia Centroamérica y el Caribe, regiones que representan un punto neurálgico para el trasiego internacional de drogas, especialmente por rutas marítimas que conectan con costas mexicanas y, desde ahí, con Estados Unidos.
Petro y la crisis de seguridad en Colombia
Un escenario más amplio: negociaciones estancadas
Este repunte de violencia ocurre en medio del fracaso parcial del plan de “paz total” promovido por el gobierno de Gustavo Petro. Las negociaciones con los principales grupos armados del país, incluyendo al Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Clan del Golfo y la disidencia de las FARC (Estado Mayor Central), no han avanzado como se esperaba.
Tras casi una década de la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016, Colombia vive su pico más violento, con recrudecimiento de ataques armados, expansión del narcotráfico y tensiones territoriales.
Alocución presidencial y medidas de urgencia
Petro anunció en su cuenta de X (antes Twitter) que ofrecería una alocución presidencial enfocada en la situación de seguridad, con énfasis en el plan pistola y en la necesidad de retomar el control en los departamentos más golpeados por el crimen organizado.
Se espera que el mandatario detalle una nueva fase del plan de seguridad y revele cambios en la estrategia contra los grupos ilegales que dominan amplias zonas rurales del país.
Impacto regional y conexiones con el Caribe Mexicano
Las rutas del narcotráfico: del Pacífico a la Península de Yucatán
El Clan del Golfo tiene una red de alianzas internacionales, entre ellas, con cárteles mexicanos como el Cártel de Sinaloa y el CJNG, que utilizan la costa caribeña como punto de enlace para el tráfico de cocaína hacia Norteamérica y Europa.
En el caso de México, el Caribe Mexicano ha sido identificado como una zona de recepción y tránsito, con rutas marítimas que cruzan desde Centroamérica hasta puntos estratégicos como Cancún, Cozumel y Chetumal.
Riesgos compartidos: violencia trasnacional
La desarticulación de estructuras criminales en Colombia puede provocar efectos colaterales en otros países. Cuando el poder de un cartel se ve amenazado en su territorio de origen, sus operadores tienden a migrar hacia otras regiones, lo que podría impactar la seguridad en estados como Quintana Roo, Campeche y Yucatán.
Por ello, la captura masiva de integrantes del Clan del Golfo también es observada con atención por autoridades mexicanas, especialmente en el contexto de cooperación bilateral en materia de seguridad y combate al narcotráfico.
¿Se puede frenar la violencia con operativos?
La captura de más de 200 miembros del Clan del Golfo representa un golpe significativo, pero no definitivo al poder criminal de esta organización. El desafío para Colombia va más allá de los operativos policiales: requiere una estrategia integral que combine justicia, inversión social y un rediseño del proceso de paz.
Mientras tanto, el Caribe Mexicano y otros puntos de tránsito seguirán bajo observación, en un contexto donde la criminalidad se mueve con rapidez por rutas invisibles, pero cada vez más letales.