
El caos comercial de Trump golpea a los gigantes del automóvil
Un anuncio, una marcha atrás y un impacto millonario. Así se resume la semana más caótica que ha vivido la industria automotriz global desde el inicio de la guerra comercial entre Estados Unidos y el resto del mundo.
Con el regreso de los aranceles por parte del expresidente Donald Trump —esta vez en modo exprés— los principales fabricantes cerraron la semana con desplomes bursátiles que reflejan no solo la incertidumbre inmediata, sino un riesgo estructural para sus modelos de negocio globalizados. La palabra clave es: aranceles.
Aranceles repentinos: un déjà vu con consecuencias distintas
Trump reactiva su política proteccionista
El anuncio de nuevos aranceles del 10% para todas las importaciones y del 25% para automóviles sacudió a los mercados. Aunque el expresidente Trump pausó la medida por 90 días, la sacudida fue inmediata: una pérdida de confianza inversora reflejada en las principales bolsas del mundo.
Este movimiento revive su agenda proteccionista de 2018, pero con un nuevo componente de urgencia y desorden que multiplicó el impacto.
¿Por qué afecta tanto a la industria automotriz?
Las automotrices operan con cadenas de suministro globales altamente interconectadas. Piezas que se ensamblan en México, Canadá o Europa terminan en vehículos vendidos en Estados Unidos.
Un arancel repentino no solo encarece la operación, sino que lanza una señal de inestabilidad para los grandes grupos que apuestan por Estados Unidos como mercado clave.
Stellantis: el más golpeado por la incertidumbre
Caída récord en la bolsa de Milán
Stellantis fue el fabricante más afectado por el caos arancelario: su acción cayó 12.64% esta semana, cotizando en 7.67 euros. El conglomerado, resultado de la fusión entre PSA y Fiat Chrysler, opera plantas en México, Canadá y Europa, por lo que su exposición al nuevo régimen arancelario es profunda.
Leapmotor y la apuesta con China
La situación se complica por la joint venture entre Stellantis y Leapmotor, un fabricante chino. Esta alianza, clave para la expansión en electromovilidad, podría convertirse en un lastre si Estados Unidos intensifica las restricciones a productos con origen o componentes chinos.
Europa: una industria bajo presión
Volkswagen, Mercedes y BMW también retroceden
El grupo Volkswagen cayó 2.44%, Mercedes-Benz 1.77% y BMW 2.41%. Aunque sus caídas fueron más moderadas que la de Stellantis, el patrón es claro: toda la industria automotriz europea acusa el golpe, y no sólo por las tarifas, sino por el efecto psicológico de un regreso al proteccionismo.
Renault y Aston Martin: daños colaterales
A pesar de tener menor exposición directa al mercado estadounidense, Renault (-3.41%) y Aston Martin (-0.4%) también cerraron en rojo. En este tipo de crisis, la percepción de riesgo se amplifica, arrastrando incluso a los menos involucrados.
Estados Unidos: caída interna y excepción para Tesla
Ford y GM: pérdidas en casa
Ford perdió 5.19% y GM 2.51% esta semana. Ambos gigantes tienen producción nacional, pero también dependen de cadenas externas. La imposición de tarifas no es sólo un golpe al costo: genera un entorno menos atractivo para inversionistas y socios globales.
Tesla, el gran beneficiado
Curiosamente, Tesla fue uno de los pocos fabricantes con saldo positivo: sus acciones subieron 2.46%. Elon Musk, cercano a Trump y defensor del “hecho en EE. UU.”, podría beneficiarse de un entorno que penaliza las importaciones y premia la producción local.
Asia: resultados divididos y nuevas tensiones
Japón: Honda gana, Nissan cae
Mientras Honda subió 4.6%, Nissan cayó 6.76%. Mazda y Mitsubishi también reportaron pérdidas. La clave aquí es la proporción de ventas y exportaciones hacia Estados Unidos. Honda, con fuerte presencia en Norteamérica, parece mejor posicionada ante una posible producción local.
Corea del Sur: Hyundai pierde pese a su inversión récord
Hyundai, que recientemente anunció una inversión de 21 mil millones de dólares en EE. UU., retrocedió 7.45% en la bolsa de Seúl. Una señal de que ni siquiera los compromisos de expansión local bastan para calmar a los mercados cuando la política comercial se vuelve volátil.
Implicaciones a corto y largo plazo
Citi advierte de una contracción global
Según un informe de Citi, el mercado de vehículos podría caer hasta 1.5 millones de unidades solo en EE. UU., debido a la baja en importaciones. Además, la demanda global —especialmente en Estados Unidos y China— podría sufrir una contracción que, en palabras del banco, puede volverse “permanente”.
No hay garantía de compensación local
Aunque uno de los objetivos de los aranceles es fomentar la producción local, la realidad es otra. Las inversiones requieren tiempo, infraestructura y estabilidad regulatoria. No hay señales claras de que el volumen perdido por importaciones se recupere mediante plantas en suelo estadounidense.
Un modelo global en jaque
La industria automotriz lleva décadas apostando por la eficiencia global. Un modelo basado en ensamblar en México, diseñar en Alemania y vender en Chicago. Pero este modelo —más barato, más veloz y más competitivo— se tambalea cuando los aranceles irrumpen con fuerza.
Este episodio, más allá del impacto bursátil inmediato, plantea preguntas clave:
- ¿Volverá la industria a un modelo de producción regional?
- ¿Podrán sobrevivir las alianzas con fabricantes chinos en un entorno de tensión geopolítica?
- ¿Es Tesla el único modelo viable en el corto plazo?
Más que pérdidas, un cambio de paradigma
Las caídas bursátiles reflejan mucho más que una mala semana: revelan la fragilidad de una industria que se había adaptado al libre comercio como norma. El regreso de los aranceles, incluso si es temporal, deja una advertencia clara: la estabilidad comercial ya no está garantizada.
México, clave en la cadena automotriz global, debe leer esta señal con cuidado. Su ventaja competitiva podría verse comprometida si Estados Unidos decide privilegiar la producción nacional sobre sus socios tradicionales.